seminoEn el marco de las 1200 marchas de los jubilados y jubiladas, desde el estudio móvil de Estación Central se entrevistó este miércoles 8 de abril a Eugenio Semino, Defensor de la Tercera Edad.

– ¿Por qué es importante hoy estar acá bancando a los jubilados?

– Bueno, yo creo que es una jornada realmente importante porque hoy es un tema político en todas sus expresiones, no tienen en la agenda debatir qué pasa con la Seguridad Social en Argentina. Este símbolo de 23 años marchando, donde hubo períodos de saqueo del sistema a través de las privatizaciones; de achatamiento de la pirámide de haberes, tal cual hoy está ocurriendo, donde casi el 80 por ciento de los jubilados están en un haber mínimo que no cubre el 50 por ciento de su canasta básica; realmente amerita ver cómo resolver la cuestión en términos estructurales y creo que esta ausencia de debate no es casual, porque este debate necesariamente debe incluir la estructura fiscal en la Argentina. Porque hoy la Seguridad Social, a diferencia de lo que fue el concepto de post guerra, ya no se financie desde el trabajo. El 50 por ciento de lo que ingresa al sistema en nuestro país proviene de impuestos, y de esos impuestos el que más aporta ese el IVA, fíjense que paradoja, el más regresivo de los impuestos, el que afecta a los más pobres, tiene que bancar a los pobres jubilados. Esto no le da carácter de sustentabilidad, salvo que naturalicemos que los jubilados se tienen que morir de hambre, o tienen que hacer juicios eternos donde los sorprende la muerte en el curso de su tramitación antes de gozar de un derecho que les compete por haber trabajado toda una vida.

– Te escucho hablar y reflexiono sobre una percepción de muchos que ‘en los últimos años los jubilados están mejor’, ‘hay más jubilados’, ‘es más accesible la posibilidad de jubilarse’. ¿Cuál es la condición de la mayoría de los jubilados hoy?

– Creo que a veces, sobre todo en períodos pre electorales, la falacia es de frecuente aparición en los discursos. Hoy respecto a si están mejor que en otro país, me decía un jubilado de mi barrio, de Mataderos, ‘yo voy a comprar al chino de acá a la vuelta, no voy a comprar al kiosco de la vuelta del Corcovado, a ver cómo están los precios por allá, a ver si me alcanza más o menos’. En realidad, siempre los haberes tienen que ver con la posibilidad de adquirir los insumos necesarios para vivir. Y hoy con tres mil pesos, el que supone que se puede subsistir en Argentina, realmente es un disparatado, en término de los conceptos y un cruel en términos de la percepción de la vida.

semino 2Te doy un ejemplo, nosotros calculamos desde la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, ya desde hace muchos años, la canasta del jubilado dos veces por año. El último cálculo es de noviembre de 2014, la canasta que incluye gastos de mantenimiento de una vivienda de alquiler compartido, de una vivienda propia o una pensión, alimentos básicos, lo que tiene que ver con gastos de salud, y nos daba $6700, vale decir que el 80% de los jubilados están con una cobertura del 50, 60 o 70%. Creo que esto naturalizado sobre 7 millones de personas, porque dentro de esos 7 millones están los pensionados, que ganan menos de esa suma, en realidad lo que nos está hablando de naturalizar la exclusión. Y si bien es un debate que es propio de la sociedad moderna, es un debate que está en el mundo, hoy no está presente en Argentina el debate en términos de integralidad de lo que representa la Seguridad Social.

Vos fijate que quienes tenemos una concepción que hemos laborado desde hace más de 20 años respecto a un concepto de Seguridad Social con tres grandes pilares que son trabajo y previsión, la salud y la educación, que a su vez si tomamos 500 años de historia Latinoamericana vamos a ver que tuvieron desarrollos comunes, crisis comunes y que los intereses que agredieron a esos tres pilares también fueron comunes. Fueron los intereses de la dominación de turno. Vamos a ver que tenemos una sociedad en crisis. ¿Cómo se deduce saber que una sociedad está en crisis? Simplemente preguntándonos si puede haber una sociedad donde se le de menos a quienes más necesitan.  Y en realidad, tener en cuenta esto es básicamente lo que nos tiene que hacer redimensionar el concepto de Seguridad Social.

Obviamente que los cambios estructurales implican debatir por qué el IVA aporta entre el 11 y el 17 por ciento, y la renta financiera cero y la renta minera cero y la renta petrolera cero. Tal vez porque los bancos, las mineras, las petroleras entre otras cosas también financian las campañas políticas.

¿Por qué el sistema de salud está en crisis? Porque no hay políticas de salud, sino hay negocios de enfermedad. A Carrillo a veces lo ponen en un cuadro, pero sigue en el exilio como ocurre desde 1954. Porque modelos socios sanitarios no hay. Porque precisamente el gran negocio es el medicamento, que es la otra gran financiadora del sistema político y sindical y para consumir medicamentos hay que estar enfermos, no hay que generar políticas de salud.

Y obviamente, cuando planteamos el tercer pilar, que es la educación, nos vemos con un sistema también en crisis. Y cuando hablamos de la crisis hablamos a veces a veces si se aporta 3 o 6 puntos del Producto Bruto, pero no qué objetivos tiene la educación. Entonces reemplazamos esos objetivos por la herramienta: ‘pero si les dimos computadoras a todos los pibes ¿cómo puede ser que no sepan más?’. En realidad me parece que ahí nos estamos debatiendo en una falta de objetivos, intencionadamente inobservada, que es el gran tema a dilucidar y que esperemos que se haga en simultáneo con resolver la situación de emergencia que hoy padecen quienes ya están jubilados.

– ¿Cómo se puede caracterizar hoy la realidad del PAMI?

– Le has puesto nombre y apellido a la crisis de salud, tal vez lo que hay que variar es la acentuación porque sigue siendo el ‘pamí’. Siguen siendo los funcionarios políticos que intervienen históricamente el Instituto los que en realidad lo han vaciado y las consecuencias son que el cuerpo lo pone el beneficiario. Y te remito a lo que decía del medicamento, porque el gran contrato del PAMI con la industria del medicamento, contrato firmado el 12 de junio del 97 por Víctor Alderete, es el que sigue vigente después de haber pasado muchos gobiernos. Y quiere decir que sigue vigente cuando se ha duplicado la facturación y esto se hace en cada año electoral, porque es esa industria la que también financia con las drogas legales y las que no lo son, las grandes campañas que hoy vemos, de cientos de millones de dólares, con candidatos tan diversos como los presidenciales que no sabemos de donde surgen o como los concejales. Realmente nadie quiere escarbar, pero todo resulta demasiado obvio de por qué está mal nuestro Pueblo.

– ¿Es posible pensar un país donde ser jubilado no sea sinónimo de ser pobre?

Es indispensable. Hace 30 años que hago gerontología y lo que hay que tener en cuenta es que cuando hablamos de vejez tenemos que reemplazarlo por envejecimiento. Un viejo pobre, un viejo enfermo, es lo que alimenta la gerontofobia pasiva, es decir, el gran miedo a envejecer. Y una sociedad que adopta la cultura de Dorian Gray, que quiere ser siempre como es ahora, lo que está negando es el futuro, porque lo más saludable es el envejecimiento, la alternativa es la muerte.

 

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