Hugo Blasco, Secretario de Derechos Humanos de la CTA y Secretario General de la Asociaciòn Judicial Bonaerense, habló con ACTA sobre los juicios que se están llevando adelant»Nosotros no estamos de acuerdo con ningún tipo de reconciliación y, por lo tanto, si somos coherentes con la consigna «memoria, verdad y justicia», tenemos que seguir luchando», destacó el dirigente de la Central.
-¿Cómo avanzan los juicios a represores de la dictadura en Junín?
Se está llevando a cabo en este momento, ya hubo 3 audiencias, un juicio por delitos de lesa humanidad, que comprende a la Ciudad de Junín y la zona. Lo lleva adelante el Tribunal Oral 1 de La Plata, porque es la que tiene competencia en esa zona. Están previstas las declaraciones testimoniales de más de 250 testigos. Lo interesante del caso es que hay un grupo de 8 represores que están siendo enjuiciados, la mayoría ligados a la policía o militares. Se trata de un circuito que comprende la Comisaría Primera de Junín, un Destacamento policial de un pueblo llamado Morce, y la Cárcel en construcción -En ese entonces, ahora funciona como cárcel- y en ese momento era Centro Clandestino de Detención. En los tres lugares hubo gente secuestrada, torturada, asesinada. Es un juicio que se va a prolongar por muchos meses.
-¿Cuáles son los aspectos a destacar de este proceso judicial?
Esto sirve como detonante en una comunidad como Junín, típica población del interior de la Provincia de Buenos Aires, donde todo este tipo de hechos acaecidos durante la dictadura, han sido motivo de silencio para la mayoría de la población. Hoy, este pueblo bonaerense, está recreando una situación que vivió hace más de 30 años: los que padecieron directamente la represión, los que fueron testigos, los que nunca quisieron creer que eso fuera posible, etc. Ahora todo eso está nuevamente a la luz, y es lo más importante de recrear la memoria, para llegar a la verdad definitiva. Lamentablemente, como ocurre en la mayoría de los casos, lleva al banquillo a pocos imputados. Hay otra causa en Junín donde los imputados son más, pero todavía no está en condiciones de ser elevada a juicio. Este es un problema que nosotros venimos planteando desde la CTA y desde las distintas organizaciones: por un lado el tema de la unificación de las causas y, por el otro, que un testigo no tenga que estar declarando 5, 6, 10 veces lo mismo, porque es un tormento, sobretodo para aquellos que vivieron eso de la peor manera y, al día de hoy, pasado tanto tiempo, tiene que segur recreándolo. Es muy doloroso porque algunos fueron victimas de las torturas en ese momento, otros son familiares de detenidos-desaparecidos.
-Esta situación también contrae un problema en relación al tiempo de vida que le queda a los represores para ser juzgados.
Así es. Esa es una de las principales consecuencias de la demora y esto lo digo con completa convicción: es una demora casi buscada, porque se habla mucho de los juicios, pero no todos los que dicen eso -sobretodo quienes tienen responsabilidades gubernamentales- actúan en consecuencia. Por distintos motivos, se impulsa el cierre de las causas, o no seguir abriendo causas. Siempre hay excusas, siempre hay motivos para que una causa no avance en la investigación para estar en condiciones de ser elevada a juicio o, directamente, no se inicia la investigación pertinente. Nosotros no estamos de acuerdo con ningún tipo de reconciliación y, por lo tanto, si somos coherentes con la consigna «memoria, verdad y justicia», tenemos que seguir luchando. Ahora, esto que vos decís es fundamental: si esta gente fue responsable del genocidio hace 35/40 años, ya son personas muy mayores-porque esto no empezó el 24 de mazo de 1976, esto empezó antes, aunque el actual Gobierno se niegue a investigarlo- . Y lo mismo ocurre con muchos de los testigos. Y hoy por hoy, la prueba determinante es el testimonio. Si no hay testigos, no hay prueba. Me parece que es muy valioso todo lo que se ha hecho en Argentina en relación a los Juicios, que han sido siempre impulsados por organismos de derechos humanos, de organizaciones sociales, nuestra Central entre ellos. Pero hay que agilizar, hay que poner recursos económicos para que avance de manera correcta la investigación, y por supuesto los fiscales y jueces que hagan falta.
-¿Se puede hablar de complicidad, Hugo?
Complicidad es por ahí muy duro. Pero de alguna manera hay razones políticas, que hacen que se avance con algunos juicios, lo más emblemáticos, y después se acabó. El juicio llamado «La Cacha» de La Plata, son en verdad tres juicios: está la cacha 1, la cacha 2 que todavía no se juzgó y está la chacha residual. Y es muy probable que tengan que pasar los mismos testigos. Entonces, la pregunta es: ¿Por qué no se puede?, y tal vez sea porque se avanzó más con otros juicios, que no había elementos, etc. Pero cuando eso es sistemático, ya deja de ser casual. Puede ocurrir en algún caso, pero no siempre debe ser así.
-¿La Justicia Argentina está preparada para agilizar en este sentido?
La composición del Poder Judicial, sobretodo el Tribunal Federal, que es quién juzga estas causas, está muy infectado, incluso de gente que ha sido cómplice de la dictadura, en aquel momento y cómplices hoy. De todas maneras, el Estado político tiene las herramientas para que eso no se permita, esto es así. No sirve que el gobernante critique al juez porque no avanza, porque no investiga, porque se hace el distraído, pero no hago nada para que eso sea subsanado. Entonces, de alguna manera, por omisión o inacción, podemos habla de esta complicidad a la que haces referencia.
-¿Concretamente que exige la CTA en este sentido?
Estamos exigiendo que las causas se unifiquen; evitar el peregrinaje y la tortura que significa para los testigos tener que declarar 3, 4, 5, 10 veces en distintos juicios; unificar por Centro Clandestino -como se ha hecho en algunos casos-; que el Estado provea de material de todo tipo -materiales y personales- para que los juicios sean una realidad y la justicia también lo sea. Porque de lo contrario, estamos hablando de la dictadura, de los desaparecidos, de las víctimas, pero sólo para el discurso porque en la práctica la memoria, verdad y justicia no existe. Si nosotros tenemos en cuenta la cantidad de represores que han sido condenados, vamos a ver que no llegan ni al 5% de todos los que tuvieron funciones durante la dictadura. Si consideramos la candtidad de imputados, lo mismo. Quizá desde lo simbólico sea muy importante lo que alcanzamos, pero… ¿Nos vamos a quedar sólo con eso?
e contra los represores de Junín y la zona por delitos de lesa humanidad cometidos en la última dictadura militar.