El próximo lunes 16 de marzo se van a cumplir 10 años de la desaparición de la estudiante de Economía Florencia Pennacchi. Sus familiares y amigos, quienes vienen reclamando por su aparición con vida desde el primer día realizarán distintas actividades de cara a esta fecha. Para hablar del caso, los compañeros y compañeras de Estación Central (Radio Sur, FM 88.3) se comunicaron con Pedro Pennachi, hermano de Florencia.
El pasado miércoles 11 de marzo desde Estación Central, el programa de Radio de la CTA Capital, entrevistaron a Pedro Pennacchi, hermano de Florencia, la joven que se encuentra desaparecida desde el 16 de marzo de 2005. Al inicio de la entrevista Pedro pidió hacer una aclaración sobre la gacetilla de prensa que fue enviada a los medios: “A mi me gustaría hacer una corrección de la gacetilla, generalmente hay gente del grupo de amigos que está convencida del no retorno de Florencia (en la madrugada del 16/3). Pero, a las 11 de la mañana el encargado del edificio dijo que la vio salir apurada. Es decir, es parte de como se arma ese día, por los llamados y demás. Muy probablemente a la noche salió y les dijeron que volviera al mediodía, porque la inteligencia del celular marca que las últimas llamadas las hizo desde ese lugar, pero no algo intermedio. Es medio confuso, pero yo no apuntaría tanto los cañones para el evento de la madrugada, sino más bien a lo del mediodía.”
– ¿En qué situación está hoy la investigación?
Es una causa casi freezada. Los primeros años teníamos un abanico de posibilidades porque no sabíamos bien qué estaba pasando, la única certeza que teníamos era que no se había ido por voluntad propia y eventualmente tratamos de llegar a la gente del boliche donde la desaparecieron, hay que recordar que esto fue un mediodía, porque da la sensación de que a la noche pudo haber pasado cualquier cosa; no, fue al mediodía, un horario donde un boliche está cerrado y hay pocas personas. Pero bueno, como al Fiscal no le parece que hay pruebas suficientes como para que ninguna de estas personas sean ni siquiera imputables del falso testimonio, nos quedamos en la situación más o menos con que arrancamos, que es la de difusión y esperar a que algún testigo fortuito aporte datos.
Se hace, el año pasado se buscó un cuerpo, algo así hay, mantiene viva la causa. Pero no es la línea, no es un camino que digamos ‘de acá, si hacemos esto, llegamos’.
– ¿Tuvieron alguna otra información, indicio, por otro lado, para que se pueda saber el paradero de Florencia?
Alguien de Santa Fe y una chica en Córdoba, creo. Pero no sé, hablé hace poco con otras personas y me dijeron como que los testimonios esos no tenían contundencia. Sí, eventualmente siempre sale algo así, o un lugar en las afueras de Rosario, pero son cosas que no sé. Mi historia con los testigos es que cuando arrancó lo de Florencia tuvimos todo tipo de testigos, todo tipo de llamadas y terminé desarrollando algo así como una especie de incredulidad a los testigos. No importa la buena voluntad que tengan o vieron a alguien que era parecida pero no era, no sé si imaginaron o tal vez si vieron algo, fue hace tiempo. O sea, testigos así generalmente no me produce eso de ‘hay gente que dijo, estoy seguro entonces’. Por ejemplo, la otra vez sí, con un book que nos habían dado, que arman con las libretas sanitarias, ahí sí pudimos ver fotos y cosas. Eso es un poco más material, menos sujeto a subjetividades de los testigos.
– Vos como hermano de Florencia ¿Crees que ella fue secuestrada por una red de trata?
Si tuviéramos la hipótesis de que se murió ese día en el boliche, al mediodía, el cuerpo tendría que haber aparecido, porque lo hubieran dejado en algún lado. No es que lo pueden agarrar, subir, llevarlo a la loma del diablo y enterrarlo en algún lado, porque es muy visible. Igual ahora nos dijeron que deberíamos buscar de vuelta el cuerpo, por lo del caso Arruga. Porque hicieron refichaje de un montón de cosas y doy fe por búsqueda propia de la familia de que generalmente no hay buena comunicación entre morgues y fiscalías.
