Clarín despidió a Silvina Ortega, editora de MUY, el 29 de diciembre pasado. Sin sanción ni aviso previo, la empresa le envió una carta documento e impidió su ingreso al diario desde ese mismo día.
«El argumento del despido hace mención a una falta de Silvina: haber publicado una reportaje que ya había salido en MUY con el agravante de que el entrevistado había fallecido. Ante la falta de periodistas, refritar notas de otros productos de AGEA, como los suplementos Zonales, es una práctiva habitual, permitida e impulsada por la conducción de ese diario. Tanto Silvina como esta Comisión, admitimos la falta, pero consideramos desmedida y desproporcional la medida adoptada por Clarín, cuyas publicaciones, y especialmente MUY, sufren una avanzada precarización laboral.
Silvina no había sido sancionada o suspendida por ese error, ni por ningún otro, durante los 18 años en los que formó parte de la redacción. Comenzó a trabajar en la sección Fierros de Olé y el suplemento Autos, estudió mecánica y los autos eran su especialidad. En los meses previos al despido, había comenzado un tratamiento terapéutico motivacional porque “mi situación en MUY era complicada y esperaba un pase que me habían prometido para poder volver al Suple Autos”. Pero a casi un mes de la publicación del artículo en cuestión, Silvina recibió una carta documento en la que se le comunicaba el despido sin indemnización aludiendo una justa causa. Hasta ese momento siguió concurriendo al diario y trabajando con absoluta normalidad.
En las reuniones con la compañera se le planteó avanzar con el reclamo por su reincorporación. Silvina reconoció su falta, pero negó cualquier mala intención en el hecho. “Estaba cansada y necesitaba cerrar esa página”, admitió. También explicó lo obvio: no sabía que el entrevistado había muerto y en el apuro no lo chequeó. Clarín, a través de gerencia de Personal, aludió “intencionalidad manifiesta” en el hecho que motivó el despido. Por vía judicial, Silvina ya evidenció lo improcedente de la medida, y el conflicto avanza ahora por ese canal, el elegido por la compañera.
Respetando su decisión de avanzar por la vía judicial, desde la CI nos vemos en la obligación de alertar sobre ciertas situaciones que surgen de este episodio. En MUY, como en la gran mayoría de las publicaciones de AGEA, se han ido decenas de personas que no fueron reemplazadas. En muchos casos, los editores se quedaron sin redactores a cargo, como era el caso de Silvina. Los redactores son obligados a escribir muchos más textos de los que escribían antes, con los riesgos que esto implica. Y en algunos casos heredar responsabilidades de cierre, que en ningún caso corresponden. Esto provoca que se resientan todos los mecanismos de trabajo y que las posibilidades de cometer errores, y faltas, aumenten. La situación de desmotivación que atravesaba Silvina no escapa del sentir de la gran mayoría de la redacción, tal como se desprendió de la encuesta de Clima Interno y Calidad Periodística realizada por esta Comisión, en la que en amplio número los trabajadores de Clarín Agea manifestó su desencanto tanto a nivel salarial, como desde el punto de vista editorial, de recursos, promoción, e integración papel-web dentro de las distintas redacciones del Grupo.
Desde la Comisión Interna exigimos que se revea la situación de Silvina. Al mismo tiempo queremos alertar al resto de las redacciones sobre este hecho, y repudiar la posibilidad de que sean los periodistas los que paguen por una decisión empresarial que impone una redacción de 24 horas y nuevas tareas mientras sigue expulsando a valiosos colegas a través del retiro voluntario».
Comisión Interna de Trabajadores de AGEA