Mientras los salarios se reducen día a día con acuerdos paritarios por debajo de la inflación, la patronal industrial despide trabajadores y el Gobierno ataca con palos y gases lacrimógenos la protesta social. Los trabajadores se dividen entre quienes no llegan ni a mediados de mes y a los que ven saqueado su salario a través del impuesto a las ganancias. En el marco de la construcción del paro de 36 horas del 27 y 28 de agosto, ACTA dialogó con Ricardo Peidro, Secretario Adjunto de la Central.
-Si bien el impuesto sobre el salario es muy importante en el reclamo de los trabajadores, ¿Cree también fundamental que se impulse una ley para prohibir despidos?
Sí, por supuesto. Uno de los temas que atraviesa con más fuerza el reclamo de los trabajadores es la pérdida de la fuente de trabajo. En un esquema general donde se agudiza la precarización, los falsos monotributistas, los trabajadores precarios, los trabajadores desocupados, la preservación de trabajo vuelve a estar primero en la agenda de cualquier organización que defienda los intereses de la clase trabajadora y una de las preocupaciones más grandes para cualquier trabajador. Y lo vemos muy claro en los últimos conflictos, donde hubo suspensiones, despidos, no pago de haberes. O sea que se abre un abanico de reclamos donde no sólo debemos luchar por avanzar en derechos laborales, disputa por el salario, que no te confisquen el salario con el impuesto a las ganancias, sino que también se vuelve imprescindible la lucha por la preservación del empleo.
Pero lo que no se puede resignar en la pelea por el empleo, son las otras reivindicaciones de la clase trabajadora. Porque muchas veces, el argumento de los empresarios, de los patrones y de los gobiernos es decir “no peleen por mayores salarios, ni mayores reivindicaciones porque ahora lo más importante es el empleo”. Y no es más que un mecanismo de disciplinamiento, porque para que no le discutas la repartición de las ganancias ni mayores derechos, implementan los despidos. En ese sentido es una preocupación, debemos plantear una ley para que no haya despidos por un año, pero sin resignar todas otras reivindicaciones.
-¿De qué manera las definiciones del Gobierno en cuanto al endeudamiento externo pesa sobre la política económica en general?
La postura histórica de la Central en conjunto con otras organizaciones es la de investigación de la deuda, como lo han hecho otros países. Establecer, en primera instancia, qué deuda nos corresponde y cuál es fraudulenta. En ese sentido, sabemos que la mayor parte de la deuda contraída, fue durante la dictadura militar por empresas privadas y a costas de un genocidio que conllevó la destrucción del sistema productivo. Después, con el retorno a la democracia, la deuda se siguió aumentando para beneficio de los sectores privados. En la década del `90, la deuda se estatizó y las consecuencias para la clase trabajadora durante todos estos años fue que se priorizó el pago de esta deuda fraudulenta, contraer más deuda para pagarla y mientras que se postergaron reivindicaciones históricas de todo el pueblo y la clase trabajadora. Y otra vez volvemos a lo mismo, independientemente de la reestructuración de la deuda que se hizo y de todas estas cuestiones, el que se pelea es el club de pagadores. Porque tanto la oposición mediática visible y permitida como desde el propio Gobierno, se pelean por cómo hay que pagar esa deuda. Nosotros seguimos insistiendo en que se deben tomar una serie de mecanismos que tienen que ver suspender el pago a los organismos internacionales hasta tanto no se investigue, mientras se toman medidas que apunten a cumplir con la deuda interna, la deuda con el pueblo.
-Todo parece indicar que de acá en adelante con el avance del ajuste se profundizarán las protestas con una reacción popular muy grande, tal vez similar al 2001 y va a ser necesario canalizarlo ¿En qué medida esto representa un desafío para las formas organizativas de la CTA? ¿O cree que deberá haber modificaciones?
