El Plenario de Delegados de Prensa, autoconvocado ante la crisis terminal de la conducción de la UTPBA, resolvió impulsar una consulta entre los trabajadores del gremio sobre la creación o no de un nuevo sindicato. La votación en las redacciones se realizará el 17 y 18 de diciembre.
Con mandato vencido desde el 30 de septiembre de 2013, la burocracia atrincherada en la conducción de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba) sobrevive en la clandestinidad gracias al pulmotor que le brinda el ministro Carlos Tomada. La histórica lista “Celeste y Blanca”, que encabezan Lidia Fagale y Raúl Dellatorre, lleva 14 meses usurpando el sindicato. No da señales de vida ni manifiesta la más mínima voluntad de presentarse a elecciones limpias y transparentes y se limita a pedir cada tres meses una nueva extensión de mandato.
El Ministerio de Trabajo no sólo las autoriza: también hace oídos sordos a las órdenes judiciales de analizar las impugnaciones presentadas por la Lista Multicolor a más de la mitad de los afiliados que figuran en el padrón sin tener ninguna relación con el periodismo o la comunicación. Ante este escenario, luego de haber puesto en evidencia las maniobras de la burocracia para mantenerse a flote pese a su irreversible distanciamiento de las redacciones, el Plenario Autoconvocado de Delegados de Prensa resolvió el jueves 28 de noviembre impulsar un plebiscito sobre la creación de un nuevo sindicato de prensa a realizarse el 17 y 18 de diciembre.
El último indicio de vida del puñado de amigos que ocupa ilegalmente la Utpba era hasta hace pocos días un escrito firmado por Fagale en el que le anticipaba al Ministerio de Trabajo que las elecciones se realizarían el 27 y 28 de noviembre. Ante ese anuncio, sobre el que nunca se informó a los trabajadores, desde la Lista Multicolor – Frente de Unidad para Luchar advertimos que no nos prestaríamos a ninguna parodia electoral. Finalmente nos enteramos de que la dirigencia fantasma del sindicato había pedido una nueva extensión nada menos que por 180 días. Es decir, para asegurarse otros seis meses con respirador artificial.
El frustrado proceso electoral tuvo un primer hito en septiembre de 2013, cuando un fallo judicial suspendió la convocatoria a elecciones a instancias de la Lista Multicolor, que reclamaba acceder al padrón de afiliados, un requisito elemental que establece la Ley de Asociaciones Sindicales. Esa pelea, que implicó certificar ante escribano cada una de las maniobras para ocultar los nombres del fraude, rindió frutos en febrero, cuando ante sucesivos pronunciamientos de la Justicia y del propio Ministerio de Trabajo los familiares de Juan Carlos Camaño ubicados en la junta electoral no tuvieron más alternativa que entregar una copia del padrón.
A la par de la batalla judicial, la Multicolor desplegó una intensa actividad política, que implicó recorrer redacciones, compenetrarse sobre la situación en cada empresa, debatir cara a cara con cientos de compañeros y también llevar adelante una campaña financiera con el objetivo de afrontar los gastos de una elección en condiciones adversas. Además de los candidatos y de las agrupaciones fueron los propios trabajadores los que tomaron en sus manos tanto la propuesta como la difusión, desplegando afiches en las redacciones, utilizando en forma masiva las redes sociales y participando activamente de las actividades que se proponían desde la lista de unidad de toda la oposición, integrada desde las más diversas identidades políticas y sindicales como el objetivo de disputar la conducción del sindicato luego de 28 años de la “Celeste y Blanca”.
El análisis pormenorizado del padrón, certificando caso por caso la situación laboral real de los afiliados, puso blanco sobre negro el motivo de la persistente negativa por parte de las autoridades del sindicato: existen más de 2500 afiliados que nada tienen que ver con el gremio de prensa. No son trabajadores en relación de dependencia, no son colaboradores ni comunicadores sociales. Simplemente y más allá del discurso de la dirigencia Celeste y Blanca son afiliaciones truchas, inventadas para perpetuarse en la conducción.
Una conducción que en los últimos 20 años ha abandonado a los trabajadores a su suerte y que se resistía a convocar a paritarias se vio obligada a hacerlo en 2012 por exigencia de la oposición. La conducción de la Utpba se mantuvo distante de todas las luchas y conflictos y en algunos casos, como el de Télam, ni siquiera llamaba a elecciones. Sin embargo, gracias también a la pelea que dio puertas adentro la secretaria gremial Judith Rabinovich, aquel año tuvimos la primera negociación colectiva desde 1975, aunque acotada a la rama diarios. Recién en 2013 se logró incluir a todos los trabajadores de prensa escrita, incluidas agencias, revistas y portales de noticias. La creciente movilización de los trabajadores y el crecimiento de la organización de las bases, en donde los burócratas no podían tener ni siquiera un rol decorativo, generó una reacción que pronto agradecerían las patronales: Fagale, Dellatorre & Cía. decidieron dejar afuera de la negociación salarial a los delegados electos en cada una de las empresas. Fue una nueva traición, que golpeó duro porque los trabajadores nos habíamos acostumbrado a ser parte activa del proceso de mejora de las condiciones laborales.
Desde siempre existió en la oposición un debate sobre la permanencia o no en la UTPBA: si disputar la conducción del sindicato -creado en 1986 por la fusión de dos entidades gremiales previas- o impulsar la creación de una nueva herramienta gremial. El año pasado, inmersos en ese debate, las agrupaciones junto con trabajadores independientes decidimos pelear adentro de la Utpba, pese a ser conscientes de las dificultades que la decisión acarreaba. La afrontamos con entereza y llevamos adelante una campaña que terminó por sepultar a una dirigencia alejada de las bases y preocupada sólo por mantenerse en sus sillones.
Desde el CTP hicimos el máximo esfuerzo en defender la unidad lograda a pesar de las diferencias y en avanzar hasta el final en ese proceso, pese a los infinitos obstáculos sembrados por la burocracia de la Utpba y facilitados por el modelo sindical vigente. Pretendíamos que todos los trabajadores comprendieran cabalmente quiénes ocupan el sindicato, qué prácticas llevan adelante y quién los ampara. En gran medida lo hemos logrado. Ese proceso está llegando a su fin. Más allá del incierto futuro del sello en que Fagale, Dellatorre & Cía. han convertido a la Utpba, entendemos que llegó el momento de que los trabajadores nos pronunciemos sobre la necesidad o no de una nueva herramienta gremial. Por nuestra parte, no tenemos dudas: hay que avanzar en la construcción de un verdadero sindicato que esté presente en todas las luchas, que sea un instrumento al servicio de los trabajadores, que es la razón de ser de todo sindicato.
Por eso, convocamos a todos los trabajadores y trabajadoras de prensa a participar masivamente del plebiscito que se realizará los días 17 y 18 diciembre. El SÍ al nuevo sindicato debe ser contundente, se debe escuchar en todos lados, debe retumbar en los oídos de patronales y funcionarios. Será ese el mejor modo de establecer bases sólidas para la construcción de una herramienta fundamental para defender los derechos de los trabajadores. De nosotros y de nuestro trabajo y militancia depende. Seamos protagonistas de esta historia y construiremos para el futuro una herramienta fundamental para la defensa de las y los trabajadores.
Foto: Horacio Paone
Fuente: www.colectivodeprensa.blogsp…