El viernes se realizó en Villa Constitución un acto homenaje a Agustín Tosco, que contó con la presencia, entre otros, de su hijo Héctor. No obstante el emotivo acto de rescate de los principales valores del Gringo, la convocatoria tuvo como eje central el repudio al despido del miembro de la Mesa Nacional de la CTA Guillermo Díaz por parte del presidente de la cooperativa metalúrgica COOPERAR.
Una jornada cargada de lucha y reconocimientos a los que escribieron con cuerpo y mente parte de la historia del movimiento obrero.
El sol cae en la cálida tarde villense. La esquina donde se enclava el local de la Agrupación Marrón, se llena de banderas, de gente, de historia. A sólo una cuadra se ve el Paraná reflejando los últimos destellos del día.
En un primer momento, este gran encuentro tuvo como único objeto hacer un merecido homenaje a Agustín ‘Gringo’ Tosco: referente del Sindicato Luz y Fuerza de Córdoba, miembro de la CGT de los Argentinos (CGTA), dirigente político-sindical que pasó sus últimos momentos escapando de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina); un luchador, un estudioso, un ser honesto y afectuoso. Para quienes participaron del Villazo el Gringo se constituyó en una fuerte referencia en lo político y en lo emotivo. Por eso, entre cables de cámaras y micrófonos, saludos y abrazos se veía a Héctor Tosco, hijo de Agustín, quien con su humildad y camaradería se sumó al reconocimiento ‘como uno más’.
Pero, el lunes 18, se conoció una noticia que haría del acto una obligada acción de repudio y promesa de resistencia: el despido de Guillermo Díaz de Cooperar, emprendimiento metalúrgico que lo tuvo como fundador y del cual lo pretende eyectar la conducción del mismo.
Todos los presentes mostraron su más duro rechazo a la situación que atraviesa el integrante de la Mesa Nacional de la Central y metalúrgico con 30 años de trayectoria. Además, subrayaron que la embestida del sector encabezado por el Presidente de la cooperativa y referente de la CTA de Hugo Yasky, Cristian Horton, se dirigió también a otros 11 compañeros de la Marrón que fueron suspendidos bajo la misma excusa: fogonear un paro. En realidad, se trata de diferencias políticas transformadas por el yaskysmo en rencillas internas, cuya solución se define en el poder de veto de su Presidente.
“Es muy duro, porque Horton es hijo de dos compañeros caídos durante la dictadura en Rosario, se crió y se formó dentro de la militancia. Su padre, Raúl Horton, fue compañero mío de Acindar, cuando yo era delegado lo cubría en su sector si él no estaba. Su hijo, comete este gran atropello contra Guille. Con todo mi corazón le pido que recapacite, sino todo el pueblo lo repudiará”, expresó Juan Actis, uno de los protagonistas del Villazo y referente histórico de la Unión Obrero Metalúrgica (UOM) de Villa.
Desde que se supo del despido, Díaz mantuvo sucesivos encuentros con el Consejo Directivo Nacional de la CTA y adelantó que se tomarán medidas “de todo tipo e ingeniosas” contra esta “pseudo cooperativa, encabezada con lógica patronal”. En la misma línea, el trabajador metalúrgico destacó que se trata de “una persecución política, no solo a un militante de la Lista Marrón, sino a la CTA que conduce Pablo Michelli, que es la que está en la lucha, en la calle, la que no se vende”. Conversando con algunos de los cesanteados, se confirmaba esta denuncia: en el comedor y hasta durante la firma de los telegramas de suspensión, Horton hizo uso de epítetos irreproducibles ejerciendo un claro abuso de autoridad.
Mirando en perspectiva la puja política planteada por el sector yaskysta, José Rigáne, Secretario Adjunto de la CTA Nacional, consideró que este intento de echar a Díaz va en la línea de tratar de hacer desaparecer las organizaciones sindicales y los dirigentes que toman la construcción en el movimiento obrero como un instrumento transformador y no de poder personal. “Son los que creen en la pauta posibilista y están convencidos que debemos supeditarnos a un proyecto político gubernamental. No creen en la autonomía y no admiten las diferentes visiones. La CTA tiene 22 años y el gobierno no nos reconoce, pero intercede en 2010 (cuando las elecciones dieron victorioso a Michelli) para declarar a Hugo Yasky como interventor”.
