Desde el programa Estación Central –Radio Sur, FM 88.3- entrevistaron a Luis Campos, Coordinador General del Observatorio del Derecho Social de la CTA, quien analizó la conflictividad laboral actual, contó cómo trabaja este observatorio y habló sobre la nota publicada recientemente por el diario Página/12, que se basa en un informe producido por la Cartera Laboral y que intenta poner en duda los datos aportados por el observatorio de la Central.
– ¿Qué es el Observatorio del Derecho Social?
– El Observatorio es un espacio de investigación y formación que se creó en la CTA Nacional, allá por el año 2005, con la idea en un principio de hacer trabajos de investigación sobre relaciones laborales -negociación colectiva, conflictos, mercado de trabajo- y que estos trabajos estuvieran al servicio de las discusiones sobre estrategias y formas de acción, de organización sindical tanto de la CTA como de los sindicatos afiliados o grupos de trabajadores que quisieran organizarse.
Al principio estaba mucho más ligado a la parte jurídica. El observatorio nace dentro de lo que es el Departamento Jurídico Nacional de la CTA, pero con el paso del tiempo fue incorporando otras áreas y lo que se combina dentro del observatorio es, por un lado la producción de información, es decir, un espacio propio de la Central que produce información fundamentalmente sobre conflictos laborales y sobre convenios colectivos de trabajo, y al mismo tiempo, un ámbito de formación jurídica para trabajadores, para activistas y para dirigentes sindicales.
Las dos herramientas más fuertes que hemos trabajado el último tiempo son dos manuales, uno que es un manual de herramientas jurídicas para los delegados en el lugar de trabajo y otro que es un manual de herramientas jurídicas para la negociación colectiva.
– En el boletín de coyuntura sobre Conflictividad Laboral, Negociación Colectiva y Mercado de Trabajo ¿Qué es lo que ustedes analizaron que está pasando hoy en este contexto en nuestro país con la masa de trabajadores?
– Este boletín sale trimestralmente, es decir que salen cuatro por año desde el 2006. La idea de este trabajo es hacer un seguimiento del estado de la conflictividad laboral, de la negociación colectiva y del mercado de trabajo.
En 2014 la información que tenemos, actualizada al segundo trimestre, lo que marca es por un lado niveles de conflictividad laboral que en toda la serie que nosotros venimos relevando, es decir desde el año 2006, está dentro de los más altos. El pico más alto de conflictividad laboral de toda la serie fue el último trimestre del año pasado, todos lo recordamos por los conflictos de las fuerzas de seguridad, pero también se disparó o generó un incremento muy fuerte en la conflictividad del conjunto de los trabajadores del sector público, que hizo que el cuarto trimestre del año 2013 haya sido el punto más alto de conflictividad laboral de los últimos años.
En este año, tanto en el primero como en el segundo trimestre, lo que muestran es que la conflictividad laboral se mantiene, es decir se mantiene en los niveles más altos de toda la serie. ¿Qué tipos de conflictos se están viendo? Y ahí uno puede hacer una distinción entre dos grandes grupos. Hay un tipo de conflictividad laboral que ya está más o menos instalada, regularizada, que es la conflictividad ligada a las discusiones paritarias salariales, que son conflictos laborales que fundamentalmente se producen entre los meses de febrero o marzo y junio o julio.
Pero al mismo tiempo, desde el año 2009, lo que viene creciendo muy significativamente son conflictos descentralizados, ligados a situaciones de crisis, es decir, conflictos que ya no son a nivel de actividad, sino a nivel de empresa, que en muchos casos son llevados adelante por los sindicatos locales y en algunos casos por las propias comisiones internas, que tienen que ver con responder a las medidas de crisis por parte de la patronal. ¿Qué son medidas de crisis? Fundamentalmente despidos, suspensión, pero en muchos casos también otros tipos de medidas que toman empresas que no necesariamente están en situación de crisis, pero que aprovechan la crisis para despedir delegados. Todo este tipo de situaciones viene creciendo muy significativamente en los últimos años, se instalaron como un eje importante con las crisis de fines de 2008, principio de 2009, habían caído un poco en los años 2011, 2012 y el año pasado y este año ya volvieron a instalarse muy fuerte, cuando uno mira los informes del observatorio, este tipo de tendencias se ve bastante clara.
