banderaMás de 40  compañeros y compañeras  se sumaron a la construcción colectiva del mural en el Bachillerato del Torito Pulenta en una extensa jornada a puro sol y color. Otra vez el Torito Pulenta, en el barrio Pirelli, es el epicentro del trabajo colectivo. Esta vez apostando al arte como otra forma de apropiación de los territorios y de disputa cultural.

El colectivo de  Murales  CTA Capital, junto a los/las estudiantes/as del Bachillerato, a  compañeras y compañeros del Torito  Pulenta, a  vecinos/as que se fueron arrimando  y compañeros/as que iban llegando al barrio – pintaron un mural que transformó las paredes blancas en obra de Arte Público (mural) volviéndolas así, espacio político.

Desde la CTA Capital se potencian múltiples experiencias  de organización popular que ocupan los territorios de la Ciudad. Los murales son una forma más de esta lucha.

mujeresLas paredes del Bachillerato Popular Salvador Herrera fueron levantadas  en jornadas solidarias por quienes construyen cada día esta experiencia de educación popular, esos muros son los que se hicieron mural.

El proyecto, que empezó a caminar el año pasado, tuvo  varias etapas. Matearon muralistas y compañeros/as del Bachi, se boceteó las ideas, una asamblea enriqueció las propuestas, y más mateadas hasta llegar a al mural definitivo.

El sábado, llegó la hora de plasmar en las paredes todo ese trabajo y  casi no hubo quien no haya metido mano. Escaleras, baldes con pinturas de colores, pinceles, tizas, carbonillas se mezclaron con cacerolas y con los ingredientes del picante de pollo que desde tempranito preparaban las/los compañeras/os del comedor del Torito para el almuerzo compartido.

Ahora esos muros han dejado de ser neutrales, esos muros dicen lucha y organización en el rostro de Salvador Herrera, expresan culturas, por eso la Pacha –mujer tierra y luchadora, madre que abraza como tantas compañeras nuestras  que  preparan la olla, estudian y se organizan, por esos los estudiantes y  las estudiantes y las semillas que se meten por la ventana de la escuela sembrando sueños de futuro.

El almuerzo picante, sabroso y compañero, la presencia de Rosa Herrera la hija de Salvador y de su compañera de vida Abdia. Los mates de la tarde y la caída del sol poniendo fin a una jornada que se transformó en una fiesta.

 

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