lote-marcha-federal-cta-1994-volantes-13655-MLA3426687759_112012-F.redimensionadoHace 20 años salíamos desde la Quiaca, bendecidos por el cura Olmedo y protegidos por la ceremonia de la Pachamama. Comenzábamos la Marcha Federal.

* Por Víctor De Gennaro, Fundador de la CTA. Coordinador Nacional de la Constituyente Social. Diputado Nacional de Unidad Popular (UP). Presidente de UP

Nuestros hermanos nos llevaron para arrancar a esa estación de trenes recientemente cerrada, y comenzaron sin mediar palabra a cantar” Cavallo no sabia…. la Quiaca es Argentina”…

Al mismo tiempo en la lejana Ushuaia, desde la Plaza de los Héroes de Malvinas empezaba a transitar la Patagonia encontrándose después con los compañeros de Río Turbio o de Neuquén.

Los días siguientes confluirán las columnas que partieron desde Puerto Iguazú o desde Mendoza, todas con un objetivo: Estallar en un solo grito. “Queremos ser Nación” en la histórica Plaza de Mayo.

Nos estaban tupacamerizando, nos decían que había provincias inviables, y sugerían que el NEA aceptara como capital económica futura a esa San Pablo que crecía, o el NOA sólo tenía que integrarse y “salvarse “con el narcotráfico de los países andinos”.

Hasta Cuyo estaba dispuesto a aceptar la entrega de los Hielos Continentales con tal de lograr la facilidad de sacar sus productos por Chile por el Pacifico a Estados Unidos.

Era la época de entrega de los recursos de la Patagonia, y hasta planteaban hacer un Estado Patagónico.

Marchamos mientras en Santa Fe sesionaba la Constituyente del Pacto de Olivos de Menem y Alfonsín, que no sólo iba a lograr la reelección del Presidente, sino entregar a los gobernadores el destino de los recursos naturales convirtiendo a los mismos en los nuevos Emires de nuestra Patria.

Lejos quedaba el aprobado Artículo 40 de la Constitución de 1949, donde se consagraba la propiedad inalienable de los recursos de nuestra tierra.

Sin embargo desde cada rincón salían a andar y construir no sólo ese Paro General que atronara convocado desde esa Plaza de Mayo el 2 de agosto convirtiendo a esa Asamblea en soberana y constituyente para enfrentar el saqueo y la entrega de los traidores a la Patria.

Recogíamos el mandato de siglos de resistencia desde nuestros hermanos originarios, las jornadas por la emancipación o la lucha de los Federales. Emergíamos de lo mejor de las tradiciones obreras de más de un siglo de protagonismo o de las culturas Yrigoyenista o Peronista.

No estábamos solos, pues el año 1994, comenzaría con la rebelión Zapatista continuaría con el Marzo de los Paraguayos, o tantos otros acontecimientos que dirían que no aceptábamos el fin de la Historia ni el pensamiento único que glorificaban todos los neo liberales, destruyendo el trabajo, e imponiendo el hambre en nuestros países.

La emoción me dura… y el compromiso también, de lo que tuve el privilegio de decir en esa Plaza colmada….

“Nuestro objetivo no es sólo cambiar la cara del que está en la Casa Rosada, sino también cambiar este sistema económico, político, social y cultural que nos hipoteca el futuro”.

Compañeros tenemos historia de la cual enorgullecernos, y futuro por construir trasformándonos en un pueblo verdaderamente feliz.

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