Se llevó a cabo la actividad el sábado 16 de enero en la Plazoleta de Caseros y Monteagudo, barrio de Parque Patricios, zona sur de la ciudad de Buenos Aires y contó con una numerosa presencia de militantes y organizaciones.
El acto tuvo como objetivo recordar lo que es un hito en la historia del movimiento obrero argentino y para ello se llevó a cabo una radio abierta, donde referentes de los colectivos participantes y vecinos pudieron dar sus reflexiones en torno a la convocatoria. Posteriormente se leyó un documento, escrito y consensuado entre quienes organizaron el encuentro y concluyó con una serie de números artísticos.
En nombre de la CTA Capital dejó una palabras José «Pepe» Peralta, secretario General de la Central Porteña, quien reflexionó sobre la importancia de estar presentes ejerciendo la memoria histórica y afirmó la importancia de seguir luchando por lo mismo y que hoy se sostiene por ejemplo con la defensa del derecho a la protesta, la denuncia de la criminalización de la protesta social, la oposición a la Ley Antiterrorista y justamente por lo oportuno de la fecha se expresó la preocupación por la detención de la dirigente jujeña Milagro Sala.
La actividad político cultural tuvo la participación de distintas organizaciones: Asamblea Comuna 4, Casona de los Trabajadores José de Luca, Centro de Jubilados Monteagudo, CHELA, Cooperativa 31 de Octubre Molino Osiris, Corriente Clasista y Combativa, CTA Autónoma Regional Sur, ENECA, Espacio Asambleario Parque Patricios, Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados, MOI, MTL, Movimiento Cultural Victor Jara, MST, Pañuelos en Rebeldía y Radio Sur.
A continuación se difunde el documento que marcó el eje político del acto:
Del 7 al 14 de enero de 1919 los 2500 obreros de la metalúrgica Vasena, que ocupaba el predio de la plaza y polideportivo Martin Fierro en el barrio de San Cristóbal, protagonizaron una gran lucha que pasó a la historia con el nombre de la “Semana Trágica”, debido a la cantidad de víctimas producidas por la represión estatal y de grupos paraestatales autoconvocados de la oligarquía y la burguesía que no dudaron en atacar con disparos a las masas obreras que reclamaban sus derechos.
Los reclamos fueron aumento de salarios, disminución de la jornada de trabajo de once a ocho horas, reconocimiento del día de descanso dominical y pago de horas extras, abolición del trabajo a destajo y reincorporación de los compañeros despedidos por causa de las actividades gremiales que realizaban.
El sacrificio de los trabajadores y sus familias les permitió ganar la lucha, que hoy es un ejemplo de dignidad para las generaciones posteriores.
A pesar de que estos hechos pasaron a la historia con un nombre fatídico, hoy, con este acto, queremos subvertir el sentido de la Semana Trágica, al que más bien deberíamos llamar “semana heroica”: ya que durante una semana toda la ciudad estuvo bajo control obrero, sumida en la huelga general y el desabastecimiento, la ciudad estaba paralizada. Los ataque contra los representante de las autoridades se daban por todos lados, los canillitas solo repartían diarios del proletariado. El presidente Yrigoyen se disponía a entregar el poder creyendo que se trataba de un golpe de estado.
Todo esto producto de una resistencia incansable. Los muertos una vez más los puso el pueblo, aunque nunca hubo cifras oficiales, se calculan que fueron más de 700. Lejos de amedrentarse la clase trabajadora logró arrancar al Estado y a los poderes concentrados las reivindicaciones que el pueblo trabajador reconocía como indispensables para una vida más digna.
Estos hechos deben recordarnos el verdadero rol que cumplió el Estado y aun cumple.
El Estado es el garante de los intereses de las clases dominantes, y para ello no basta solo la toma de medidas anti trabajadores/as, sino que también a través de su aparato represivo busca controlar y cercenar los reclamos y exigencias de la clase obrera. Ya sea en los actuales conflictos de Cresta Roja, de Lear y Kraft, o en alzamientos como los de diciembre del 2001. Todo esto en nombre del “pacto social” que no significa más que un relegamiento de las conquistas de los y las laburantes.
