La huelga general es el acto defensivo y de contra-poder de mayor intensidad que pueden ejercer los trabajadores como clase social.-Este tipo de medidas suscita reacciones de los funcionarios que intentan persuadirnos de que con ella busca perjudicar la gestión de gobierno. Su primera manifestación es que se trata de una “huelga política”.
Por Horacio Meguira, Director del Departamento Jurídico de la CTA.
Se pretende así ocultar los verdaderos motivos que le dieron origen: modificar la orientación de las políticas económicas y sociales.
No se repara que toda acción colectiva es política y que ello de ninguna manera es cuestionable. De acuerdo a aquella concepción, parecería ser que la ciudadanía no puede ser ejercida por los trabajadores organizados.- Otro “cliché” es intentar contraponer el derecho de huelga a otros derechos tales como el derecho al trabajo, la libertad de comercio, el de libertad de circulación Esta postura no resulta creíble a la luz de la gestión de gobierno en materia de educación, transporte y salud. Sería bueno que las autoridades públicas se ocuparan todo el año de la vigencia de estos derechos fundamentales y no solamente cuando los trabajadores recurren a una medida de acción directa.
También asistimos a calificaciones peyorativas de los sujetos convocantes.
Como si las huelgas las hicieran los dirigentes.
También aquí se presupone que el trabajador no sabe lo que hace, sino que responde “verticalmente” a lo que resuelve el sindicato. Nada mas errado: el trabajador sabe analizar su conveniencia y actúa en tal efecto. En todo caso, el marco de una huelga, con más “legalidad”, le permite una mayor libertad en sus acciones que no posee cotidianamente.
A estas estrategias se suman dirigentes sindicales que no convocan y que incluso llegan a militar contra la huelga, intentando boicotear su eficacia. Esto rompe con unos de los principios históricos del movimiento obrero: la solidaridad. Responden a una lógica de oposición vs. oficialismo, que no repara ni en quienes la llevan a cabo, ni en los reclamos que se plantean. Más bien intentan posicionarse con el oficialismo aislados de los intereses de los trabajadores.
Pero la contundencia y eficacia de la medida de ayer habla por sí sola y termina con las contradicciones.
Da testimonio del fuerte descontento social contra el ajuste. Los trabajadores, así como conocen que su trabajo es su única propiedad, también saben usar el instrumento defensivo del “no trabajo” expresado colectivamente. Tienen clara conciencia que en la actualidad, esta es su principal herramienta para enfrentar la crisis. Esta es la verdadera razón de la ya histórica huelga general del 10 de abril.