CJgMVa4UAAADsHRCon el Fexpocruz colmado de gente, canticos y banderas de todos los movimientos sociales del mundo presentes, se cerró el II Encuentro Mundial de Movimientos Populares que se llevó a cabo en Santa Cruz de la Sierra entre el 7 y el 9 de este mes. Pablo Micheli fue el único Secretario General de una central de trabajadores de toda América Latina que participó del Encuentro. El presidente de la hermana República Plurinacional de Bolivia Evo Morales y el Papa Francisco fueron los grandes protagonistas.

En su intervención, Evo resaltó el “Proceso de cambio” que se ha llevado adelante durante los últimos años en Bolivia y que han conducido a construir una verdadera justicia social y un país soberano. Al concluir, dirigió la mirada a Francisco, y afirmó: “Hoy puedo decir que tengo un Papa, el Papa Francisco”.

Luego fue el turno de Francisco, quien al entrar al Encuentro, y entre el clamor de la gente demostrando su cariño hacia él, no dudó en acercarse hasta la delegación de la CTA-A cuando escuchó detrás de las vallas: “¡Jorge, toma un mate!”. Sin titubear, agarro el mate, lo tomo, y acompañado de un gesto de agradecimiento, dijo: «Esta muy rico».

Sus palabras fueron las más esperadas de la tarde. Su humildad, su mirada de la realidad y su espíritu noble hacen del «Papa de los pobres», un líder.

En primer lugar, expresó su felicidad de encontrarse junto con los movimientos populares en ese día: «¡Me alegra tanto!».

La encíclica «Laudato si’, sulla cura della casa comune», fue el documento base del Santo Padre. La misma,‎ es un documento que da continuidad al I Encuentro Mundial de Movimientos Sociales realizado en Roma el año pasado y que arrojó en las conclusiones el hecho de garantizar y luchar por «Las Tres T: Tierra, Techo y Trabajo».

11698730_474883589343332_7112311444455036994_n«Tenemos que reconocer que hay algo que no anda bien en un mundo donde hay campesinos sin tierras, familias sin techo y trabajadores sin derechos»‎, comenzó diciendo. En este sentido, llamo a combatir el trabajo esclavo, el trabajo precarizado y a luchar por los derechos de todos los trabajadores: «Los planes asistenciales deben ser pasajeros y jamás reemplazar el trabajo digno». Al mismo ‎tiempo, fue muy rotundo al referirse al sistema perverso que empobrece hoy nuestras sociedades: «El capitalismo es el estiércol del diablo».

Luego fue el tiempo de otra de las «T»: «La casa común de nosotros, La Madre Tierra, está siendo saqueada. Los Pueblos debemos movilizarnos para defenderla en nombre de Dios.‎ Hay que poner la economía al servicio de los Pueblos. La economía que usurpa la naturaleza, esa economía: Mata! Digamos No!», proclamó. «Debemos fomentar la economia como administrador y no acumulacion. Una economia verdaderamente comunitaria que garantice a los pueblos prosperidad‎. Si reconocemos que el hombre está destruyendo la naturaleza, lastimando nuestra casa, la Tierra, necesitamos cambiar», subrayó.

‎Antes de concluir, el pontífice sorprendió al decir: «Se han cometido muchas pecados e injusticias sobre los pueblos originarios en nombre de Dios. Pido perdón por los crímenes en la llamada Conquista de América», recalcó.

«Nuestra fe se empeña a no olvidar, quizás sea porque nuestra fe es revolucionaria», mencionó. ‎»Hay que cuidar y acrecentar la unidad de la Patria Grande. ¡Que el clamor de los excluidos se escuche en América Latina y en todo el Mundo!», concluyó.

Foto: Melina Rojas

* Equipo de Comunicación de la CTA

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