Las primeras negociaciones salariales correspondientes al año 2015 ya están en marcha, y de su resultado dependerá que los trabajadores podamos recuperar la caída del salario real que experimentamos durante el año pasado.
Los acuerdos firmados hasta hoy parecen estar condicionados por una pauta de incremento anual del 30%, impuesta desde el Estado Nacional, y materializada por las dos principales negociaciones que abrieron la ronda paritaria de este año: por un lado, UTEDYC (trabajadores de entidades deportivas y civiles) cerró un 30% en tres cuotas; por el otro, la paritaria nacional docente estableció un aumento del 27,2% para el salario mínimo del sector (en este caso, mediante un amento del 21,5% en el mínimo del salario de marzo, más la duplicación del incentivo docente a partir del mes de agosto).
Como veremos a continuación, el establecimiento de incrementos anuales en torno al 30% implica convalidar la reducción salarial registrada durante el año 2014, asumiendo los trabajadores el costo de la actual crisis que atraviesa la economía de nuestro país.
Este intento de contener la paritaria se realiza luego de que, a finales de 2014, muchas organizaciones sindicales impulsaran reclamos por bonificaciones de fin de año, o sumas puente para los primeros meses de 2015, a fin de paliar los efectos negativos de la inflación. Sin embargo, a diferencia de otros años, la concreción de estas reivindicaciones no se generalizó al conjunto de las actividades, y la magnitud resultó muy heterogénea según los distintos sectores y actividades.
La existencia de una profunda heterogeneidad en las negociaciones de fin de año constituye una muestra de un proceso mucho más general, cuyo inicio puede ubicarse en el año 2007, en el que los resultados de la negociación salarial fueron muy disímiles según las distintas actividades. Veamos a continuación cuál fue la evolución del salario real en los últimos años, tanto en términos generales como de acuerdo a la situación de distintas actividades, para luego identificar algunos de los desafíos de cara a las negociaciones que se desarrollarán durante los próximos meses.
La evolución del salario real durante los últimos años La persistencia de altas tasas de inflación durante el año 2014 impactó fuertemente sobre el salario real de los trabajadores, provocando una caída anual de al menos el 3,8% en el promedio general.
De acuerdo a la información brindada por el INDEC, quienes padecieron una mayor reducción fueron los trabajadores registrados del sector privado, cuyo salario retrocedió un 5,5% en comparación con el año 2013, mientras que los trabajadores del sector público tuvieron un retroceso del 3,1%. Por el contrario, según las mismas fuentes, el salario de los trabajadores no registrados habría experimentado un crecimiento del 0,7%[2].
En el mediano plazo puede apreciarse una situación de estancamiento de los salarios reales. En efecto, en el período 2007 – 2014 el promedio general presenta una variación positiva del 1,6%. En este período los trabajadores registrados tuvieron un aumento del 3,3%, mientras los no registrados habrían tenido un aumento del 32%, y los del sector público una caída del 22,6%.
Nuevamente es necesario destacar la falta de confianza pública que poseen los informes provenientes del INDEC referidos a la evolución de los salarios nominales. En tal sentido, la información sobre los salarios del sector privado registrado y del sector público es menos susceptible de ser manipulada que la de los trabajadores no registrados que, según el INDEC, están atravesando una situación de crecimiento salarial muy importante, aún a pesar del contexto de crisis que alcanza al conjunto del mercado de trabajo.
En cualquier caso, no sería posible descartar una caída aún mayor del salario real a la que surge de los propios informes del INDEC.
Los resultados de la negociación salarial en el 2014
La caída del salario real durante el año 2014 se produjo a pesar de tratarse del año en el que se registraron los mayores incrementos nominales de las últimas dos décadas. En efecto, los aumentos salariales negociados el año pasado se ubicaron entre el 26,5% y el 38% (según las distintas actividades), pero aún así no alcanzaron a compensar el efecto de la inflación, que fue la más alta desde el año 2002.
El análisis de los porcentajes de incremento salarial permite realizar solo una primera aproximación a los resultados de la ronda paritaria, por cuanto se aplican a salarios muy distintos entre sí. En efecto, para analizar la evolución de los salarios de convenio a lo largo del tiempo y para efectuar comparaciones entre distintas actividades, es necesario incorporar los adicionales convencionales que son percibidos en forma generalizada por los trabajadores de cada actividad. En tal sentido, en la siguiente tabla reconstruimos el salario correspondiente a la categoría inicial de cada convenio, o en su caso a la más representativa, considerando no sólo el básico sino también otros rubros tales como antigüedad (a los fines del cálculo utilizamos un promedio de 10 años), viáticos (cuando son percibidos en forma permanente y no están sujetos a rendición de gastos), adicionales por rama y por título[3].
Artículo publicado en el Periódico de la CTA Nº 108, correspondiente al mes de marzo de 2015