El pasado sábado 13 de enero la CTA Capital participó de las actividades que se realizaron, en el barrio porteño de Parque Patricios, en un nuevo aniversario de lo que se conoció como Semana de Enero o Semana Trágica.

La primera actividad de la jornada comenzó cerca de las cinco de la tarde en la Plaza Martín Fierro, donde se realizó un homenaje al historiador Horacio Silva, a un año de su fallecimiento. Allí se montó una muestra fotográfica sobre los sucesos de 1919, stands de libros y materiales de difusión.

Luego, las y los compañeros del Movimiento Territorial Liberación (MTL-CTA) y de las diversas organizaciones que componen a la Central porteña, junto a otras organizaciones hermanas, se movilizaron hasta la Plazoleta de la Memoria «José de Luca», ubicada en la esquina de Caseros y La Rioja, donde se leyó un documento alusivo a la fecha, redactado entre las organizaciones organizadoras de la actividad.

Documento de las organizaciones:

Buenos Aires – 13 de enero de 2023

Durante enero de 1919, del día 7 al 13, un conflicto gremial derivó en un estallido social.

La huelga en los Talleres Vasena había comenzado el 2 de diciembre de 1918. El pliego de reivindicaciones reclamaba:

  • Jornadas de 8 horas de trabajo
  • Aumentos salariales del 20 al 30%
  • Horas extras con 50% de prima y 100% los domingos
  • Supresión del trabajo a destajo
  • Readmisión de despedidos
  • Que no se tomaran represalias

La sede de la mencionada empresa, que en ese entonces era la principal metalúrgica del país, se encontraba en la actual Plaza Martín Fierro. Además, en la zona de Av. Alcorta y Pepirí existía un galpón de acopio de materiales. Muy cerca se encontraba la Sociedad de Resistencia de Metalúrgicos Unidos, que estaba adherida a la FORA del 5º Congreso. La operatoria de los talleres incluía un transporte constante de materiales entre la fábrica y los galpones a lo largo de la calle Pepirí – 24 de Noviembre, en pleno barrio obrero.

El conflicto fue creciendo y la empresa contrató rompe huelgas que iban acompañados por matones armados y fuerzas policiales. Frente a la oposición de los huelguistas comenzaron los enfrentamientos que derivaron en una feroz represión.

Cerca de aquí, a unas cuadras, el día 7 de enero se produjeron los primeros enfrentamientos y escaramuzas y también las primeras muertes, gestándose de esta manera el escenario principal de la lucha. La gente del barrio fue protagonista de los sucesos, sufriendo el ametrallamiento de casas y locales.


Luego del velorio de las víctimas en el local de Metalúrgicos, el Cortejo fúnebre se realizó a pie, llevando los féretros a pulso y encabezado por el Comité Femenil. Al llegar al Cementerio de la Chacarita esta multitudinaria manifestación fue emboscada y masacrada.


En el barrio durante el desarrollo de los acontecimientos, tuvo lugar una lucha constante y extrema por el territorio y el contorno.


Los barrios del sur fueron el principal escenario de la conmoción, aunque también fueron protagonistas barrios del centro y del oeste, entre ellos Nueva Pompeya, Constitución, La Boca, Parque Patricios, Balvanera/Once, Barracas. Caballito, Almagro, Villa Crespo.


La población actuó con métodos de acción directa, en la conmoción histórica que significó la Semana Trágica que hoy recordamos. Hubo barricadas y piquetes, comercios que cerraban, tranvías a los que se les impedía la circulación y hasta las niñeces se comprometieron con la rebelión, como aquellos que eran “canillitas”.


Buenos Aires quedó irreconocible, como viviendo el comienzo de un tiempo nuevo, revolucionario y trascendente. La Federación Obrera Regional Argentina del 5° Congreso alentó, promovió y le dio impulso al proceso.


La FORA del 9° Congreso fue interpelada por los sucesos y actuó de forma moderada en la lucha, protagonizada fundamentalmente por las bases obreras, que con su valentía y arrojo precipitaron y aceleraron los acontecimientos contra el régimen social vigente. Fue un movimiento espontáneo que rebalsó la relación de fuerzas existente.

La situación del sector obrero era muy difícil: la carestía de la vida, la precarización laboral y las mismas condiciones de trabajo aguijonearon a los sectores populares. El contexto nacional marcaba circunstancias apremiantes y el contexto internacional, dada la cercanía de la Revolución Rusa, iba en dirección de una tensión política y cultural.


Un ejemplo del clima de la época son los sucesos de Alemania donde se desarrollan, contemporáneamente, los Consejos Obreros de Baviera y la llamada Revolución Espartaquista.