Resulta significativo que, a casi 100 años, muchos de los reclamos de aquellos trabajadores aún siguen vigentes. Los y las trabajadores venimos cargando en nuestras espaldas políticas regresivas, en favor de la burguesía agraria e industrial, nacional y trasnacional que buscan que el costo de la crisis la pague el pueblo. La oleada de despidos a trabajadores y trabajadoras estatales en todo el país, la represión de las luchas obreras, la persecución ideológica de los delegados y activistas, la devaluación que empobrece nuestros salarios, las cambios en la policía en la Ciudad, la hipnosis mediática haciendo creer que los despidos de trabajadores/as estatales es porque son ñoquis y la gran cantidad de decretos de necesidad y urgencia que se burlan del sistema democrático-parlamentario son ejemplos de políticas contra los y las obreras que vienen azotando a nuestra clase, junto a la continuidad de la precarización del trabajo, la inflación, entre otras.
Debemos alcanzar mayor unidad de acción en la lucha por la defensa y ampliación de nuestros derechos, a la vez que debemos ir desarrollando un proyecto transformador anticapitalista basado en la autogestión y la independencia de la clase dominante.
La historia nos enseña a los y las trabajadoras, que bajo el sistema capitalista todos nuestros triunfos han sido siempre resultado de la lucha; porque los logros de la clase obrera son retrocesos para las burguesías y sus gobiernos que nunca nos han regalado nada.
Es por esto que se abre un nuevo ciclo donde debemos tomar el ejemplo de los obreros de la Semana Trágica (mejor, dicho de la SEMANA HEROICA) y salir a las calles, en unidad, a luchar por nuestros derechos como trabajadores y trabajadoras.
Tal como ocurrió en esa Semana Heroica, nuestro barrio de Parque Patricios alberga una rica historia de luchas y conquistas, es un barrio tradicionalmente popular y laburante. Tenemos muchos rincones del barrio, como esta plazoleta, cuyas emblemáticas figuras de desaparecidos quisieron ser borradas para hacer un espacio público sin identidad propia, igual que en el resto de la Ciudad. Hoy, con las políticas de Distrito Tecnológico en Parque Patricios, el Gobierno de la Ciudad busca diseñar un barrio que sea atractivo para los empresarios TIC (de las tecnologías de la información y comunicación) y para los inversores inmobiliarios. Esto ha generado en otros barrios y otras ciudades un aumento en el costo de vida, que hace que los que menos tienen deban irse a un barrio “más barato”.
No queremos que el barrio tenga un perfil de empresarios y oficinistas de clase media y alta, queremos un barrio para la clase trabajadora, donde podamos mantener viva nuestra identidad barrial, nuestras costumbres y aprovechar las mejoras sin tener que irnos.
En este sentido, con este acto abrazamos la cultura del encuentro y la unidad, ocupando las calles y el espacio público que los y las vecinas construimos desde siempre, sin rejas, sin cadenas de bares que ocupen nuestro espacio verde, sin cemento. Con el objetivo de alimentar la cultura popular desde y para las y los trabajadores, entendiendo que la cultura es también una herramienta política con la que buscamos, a través de diferentes manifestaciones de artísticas, reforzar una identidad que represente al barrio, a la clase obrera, independiente de la cultura hegemónica que nos imponen los gobiernos y los grandes medios de comunicación a la que consideramos vacía y carente de alma.
Hoy nos reunimos:
*Porque los mártires de la Semana Trágica, de la Semana Heroica, están vivos en nuestro reclamo por salarios justos, trabajo digno y en defensa de todos nuestros derechos conquistados por las y los trabajadores a lo largo de nuestra historia.
*Porque ayer fueron los obreros de Vasena, hace 40 años el Golpe de Estado, hoy Cresta Roja y los trabajadores y trabajadoras municipales: siempre la violencia del estado en defensa de un sistema creado para los ricos y los patrones.
*Por la construcción de una herramienta política liberadora del pueblo.
*Para qué nunca más exista una semana trágica.