Respecto a la continuidad de la lucha, ya se realizaron volanteadas en puerta de fábrica y se espera la presentación del caso en la Cámara de Diputados por parte del legislador Víctor De Gennaro. Taxativo, Carlos Chile, referente de la CTA Capital, declamó: “les vamos a parar la fábrica, nos hacemos cargo, no vamos a permitir que a un dirigente de nuestra clase lo despidan por acusarlo de instigar un paro”.
Visiblemente emocionado por el reconocimiento a su padre y sorprendido por el marco que se agregó a la jornada, Héctor Tosco no esquivó al conflicto y tomó posición ante lo sucedido: “hay compañeros de clase que reniegan de lo que son y pretenden ser lo que nunca serán. Eso es lo que le ha costado sufrir al compañero Guillermo. Hay que recuperar el puesto de trabajo de Guillermo, ese es uno de los mejores homenajes al Agustín”, sentenció.
Gringo: Unidad, formación y lucha
Tranquilamente este subtítulo podría haber sido el nombre de la jornada. Todos y todas los/as presentes reafirmaban esos valores como sinónimo de la práctica política de Tosco. La mesa que buscó rescatar sus principales aportes como dirigente sindical y político, tuvo una mística difícil de transmitir: junto a Rigane y Actis se ubicaron Rubén “Zurdo” Suárez, militante del PRT-ERP preso en Trelew con Tosco, el hijo del Gringo y Élida Espen, Madres de Plaza de Mayo- Línea Fundadora. Todos orbitaron en conceptos que claramente fueron estandartes constitutivos de Tosco: unidad de acción, formación, estudio, perseverancia, paciencia, lucha, amplitud, todas tendientes a la definitiva emancipación de la clase obrera.
Para Actis, quien tuvo la posibilidad de conocer al dirigente cordobés, su figura definió que los obreros villenses se alinearan con el movimiento sindical combativo nacional. “Sin dudas fue el dirigente sindical político revolucionario más brillante del siglo XX”, afirmó emocionado.
“Tosco es uno de los dirigentes destacados, a pesar de que hubo una acción política consecuente en el tiempo de sepultar sus ideas, escritos, dichos, cartas desde la cárcel. Pero el movimiento obrero tiene la fuerza de rescatar y poner en la superficie su fortaleza y línea de trabajo. Además de ser un dirigente honesto fue un revolucionario, entendía lo que era la lucha de clases, y enfrentó a una burocracia emparentada con las dictaduras, con los monopolios, que era colaboracionista. Sin calcar, hay que tener en claro que la línea de Tosco nos marca el camino a transitar”, aseguró Rigane. El Adjunto de la Central llamó a leer –o releer para quienes ya lo hayan hecho- el emblemático debate entre Tosco y el sindicalista del peronismo ortodoxo José Ignacio Rucci .
A su turno, Rubén ‘Zurdo’ Suárez, consideró que el líder de la CGTA “es un referente permanente para los que queremos algo serio para los trabajadores, nos duelen las injusticias del sistema y no nos conformamos con un nombre más o menos lindo que esté en la gestión de un gobierno burgués. Mientras queramos seguir luchando contra las injusticias del sistema, el Gringo debe estar presente. Debemos estudiar, aprender, no tenemos que dejarle el conocimiento a los que no son de nuestra clase”.
Por su parte, Héctor Tosco resaltó que no tiene valor en oro la herencia que su padre le ha dejado. “Es la herencia de los hijos de los trabajadores que llevan con mucho honor su mameluco. Este acto es una victoria de aquellos compañeros de los ´70 porque a pesar de tanto castigo, después de 38 años de la muerte de mi viejo estamos acá con muchos jóvenes, demostrando que los burócratas, los oligarcas, los que son dueños de todo, no han podido con los trabajadores porque reverdece en la memoria todo aquello”.
Fuente: www.ctarosario.org.ar