Las clases altas, atemorizadas por lo que estaba ocurriendo, reaccionaron orgánicamente con violencia, en grupos de choque que actuaron con la impunidad que les brindaba la protección policial. Construyeron la ficción de un complot político soviético, cuando en realidad se trataba de la expresión de las bases obreras. El periodista Pinie Wald -entre otres- fue detenido, torturado y acusado de llevar adelante una conspiración internacional para establecer un régimen soviético. Él mismo fue quien luego denunciaría que:


“Salvajes eran las manifestaciones de los ‘niños bien’ de la Liga Patriótica, que marchaban pidiendo la muerte de los maximalistas, los judíos y demás extranjeros.”

Se considera el trienio rojo, en Argentina, los acontecimientos que sucedieron de 1919 a 1922: La Semana Trágica, La Patagonia Rebelde y La Rebelión de la Forestal, que formaron un clima de insurgencia social y fue respondido con masacres, ultrajes, como las del Pogromo contra la comunidad judía del Once, primero en América Latina; demostrando en su virulencia que las clases altas pueden cometer acciones atroces.


Hubo denuncias de torturas, vejaciones sexuales a mujeres, decenas de desaparecides, miles de personas heridas y asesinadas, más de 50.000 detenides. ​

Luego de más de cuarenta días de huelga y de una de las masacres más sangrientas de la historia latinoamericana, la empresa acepta la totalidad de los reclamos obreros.

Pasaron 105 años desde aquellas luchas, en las que los compañeros y compañeras se levantaron contra la injusticia.


Hoy, como siempre, debemos recordarlos, no sólo porque tuvieron una actitud digna que consideramos un ejemplo y porque muchas personas fueron vilmente perseguidas y asesinadas, sino porque hoy, gobernantes de turno, hablan de aquella época como si hubiera sido el momento dorado de la Argentina. Y mienten. ¡Mienten descaradamente! Con sólo ver cuál era el reclamo de los trabajadores de los talleres Vasena o de los peones en la Patagonia, nos damos cuenta cómo vivía la clase trabajadora. El país era rico, sí, pero sólo para pocas personas.


Nos dicen que el Capitalismo genera riqueza. Si entendemos la riqueza como cantidades de bienes, muchos de ellos superfluos, lo aceptamos, pero esa riqueza nunca llega a las mayorías populares. Y, si en algún momento llega algo, no es por el famoso derrame que pregonan sino por actitudes dignas e insumisas de quienes no aceptan vivir una vida de miseria y sometimiento.


Hoy quieren eliminar las conquistas laborales porque dicen que traban el desarrollo. Y mienten otra vez. Efectivamente, son conquistas laborales porque fueron logradas cuando trabajadores y trabajadoras se pusieron de pie; de otra manera, la empresa Vasena no las hubiera entregado. Y todos los derechos actuales fueron conseguidos de esa manera, fueron conquistados.


Las mejoras en el salario, las mejoras en las condiciones de trabajo, las vacaciones, el tiempo libre para disfrutar y estudiar. ¿Todo eso traba el desarrollo? ¿Entonces, de que desarrollo estamos hablando? Claramente hablan del desarrollo de unas pocas personas, de quienes se asumen dueños y dueñas de este país y del mundo.


Los señores Vasena, al igual que les apropiadores actuales de la Argentina, son voraces, nada les alcanza. Esta forma de acumulación, sueño dorado de quienes hoy gobiernan, con Milei a la cabeza, es insaciable.


Los colectivos anarquistas y quienes participaron de las huelgas de los talleres Vasena lo sabían bien: este sistema social nunca se va a transformar en una forma de vida benévola. Podrá generar mucha riqueza, pero a la vez, dejará esa riqueza en pocas manos. Los beneficios para las mayorías populares solo llegan cuando se lucha por ellos y son provisorios, porque las clases dominantes son voraces.


Hoy lo vemos más que nunca, con un solo decreto, ¡el presidente quiere borrar todo un siglo de lucha!

Sus mentiras no podrán sostenerse eternamente y el mote de “libertario” lo irá ahorcando lentamente hasta que vuelva a sus verdaderos hacedores.

La libertad económica, sin igualdad social, siempre genera más explotación.

Podrá lograr cambios y retrocesos, pero que nadie crea que ganará definitivamente, porque siempre, siempre, habrá quienes con dignidad se levanten contra la explotación y la injusticia.

¡Compañeras y Compañeros de la Semana Trágica…presentes!

Comisión por la conmemoración de la Semana Trágica

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