Cada vez más pueblos se suman a la lucha por la vida y los territorios contra el modelo extractivista en el país. En esta primera parte, un panorama necesario en el que se destacan el freno a Monsanto en Córdoba y el «no» a las represas en Misiones.
Los golpes del extractivismo no dejan de sentirse. La resistencia se fortaleció en muchos territorios y no son pocas las luchas a destacar. Monsanto sigue sin poder construir su planta en Malvinas Argentinas (Córdoba), en Misiones el pueblo le dijo «¡No!» a las mega-represas, y tras años de lucha los movimientos campesinos lograron una ley de agricultura familiar. La lista de acciones en defensa del territorio es inagotable y bien vale la pena destacar cada una. Por razones prácticas mencionaremos sólo algunas que se convirtieron en referencia.
Un gigante dormido
El caso de Monsanto en Malvinas Argentinas continúa como una de las grandes banderas que flamea frente al agronegocio. La lucha iniciada a mediados de 2012 para que no se instale la planta de acopio de semillas de maíz transgénico más grande de América Latina sigue firme. A inicios de 2014, la asamblea de vecinos/as logró un importante triunfo. El gobierno provincial rechazó el estudio de impacto ambiental de la empresa. Desde entonces, la construcción quedó frenada.
“La estrategia de Monsanto es ratificar la decisión de construir la planta, apoyarse en la presentación de la nueva evaluación de impacto ambiental y presionar al gobierno provincial para la reglamentación de la nueva ley de ambiente y que esté todo listo para funcionar», sostiene Cecilia Carrizo, magister en Administración Pública y docente del seminario de Justicia Ambiental de la Universidad Nacional de Córdoba. Del lado de los vecinos y vecinas, no hay que perder de vista que “el avance de la lucha contra Monsanto es haber detenido y complicado la radicación de la empresa”. Para dimensionar este dato, la compañía es primera en venta de semillas y cuarta de agroquímicos a nivel mundial, según el ETC Group, especializado en el análisis de este tipo de multinacionales. Carrizo señala que en los últimos meses “el tema se ha diluido en la opinión pública” mientras que “gana protagonismo el tema electoral”. En ese sentido habrá que ver cómo se para la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida este año. Monsanto había hecho público que dejaría pasar las elecciones para volver a motorizar el proyecto.
Recientemente, otro pueblo cordobés se puso en el centro de la escena. Entre el 15 y el 19 de octubre pasados Monte Maíz, ubicado en el sudeste provincial, fue relevado casi en su totalidad por docentes y estudiantes de medicina de la UNC, a partir de una actividad de la Cátedra de Pediatría. La demanda había surgido de los propios vecinos, nucleados en la Red de Prevención de la Salud, y (esto sí es una novedad) del propio intendente, Luis Trote. Los casos de cáncer y “enfermedades raras” se multiplicaron en los últimos años. Los datos preliminares del relevamiento coincidieron con los que percibía la gente de a pie. Sobre una primera muestra de 594 personas, se indica que los casos de cáncer detectados en el último año alcanzan al 1,07 por ciento de la población. El promedio que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS) como normal es de 0,2 por ciento. Los pacientes oncológicos representan al 2,32 por ciento de la ciudad, mientras que la prevalencia de la OMS es de 0,46 por ciento. Entre las problemáticas ambientales que señalan los vecinos y que rápidamente salta a la vista: depósitos de agroquímicos junto a cualquier vivienda de la ciudad, fumigaciones sin control, acopios de granos en medio del pueblo.
El estudio impactó en la opinión pública y la reacción de empresarios, comunicadores y funcionarios que defienden el agronegocio no se hizo esperar. Hay mucho para señalar sobre esto, como el intento de desprestigio a los profesionales que encararon el trabajo, pero tal vez el programa que Gustavo Mathieu (Radio Mitre) dedicó a fustigar el estudio sea lo que mejor simbolice esta cruzada. “Nos marcaron la agenda y a mí me puso loco que nos marquen la agenda desde afuera, un sector que no tiene nada que ver con el campo”, se despachó, ladeado y apuntalado por Juan Cruz Molina, secretario de agricultura de Córdoba; Gustavo Irico, decano de la Facultad de Medicina, y la agrónoma y docente de la UNC Alicia Cavallo. Todo un equipo de primera para enfrentar a un simple grupo de vecinos y vecinas que defiende su salud.
Mientras se aguardan los resultados definitivos del estudio que incluye análisis de suelo, agua y cascarilla de granos esparcidas por el pueblo, el caso Monte Maíz demostró una vez más que el trabajo académico en defensa de la salud frente al impacto del agronegocio, molesta y mucho.
Democracia real
Misiones y su lucha contra las represas merece un capítulo especial. Frente a la negativa del gobierno provincial para dar participación a la ciudadanía en proyectos de alto impacto social y ambiental, fueron las propias organizaciones sociales las que implementaron mecanismos democráticos. La consulta sobre la aceptación o no de más represas en la Provincia contó con más de 120 mil votantes. En localidades que se verían afectadas por el proyecto argentino-brasileño Garabí-Panambí, como Alba Posse votó más del 80 por ciento del padrón electoral a pesar de que la elección no era vinculante. Todo un ejemplo de democracia participativa. Los resultados a nivel provincial dejaron un claro rechazo a estas iniciativas: 116.598 votos (96,82 puntos porcentuales) contra las represas.
“Las represas provocan embalses que inundan pueblos enteros”, dice Sergio Alvez, coordinador del Equipo de Comunicación de la Consulta Popular sobre Represas en la Revista Superficie. En este caso serán 90 mil hectáreas afectadas. “Son geografías que ante este tipo de emprendimientos, desaparecen. Con el territorio, se destruye la historia, la cultura, los recursos naturales, los lazos comunitarios y las condiciones socioeconómicas de subsistencia”, describe.
Consultado por este cronista, Alvez enmarca este acto eleccionario como “una instancia histórica en la discusión –no oficializada por los estados intervinientes- del modelo energético en nuestra región”. Y apunta que “además de las cuestiones técnicas y diplomáticas” estos proyectos deben hacer lugar “a la salud pública, a los derechos humanos, al acceso a la información, al medio ambiente, al territorio, a la cultura en su más amplia noción”. Alvez no duda en ubicar a esta consulta popular como “un capítulo más en el rico historial de resistencias populares en Latinoamérica, que decide aplicar una metodología -de la democracia directa- que otras experiencias inspiradoras han transitado, en pueblos como Loncopué, Esquel, Malvinas Argentinas, etc.”.
De cara al año que comienza y pese al silencio de los grandes medios, desde la «Mesa por el No a las represas» confían en “profundizar la difusión e incluso construcción de matrices energéticas alternativas, específicas, modelos populares respetuosos con los derechos humanos y el medio ambiente, para ofrecer a la sociedad la posibilidad cabal de seguir tomando conciencia de que es necesario, pensando en las generaciones futuras, detener las grandes represas y avanzar hacia otras formas”.
Fuente: Leonardo Rossi, www.marcha.org.ar