Foto01-16A contiuación, ACTA transcribe una carta escrita por Sergio, trabajador telefónico, quien se encuentra acampando junto a todos sus compañeros en las puertas de Telefónica de Argentina para ser reincorporado a su lugar de trabajo.

«Hola, me llamo Sergio y tengo 50 años, mi historia de telefónico comienza con mi madre y luego con mi padre. Mi madre entro a trabajar hace unos cuantos años en la U.T. y luego siguió en ENTEL.

«Toda su vida ha trabajado en las telecomunicaciones como operadora de oficina publica en La Plata, vivió tiempos difíciles hasta que se jubiló. Mi padre era telefonista del Banco Comercial de La Plata, hasta su cierre allá por la década del ’80.

Ahora empieza mi historia

«Empecé en una tercerizada en 1994, cuando Telefónica de Argentina había empezado con las inversiones. Había mucho trabajo y no importaban los sueldos, los aportes y las condiciones laborales, en realidad no importaba la precarización, ¡Había Trabajo!

«Transité durante estos años haciendo distintas tareas, subiendo postes, escaleras, trepando techos, teniendo mucho frío y mucho calor. Pero en fin, ¡Era trabajo!

«Hoy me encuentro en una situación no deseada por mí, una situación que nos llevó a estar en un acampe junto a mis compañeros de trabajo, despedidos por intentar una lucha en un sindicato que representa a los trabajadores de las telecomunicaciones, UETTel-CTA, que no es la UOCRA, sin embargo estamos encuadrados en el Convenio Colectivo de Trabajo de este sindicato.

«¿Qué tiene que ver la UOCRA con nosotros? Es la pregunta que me hacen mi amigos y la gente en general. Por todo eso es que siento que se termina mi vida como trabajador telefónico. Una historia de dos generaciones que termina por la corrupción de mi país en la tranza general: Telefónica y UOCRA.

«Sólo pedimos trabajo -que no es poco-, en un Convenio Colectivo de Trabajo de telefónicos que es realmente lo que somos, mucho mejor si es en planta permanente.

«No quiero acampar, quiero trabajar, como lo hacen la mayoría de los argentinos».

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