Sólo 16 provincias pagarán una ayuda de fin de año, con montos que van desde los 1.300 a los 7.500 pesos. Una ayuda dispar llegará al bolsillo de los estatales. Diez y seis distritos afrontarán el pago de un bono con notables diferencias de montos.
San Luis abonará el monto más alto con 7.500 pesos; Santiago del Estero le sigue con 7.000 y cierra el grupo Corrientes con un pago de 1.300 pesos. Sin embargo dos de los distritos que aportan un importante número de trabajadores estatales: no lo harán: ellos son la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal han decidido que no darán ninguna ayuda extra.
Varias son las lecturas que pueden hacerse sobre el bono de fin de año. Aún cuando San Luis y Santiago del Estero (también podríamos agregar San Juan con 5.600 pesos) paguen uno comparativamente alto para lo que registra el resto de las provincias, se trata de distritos que tienen salarios cuyos promedios apenas superan el valor fijado por el salario mínimo vital y móvil. La pregunta que debemos hacernos entonces es cómo teniendo la suficiente capacidad financiera paguen salarios tan bajos. La respuesta es: a) pagando menos salarios crean un “colchón” financiero para re direccionar el dinero hacia donde lo necesiten; y b) el salario es usado como otra variable de disciplinamiento.
Hay otros casos, como el mencionado Corrientes (1.300 pesos), o Formosa que abonará 2.000, que afrontan problemáticas salariales muy profundas: ese bono, ciertamente escaso, para muchos trabajadores de los municipios de su interior representa un considerable ingreso extra. Básicamente es un auxilio que oxigena porque perciben salarios que ni siquiera llegan a los 5.000 pesos.
En las provincias más grandes y con más cantidad de trabajadores estatales casi como un calco los Ejecutivos provinciales anclaron el bono en una suma que ronda entre los 1.500 y los 2.200 pesos. En esta situación tenemos a Córdoba, Santa Fé, Tucumán y Mendoza. Pero en otras que por peso propio dominan el escenario del empleo público, como son Buenos Aires y Capital Federal, el pago es nada. También es nada para los trabajadores entrerrianos, otra provincia incluida en el lote de las grandes.
En su todo el bono es una ayuda, rápida, temporal y efímera que no resuelve la complejidad general del salario. Por eso en todos los distritos del país el pedido específico de la ATE es y será la suba del salario como método real, único y efectivo para sostener el poder adquisitivo. El año que finaliza en pocos días medirá una inflación cercana al 42%. Con aumentos salariales generales muy lejos de este porcentaje, la caída real del salario que se vaticina estará en los índices similares a nos deparo la salida de la convertibilidad.
Una de las mayores perversidades de este gobierno han sido los dichos del ahora saliente ministro de Economía Alfonso Prat Gay: “Cada uno sabe hasta dónde puede discutir un aumento sin arriesgar el empleo”. La otra los despidos masivos que se produjeron en las diferentes áreas del estado.
Como cierre queda que este concepto y las acciones del gobierno nacional han sido capitalizadas por gobernadores e intendentes, para abusar en extremo de las necesidades laborales y salariales de todos trabajadores estatales.
Fuente: www.ate.org.ar