Trabajadores Telefónicos organizados en la CTA Autónoma realizaron un material que fue el resultado de varias reuniones por teleconferencia en las cuales debatieron “El Teletrabajo en la actividad”, debido a que las empresas están apostando fuerte a la implementación de esta modalidad con cada día mayor flexibilización.

A continuación se difunde el documento elaborado por Telefónicos-CTAA Corriente Nacional:

Sobre el teletrabajo

La actual situación de aislamiento social, ha disparado la modalidad de teletrabajo (o home office, u otros eufemismos o anglicismos que suelen usarse). Más allá de que esto en principio es un interés claro de las empresas al permitirles continuar con sus actividades, algunes compañeres se sienten complacides con esta modalidad. En efecto, el no tener que viajar al lugar de trabajo, poder usar ropa cómoda y «manejar» los tiempos de pausa y de refrigerio, poder atender de inmediato algún imprevisto del hogar o salir un momento a hacer una pequeña compra, son factores que hacen aparecer en una primera impresión, al teletrabajo como un beneficio.

Mezclada en esta subjetividad, aparece sin duda la sensación de que «por lo menos estoy trabajando; cuantes hay que se quedan en su casa sin trabajar y se quedan sin empleo o les terminan rebajando el sueldo». Es decir que se mezcla la sensación de complacencia hacia la modalidad de trabajo con el «apriete» que, teniendo su origen en la pandemia, aplican los dirigentes gremiales que aceptan sin chistar las pautas empresarias y reciben además la homologación oficial.

La sensación, a partir de lo que se lee y escucha en la prensa y los medios, es que la intención de las empresas es sostener esta modalidad cuando la pandemia termine. La media docena de proyectos de ley sobre teletrabajo, que han sido presentados en el Congreso Nacional en los últimos días, tanto por el oficialismo como por la oposición, indican que esto es más que una sensación.

El interés de las empresas por el teletrabajo indica claramente que esto representa desventajas para les trabajadores. No existe la fórmula ganar – ganar cuando se ponen en la palestra nuestros intereses como trabajadores con los intereses de las empresas, más allá de que algune pueda pensar, «bueno, pero esto me beneficia en tal o cual cosa».

La principal desventaja es justamente la de que lleguemos a pensar en un interés particular y/o temporario. Una de las grandes ventajas para las empresas, es que el teletrabajo es una poderosa arma contra la organización sindical de les trabajadores. Más allá de algunes dirigentes, la actividad gremial es un freno poderoso para el deterioro de nuestras condiciones de trabajo. Lo que tenemos hoy de protección a la salud, licencias, horarios establecidos, aguinaldos y premios, etc., no es algo «natural» u obra del progreso y las leyes. Son conquistas que han sido arrancadas con largas luchas de les compañeres que nos precedieron. Si costó mucho obtenerlas, muy rápidamente las podemos perder y las leyes no nos protegerán; sabemos que las leyes cambian al compás de los tiempos y las presiones. Solo basta mirar muchos países en el mundo que nos rodea, para comprobar que el deterioro de las condiciones de trabajo es una realidad que nos amenaza.

Un peligro inmediato del teletrabajo es el desdibujamiento de la jornada laboral. Como «se nos permite» el matecito a cualquier hora, la pequeña salida, el atender a nuestro hije, en síntesis cierta flexibilidad horaria, las empresas avanzan sobre que «estemos disponibles las 24 horas». No hay horario a cumplir; «si vos saliste esta tarde a llevarle el remedio a tu vieja, como te vas a negar si te pido algo a las diez de la noche». Y en ese «juego de horarios» incierto, la que gana, y cada vez más a medida que el teletrabajo se prolonga, es la empresa.

«Pero a mi me resuelve el cuidado de mi hije» dicen algunes, sobre todo las compañeras. Y en este decir, sellan y aceptan que la mujer está condenada a la doble tarea consistente en un empleo y el trabajo «doméstico», este último sin remuneración. Guarderías pagas, licencias prolongadas, licencias equivalentes para ambos integrantes de una pareja, justificación y protección de la atención familiar, etc., son conquistas que hoy son parciales y/o imperfectas. Es difícil ponerse en el lugar de la compañera a la que el teletrabajo «le resuelve» lo que no se alcanzó a ganar con la lucha sindical, pero una cosa está clara: Con el avance del teletrabajo, todas esas conquistas parciales van a ser barridas de los beneficios convencionales. Va a ser muy difícil volver atrás y las compañeras que nos sucederán, estarán desprotegidas y condenadas, a la vez que tienen un empleo, a trabajar como lo hacían nuestras abuelas.

Se podrían seguir enumerando desventajas (que son ventajas para las empresas), solo algunas para concluir: ¿Quien nos asegura que no caigamos en la multifuncionalidad?, ¿cómo delimitamos claramente la tarea a cumplir?. Si estamos «medio enfermos», ¿dudás que la empresa nos va a apretar para que trabajemos igual?. ¿Qué pasa, no solo con los elementos adecuados, ergonómicos y seguros que precisamos para trabajar, sino con los costos extras que se nos generan en nuestros domicilios?; la casa se nos ensucia más, ¿nos pagarán los gastos de limpieza?, ¿y la luz, no solo de la compu, de la iluminación y la cafetera, y el aire acondicionado si hace calor, o el gas si hace frio?. Hay más posibilidades de accidentes y/o deterioro estando todo el día en casa, ¿nos pagarán un seguro de vivienda acorde?. Si se nos corta la luz o internet, ¿nos sacarán objetivos a cumplir o nos dirán «por que no lo compensás el sábado»?. ¿Si tenemos que «elegir» entre atender nuestras cuestiones privadas o nuestra familia, o satisfacer a los pedidos de la empresa, qué haremos, que nuevos conflictos familiares o laborales se nos generarán?

Son todas cuestiones a pensar y a reflexionar, con la convicción de que solo la acción gremial solidaria y permanente, a veces aún a pesar de nuestras organizaciones sindicales actuales, será lo único que impedirá que se deteriores nuestro sueldo y nuestras condiciones de trabajo. Para eso debemos estar presentes y reunidos de cuerpo y no virtualmente a través de una máquina.

Suscriben: CALDERON, David (Agrup. Celeste y Blanca – Cepetel), ​CASALE, Carlos (Telefónico de CTA A de Ushuaia), ​CERABONA, Horacio (Agrup. Telefónicos de pie / Foetra Bs As), ​DEFAYS, Guillermo (Sec. Prev. Social CTA Capital – Cepetel), DEVOTO, Tomás (Comisión Administrativa – Foetra Bs As), HERRERA, ​Martín (Agrup. Telefónicos de pie), ​LAINO, Gustavo (Congresal FATTEL – Foetra Bs As), LEGUIZAMÖN, Gustavo (Delegado – SITRATEL), ​MEDINA, Carolina (Rev. De Cuentas CTA Sta. Fe – Sitratel), ​MEDINA, Héctor (Sec. Organización CTA Sta. Fe), MOLINA, Graciela (Delegada – Sitratel ), ​MENA, Rodolfo (Sec. Gral. ATIC – CTA Jujuy), ​OCHAGAVIA, Angel (Vocal CTA Rosario – Sitratel), ​PEREYRA, Néstor (Rev. De Cuentas CTA Sta. Fe – Sitratel), ​RIOS, Juan Carlos (Congresal Prov. CTA Capital – Afil. Cepetel), ​ZAS​ José (Vocal CTA Nacional – Agrup. Celeste y Blanca – Cepetel).-

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