Pero, al no tener el cuerpo, no se fue por voluntad propia, toda esta historia de que el tren de consumo estaba subiendo y nadie decía nada, era como que la estaban enganchando. Con el tema del impacto mediático, gente de poca monta hubiera saltado, hubiera reaccionado, pero estos son mafiosos profesionales. Por más que salgas con pancartas y que haya impacto en la televisión y todo, se cagan de risa, ellos son personas que viven en una realidad alterna. Al estar fuera del sistema, no les impacta tanto.
Si a mi hermana la hubieran secuestrado por cualquier otro motivo, ya hace mil años que hubiera aparecido.
– En la Argentina son 142 las niñas y las mujeres desaparecidas. Vale aclarar que 52 de estas mujeres son jóvenes. Esto es información de Missing Children, de Red Solidaria, porque los datos oficiales no están muy claros y en muchos de los casos son desapariciones que no dejan rastro, esto que vos estás contando sobre Florencia…
Claro, hay muchos desaparecidos que no dejan rastros. Lo que pasa es que no es que se fue a la noche y nunca se supo más nada. La inteligencia del celular de ella marca que por el área estaba ahí. Una red de un celular no te da la precisión de un GPS, así que tampoco te puede indicar que estaba en ese lugar, pero no tenía otra razón, ni motivo, no conocido, ni nada, para estar por esa área. No es tan cerca, pero tampoco es tan lejos de casa. Y bueno, todo lo demás, lo que hemos visto, nos marca eso, de que la situación de Flor es un secuestro para trata.
La Policía generalmente no está a la altura de la situación. Y a parte siempre está el famoso tema de las 48 horas y el tiempo precioso que se pierde. Y yo te diría que las 48 horas son lo de menos, yo lo que he visto en estos casos y la experiencia propia me dice que hay como más tiempo, dependiendo el prejuicio que tengan con la víctima. Mi hermana; ‘ah, bueno, chica. Las chicas se rajan con el novio, se pelean con la familia, son unas despreocupadas’. Pibe mochilero: ‘uh, ¡Qué hippie de porquería! Debe estar en el medio del monte y no le dijo nada a nadie’. No es que piensan que se merecen lo que les pasó, sino que directamente son excusas para no actuar. Pero es el caso genérico, en el caso nuestro ya no sabemos ni con la gente que trabajamos.
Yo a la Justicia la veo, tal vez hay desidia, también hay mucha gente que está en Justicia que deben ser hombres de Derecho muy bueno, pero les falta algo de know how para trabajar en lo que es criminalística. Otra cosa que escucho un montón de veces es que ‘nosotros como partes tenemos que impulsar la causa’, impulsar la causa se trata de ir con medidas concretas y uno es una persona normal, no tenemos preparación para saber cómo se investiga en el caso de una desaparición de persona, o como trabajar con el hampa. Lo temible es eso, de que a mi me da la sensación de que gran parte de lo que es la Justicia Penal está con gente que no está preparada para trabajar.
– En lo personal, ¿Cómo fueron estos 10 años?
Los 10 años activos tuvieron sus tiempos bajón, sus tiempos… uno que estaba ocupado, tratando de encontrarla, donde uno no tenía el momento para sentirse abatido. Después vinieron otros momentos. Uno como que procesa el vivir con esto, pero es una cosa de… el tema desaparición. Porque el ‘desaparecido’ es una palabra que quedó con una fuerte impronta política y como que desaparecido tiene que ser por alguna especie de actividad política. Pero, el tema ‘ser desaparecido’ tiene el lado de las víctimas extras, aparte de la víctima, que somos todos los familiares y los amigos. Y es una cosa terrible tener la incertidumbre. Y peor, imaginar situaciones en las que podría estar el ser querido, es terrible. Uno aprende a vivir, pero lleva la carga existencial siempre.