La denuncia de la criminalización de la protesta, tanto la judicialización como la represión, es algo que viene desde hace un tiempo. Sin embargo, las características para el disciplinamiento de la clase, cambian constantemente. En un comienzo, por los menos desde el discurso, éste gobierno no reprimía, aunque por supuesto no se resignaron otras formas de disciplinamiento que siempre han existido. Más tarde comenzó a querer reglamentar la protesta con la Ley Antipiquetes. Internacionalmente los patrones están planteando cercenar derechos como el de huelga o la protesta gremial. Ante esto, nosotros planteamos que el ajuste y la represión se necesitan uno a otro.
En cuanto al tipo de respuesta, nosotros debemos seguir avanzando en la organización de la clase trabajadora. No hay otra manera de enfrentar ajuste y el avance sobre nuestros derechos y salarios, que no sea con organización de clase. Esto debe darse en varias direcciones: tenemos que elegir delegados, conformar nuevos sindicatos, pelear la conducción de sindicatos que están en manos de burócratas y avanzar en el fortalecimiento de la CTA como una Central de Trabajadores y Trabajadoras. En este punto, el Impuesto a las Ganancias, la desocupación, la precarización, trabajo en negro, la inflación: son todas problemáticas que afectan a la clase. Por eso no son contradictorias estas luchas. Lo que hay que evitar es la atomización a la que intentan someter a los trabajadores para debilitar su fuerza. Todos estos perjuicios que sufre el obrero son partes de un mismo ajuste.
Y en este sentido es primordial también la unidad de acción con todos los sectores, que es un planteo que excede a la CGT. La unidad de acción es con todas las expresiones de lucha en todo el país. En comisiones internas, con otras centrales sindicales, con las poblaciones que pelean porque las están envenenando, con las regiones que se están cayendo con la desaparición de las economías regionales. Tiene que haber un planteo organizativo fuerte hacia adentro de la Central pero también es imprescindible la unidad con los demás sectores del campo popular.
-¿Cómo cree que repercutirá el ajuste en el sector estatal y el privado?
Del sector estatal, podemos ver desde hace un tiempo las movilizaciones que se están produciendo en todo el país. Todos los días hay marchas en las provincias, los municipios. La política de ajuste está impactando primeramente en los trabajadores del Estado, con trabajo precario. No se cumple siquiera con el salario mínimo, cambio de tareas. Hay cesantías, falsos monotributos, trabajo no registrado. Justamente el espacio laboral que debería ser ejemplo, es donde más se profundiza la crisis y, a la vez, donde más respuesta de la clase se ve. Esta política de ajuste impacta también en el sector privado. Lo estamos viendo en el ámbito industrial donde las empresas tuvieron rentas extraordinarias durante todos estos años, y ahora lo primero que hacen para mantener sus ganancias y presionar al gobierno, es implementar despidos, disminuir los salarios y los derechos de los trabajadores. No hay cómo disfrazar el ajuste y eso va a impactar en toda la clase trabajadora, sin excepciones.
-Tras el paro ¿cómo cree que seguirá el plan de lucha de la CTA?
Estamos construyendo un paro en unidad de acción, para unificar las luchas en todo el país. Vemos peleas en todos los sectores de cada provincia, en todas las regiones, tanto estatales como privadas. Cuando se construye un paro nacional, éste debe reflejar en un solo hecho, la unión en la pelea de todos los trabajadores. Y eso es lo que estamos buscando del paro de agosto. Lo que queremos en este paro, como Central, es poner en claro las reivindicaciones de la clase trabajadora y abrir canales para que nuestras propuestas sean escuchadas. Esto lo venimos pidiendo desde hace mucho tiempo y lejos de dialogar con quien no comparte sus ideas políticas y económicas, el Gobierno sigue citando a quienes las aprueba y aplaude. Eso no es diálogo y no hay camino hacia la solución de los problemas. Haremos la protesta de agosto, seguiremos organizándonos y construyendo el mayor poder popular posible para frenar el ajuste, avanzar en el país que soñamos.
Nota ya publicada en el Periódico 104 de la CTA