– ¿Cómo obtienen esta información metodológicamente?
– Este trabajo lo realizamos desde el equipo de investigadores del Observatorio, que está conformado por un grupo que reúne una compañera que viene de sociología, abogados, economistas y gente que viene de relaciones del trabajo. Las fuentes de recolección de información son diarios. No somos el único espacio que está relevando conflictos, hay varios, de hecho nosotros formamos parte de una Red de Observatorios sobre Conflictividad Laboral, con compañeros de universidades de Mendoza, de Córdoba, San Juan y Mar del Plata, todos utilizamos una metodología parecida, las fuentes son diarios, en nuestro caso tres diarios de tirada nacional y después un diario por región geográfica.
Esto se releva diariamente, se vuelca en una matriz, que es un programa informático y a partir de acá se pueden hacer cruces, mirar distintas variables, hacer combinaciones simples o complejas, hay varias formas de analizar esta información.
– Según este boletín del segundo trimestre de 2014, ¿Qué nos podés decir con respecto al mercado de trabajo, sobre lo que tiene que ver con el salario real, empleo, desempleo?
– Si uno mira la situación coyuntural, en lo que respecta a los trabajadores, lo que muestra es un deterioro marcado en muchas de las variables del mercado de trabajo. Puntualmente, a nivel salarial: ya el año pasado el salario real del conjunto de los trabajadores experimentó un retroceso de entre el 1 y el 2 por ciento, no fue muy significativo, pero no es menor que ya haya habido un retroceso del salario real. Este año es posible que el retroceso vaya a ser mucho más importante, porque la inflación de este año, el acumulado ya está casi por encima de lo que fueron los incrementos salariales pactados en las paritarias y todavía quedan unos cuantos meses. Con lo cual, ahí ya parece haber un límite muy fuerte a la posibilidad que los trabajadores sigamos recuperando poder adquisitivo en nuestro salario real, después de algunos años en donde la recuperación de nuestro salario real había sido una constante, partiendo de los mínimos históricos que se registraron en los años 2002 y 2003.
Al mismo tiempo, lo que se percibe es un deterioro en la cantidad de puestos de trabajo ocupados, es decir nuevamente se está viendo aumentos en el desempleo, aumentos en las suspensiones, también en el sector público están avanzando distintas formas de precarización laboral y en el caso de los municipios, trabajadores que estaban vinculados por contratos precarios están experimentando falta de renovación de estos contratos.
– El Observatorio del Derecho Social de la CTA el pasado lunes fue noticia en el diario Página/12 porque hubo una nota titulada “Conflictividad laboral en baja” casi en respuesta al trabajo del Observatorio de la Central, con un informe elaborado por el Ministerio de Trabajo. ¿Qué te generó este debate?
– Sinceramente la sensación que tuvimos dentro del equipo fue de perplejidad, porque nosotros desde el Observatorio hemos celebrado que el Ministerio de Trabajo haya recuperado un área de estudios que produce muy buena información. A diferencia de lo que pasa en el INDEC, la información que suele provenir de distintos ámbitos del Ministerio de Trabajo en materia de investigación es bastante buena y de hecho nosotros tenemos contacto con muchos de sus investigadores.
Ver esa noticia en Página/12 fue raro, fue encontrarse con una crítica que no esperábamos, porque por un lado es una crítica que no da números, es decir, el Ministerio dice que la conflictividad bajó pero su propio informe no explica cómo bajó. Cuando uno analiza los datos del propio Ministerio de Trabajo, lo que encuentra es que para ellos también la conflictividad viene en alza.
El Ministerio sabe que su base de datos y la nuestra no son comparables, porque medimos cosas distintas. Lo que mide el Ministerio son conflictos con paro. Es decir, no mide todo otro tipo de manifestaciones de conflictos laborales que no sean un paro de actividades. Nosotros por nuestra parte, tenemos una concepción bastante más amplia del conflicto y medimos todo tipo de acciones conflictivas.