Durante la tarde de ayer, la CTAA Capital junto a otras organizaciones porteñas, desarrollaron un festival por una ciudad de Buenos Aires con paz, pan, trabajo, justicia social y soberanía, en la explanada del Parque Lezama.
La jornada cultural y de visibilización de las distintas problemáticas que afectan a las y los vecinos de la ciudad, se llevó adelante en la histórica esquina de Av. Brasil y Defensa, pasadas las 17 hs cuando, en tiempo record, el escenario, las luces, el sonido y los puestos con los productos de las distintas experiencias productivas de las organizaciones participantes, estuvieron listas.
El público no se hizo esperar y desde el minuto cero se dispuso a disfrutar de la música en vivo y la posibilidad de conocer de primera mano y sin relatos de por medio, cómo las organizaciones y sus cooperativas crean trabajo y soluciones a las necesidades de las que el Estado porteño reniega.
Con la presencia fluctuante de más de dos mil personas, el festival contó con el arte de Toque Afro, Sole Flores, Fanky Family, Grillo Flow y el vocalista de La Perra qué los Parió. Artistas que sumaron su voz y su compromiso a la causa que la militancia buscaba impulsar: una ciudad para ser habitada en paz y prosperidad por las y los vecinos reales, en vez del coto de negocios que impone el macrismo desde hace 17 años en el gobierno.
Pablo Spataro, Sec. Gral. De la CTAA Capital, expresó que “Estamos desarrollan millón de do este Festival Ciudad Solidaria contra el Hambre en el preludio de la marcha del 5 de diciembre en que nuestro pueblo va a volcarse a las calles para decir basta de hambre, estamos en este distrito que es el más rico del país hay más de un millón de trabajadores que están por debajo de la línea de pobreza , hay más de 420.000 que no pueden cubrir ni siquiera una canasta básica de alimentos y hay más de 700.000 que están en situación de vulnerabilidad».
«Por eso decimos que el hecho de que haya hambre y haya pobreza es una decisión política del Jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, porque cuenta con un presupuesto millonario, porque ha recuperado en concepto de coparticipación un billón cuatrocientos mil millones de pesos, y además cuenta con un fondo anticíclico de más de tres cientos cincuenta millones de dólares, y estamos seguros de que con todo ese presupuesto puede generar medidas que generen empleo, asistan a los más vulnerables, abrir mesas paritarias para los trabajadores con empleo y generar mecanismos de distribución de la riqueza diferentes para vivir en una ciudad mejor”, concluyó Spataro.
Al promediar la jornada, desde el escenario se dio lectura al documento que elaboraron las organizaciones firmantes: CTAA Capital, FeNaT Capital, CTA-T, Sipreba, Somos Barrios de Pie, FOB, FOL, CCC, Peronismo x la Ciudad, El Movimiento La Ciudad somos quienes la habitamos, Observatorio de Derecho a la Ciudad, H.I.J.O.S. Capital, Coordinadora Desde Abajo, Salvemos el Casco Histórico, Asamblea Popular Santelmo Plaza Dorrego, Asambleas del Pueblo San Telmo, La Casona Plurinacional de la Cultura, San Telmo se Organiza, La Campora Capital y Proyecto 7 Gente en situación de Calle.
Dicho documento hace un análisis de la situación general de la situación de la clase trabajadora desde la asunción tanto del gobierno Nacional de La Libertad Avanza, en cabeza de Javier Milei, como del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a cargo de Jorge Macri, por el PRO.
A continuación, el texto completo del documento leído por distintos representantes de las organizaciones convocantes.
Desde que asumió el nuevo Gobierno Nacional de la Libertad Avanza todas las Emergencias Sociales que vivimos las vecinas y vecinos, los trabajadores y trabajadoras de la Ciudad de Buenos Aires, se agudizaron.
Conforme la libertad avanza destruye vidas, bienes, proyectos y el país en su conjunto desde la casa rosada, por acción u omisión, el gobierno porteño hace lo propio dentro del territorio que las urnas le han vuelto a entregar, desde la jefatura instalada en la calle Uspallata.
La gentrificación en el más amplio de sus sentidos expulsa a cientos de porteños, al punto que la población no ha crecido en décadas.
El Extractivismo se ha convertido no solo en moneda corriente sino en modus operandi y todo lo que hace el gobierno de la ciudad tiene por objetivo mejorar la rentabilidad de un negocio o crear un nuevo nicho para las empresas: desde la tala de arboles a la siempre inconclusa urbanización de las villas; desde la venta espuria de los inmuebles del estado a las permanentes modificaciones del código urbanístico. Y así podríamos seguir enumerando.
La ciudad de Jorge Macri se presenta como segura, limpia, prolija, linda: un maquillaje espeso que tapa el abandono, la retirada del Estado, la violencia institucional, la doble vara para todo y la expulsión del pobre, del diferente y del que protesta.
