Mientras Macri está en Brasil, disfrutado del mundial de fútbol, en la capital porteña sus funcionarios arremeten de manera feroz a la tarea de clausurar los centros culturales alternativos donde, a través de clases y cursos a la gorra, entre muchas otras manifestaciones artísticas se construye una cultura alternativa, incluyente y antihegemónica, que resiste y se revela contra la mercantilización de la cultura dominante.
“Compadres del Horizonte”, la “Casa Cultural Víctor Jara”, y “El Café de los Patriotas”, para citar algunos, han sido afectados por operativos, conducidos por funcionarios del PRO, incluso en las horas donde había actividades. Tal como sucedió con “El Café de los Patriotas”, cuando inspectores del gobierno porteño, acompañados por la fuerza policial, irrumpieron mientras se daba una clase de tango gratuita, bajo la excusa de que su habilitación era solo para el expendio de comida y bebidas.
Estos no son casos aislados, sino la fría cara de la especulación inmobiliaria, del proceso mercantilista, de una voracidad capitalista, una ideología de ciudad con distintos polos culturales, más orientado al turismo que a los vecinos, también vale destacar que al macrismo le incomodan los espacios de participación política, social y cultural, por todo esto, inventa la excusa de la falta de habilitación.
Se podría argumentar en principio que esto es posible pues aún no se conformó un marco legal que defienda a las casas populares. Pero lo mencionado no es suficiente. Para ganar, para que esos centros puedan continuar dando pinceladas que generen la identidad barrial, vecinal, hay que llenar las estructuras, no solo con más propuestas, también, con mayor participación.
Sin participación activa por parte de la ciudadanía, no solo no tendremos más centros culturales marginales a las leyes del mercado, tampoco espacios verdes públicos.
¡La cultura es de todos!
CTA Regional Centro