Durante los 17 años que llevamos de Macrismo en la ciudad hemos visto y peleado contra muchas políticas y antipolíticas, pero desde que asumió Jorge Macri, bajo la sombra amable de Milei en Nación y los pactos tan secretos como oscuros que existen entre esas fuerzas políticas, asistimos al perfeccionamiento de la maquinaria de entrega y miseria programada en beneficio de poderes muy por encima de los nombres propios.
Como buen alumna y discípulo fiel, Jorge Macri multiplico los efectivos policiales a su mando, los pertrechó y ordenó que actúen con más violencia y sin miramientos contra quienes protestan o se oponen a sus órdenes; ha militarizado la ciudad en una campaña de miedo permanente que se complementa con el más moderno arsenal tecnológico y el respaldo de la ministra Bulrich, de quien no hace falta referencia alguna.
Cacería de militantes, gases y apremios de todo tipo; infiltraciones, espionaje y cárcel preventiva y efectiva son su carta de presentación política.
La salud pública está cada vez más deteriorada: a la permanente reducción de presupuestos se le ha sumado la sangría de personal producto de los magros salarios, la falta de reconocimiento profesional, las condiciones de trabajo y la falta de equipos, herramientas e insumos para atender a la creciente población que, empujada a la pobreza, se vuelca cada vez más a los hospitales, salitas y demás dispositivos de salud pública.
La educación tiene una situación similar: a pesar de mostrarse nuestro jefe de gobierno entre alumnos e infraestructura moderna, faltan vacantes, maestros, personal no docente e insumos en los cada vez más abandonados establecimientos educativos.
En la ciudad de Macri no se puede vivir ni prosperar: la ley Farmacity, llamada así por hacerse a medida de dicha empresa, rebaja y perdona el pago de impuestos a cualquier empresa que instale locales en las villas de la ciudad con la consecuente liquidación de cualquier emprendimiento familiar de subsistencia en una clara competencia desleal.
Desde la pandemia de Covid 19 todo barrio es destino de un polo gastronómico que cambia la fisonomía, los ritmos y la tranquilidad de los barrios sin mayores costos para los empresarios que la presentación de un papel para ocupar el espacio público del que la policía echa y reprime a cualquier vendedor ambulante o artesanal.
El ambiente está en serio riesgo en una ciudad donde la tala indiscriminada de árboles y la cementación de todo lo que se pueda, combinada con la construcción furtiva de torres y el desmanejo de los residuos se ha tornado tan porteña como el obelisco o caminito.
Hablar de La Boca es dar testimonio de la crisis habitacional producto de la especulación inmobiliaria sin fin: sospechosos incendios en conventillos y hoteles, supuestos dueños de edificios y caserones, desalojos violentos y lujosos proyectos constructivos dan la pauta del rediseño social que pretenden imprimir los poderosos a ese y tantos barrios de nuestra ciudad.
Como consecuencia de la brutal devaluación de diciembre de 2023, en la Ciudad hoy hay más de 1 millón de pobres. Muchos de ellos jubilados que vieron recortados sus ingresos y día a día recurren a nuestros comedores populares ante la ausencia de políticas públicas que les contengan, al igual que personas en situación de calle y familias enteras que, a pesar de tener trabajo, no llegan a comer a diario.
La desregulación de los alquileres triplicó los precios incluso en los barrios informales, provocando un verdadero éxodo de los sectores populares al gran Buenos Aires. Mientras muchas familias se resisten a ser desalojadas.
El aumento de las tarifas golpeó duramente a los sectores medios de la ciudad: Jubilados sin luz por no poder pagar, familias que cambiaron a sus hijos de colegios o dieron de baja la medicina prepaga y ahora acuden a los ya saturados hospitales y colegios públicos cuyas prestaciones se ven afectadas por la reducción presupuestaria crónica a que nos somete el gobierno porteño.
La baja del consumo impactó profundamente en las más de 130 mil pymes y comercios de la ciudad, donde se vienen efectuando despidos masivos, cierres y reducciones de todo tipo, al igual que en el Estado porteño, aunque pocos lo digan.
Mientras tanto, el hambre crece y se profundiza en los barrios e inquilinatos: ya no dan abasto las cocineras y cocineros que hacen malabares para que nadie se quede sin su plato de comida. Casi 300 mil personas asisten diariamente a comedores, ollas populares y otros espacios que capean el hambre como pueden.
Frente a dicho escenario, el Gobierno de la Ciudad no solo no está dando respuestas, sino que además se deja arrastrar a posiciones cada vez más represivas para con los sectores de la economía popular, vendedores ambulantes, cartoneros, inmigrantes y personas en situación de calle. Para quienes también propone discursos reaccionarios que alimentan la violencia y el odio.
No obstante esta dura realidad, la solidaridad y la unidad de nuestro pueblo crecen al calor de los encuentros y las luchas compartidas.
Por eso, hoy estamos acá. Y vamos en camino hacia el gran acto del 5 de diciembre, donde le mostraremos a cada gobierno, que el pueblo argentino no está dispuesto a resignar derecho alguno para que sigan creciendo los intereses de un puñado de poderosos.