A raíz de la reciente publicación en el Boletín Oficial de la Resolución Conjunta 4/2021, que permite a las empresas convocar a sus empleados mayores de 60 años ya vacunados, la CTAA Capital renueva su compromiso con la salud de las y los trabajadores mediante el posicionamiento que se publica a continuación.
A contrapelo de lo actuado en cuanto a la movilidad social, la nocturnidad y demás actividades que implican traslados y aglomeramientos de personas, el Gobierno Nacional dispuso que aquellos trabajadores y trabajadoras en edad o condición de riesgo ya vacunados contra el Covid-19, puedan ser convocados por sus empleadores a cumplir tareas de manera presencial.
En ese sentido, la expresión de
nuestra CTAA frente a semejante posibilidad, en un contexto signado
por el aumento diario de casos sin haber iniciado el invierno, con
medios de transporte donde no se cumplen aforos ni distancias,
protocolos dudosos y condiciones de trabajo inseguras, nos enfrenta a
un problema político que adquiere dimensiones inusitadas.
Desde nuestro lugar en defensa de la vida y la salud de los trabajadores, queremos ser perfectamente claros: La presencialidad en este momento representa un riesgo que se expresa en la puesta en marcha de los sistemas de negación presentes en cada persona. Quien así no lo entienda, forma parte (sin saberlo tal vez) de este sistema económico que sacrifica la vida de las y los trabajadores en el altar del mercado.
Por otro lado pero en el mismo sentido, queremos ser claros desde lo ético y lo moral, y desde allí siempre elegimos valorar la vida humana por sobre cualquier sistema económico que pretenda decidir que nuestros cuerpos son parte de un cálculo de rentabilidad que siempre beneficia al modelo de especulación global y financiera.
Dese la CTAA Capital decimos que en este estado de cosas, la presencialidad laboral debe restringirse a las actividades más esenciales, garantizando no solo ambientes seguros de trabajo sino también sistemas de transporte o las compensaciones que de ello devenga, ya que a su vez, detrás de cada trabajador y trabajadora hay una familia que no se merece el riesgo al que se la pretende exponer para que otros lucren con nuestros cuerpos. Capítulo aparte merecerían las negociaciones paritarias, los salarios, el costo de vida, el descontrol en los precios de todo y la desprotección absoluta de trabajadores sin empleo.
No obstante, a sabiendas de que las necesidades impulsan a la mayoría del pueblo trabajador a tomar casi cualquier riesgo para subsistir, consideramos que debería conformarse un comité de seguridad y salud en el trabajo con representación sindical, que garantice medidas básicas como las siguientes:
1) Dispositivos de contención emocional en todos los lugares de trabajo con participación de profesionales de la salud mental por parte del empleador y de los trabajadores.
2) Dispositivo de traslado desde el domicilio del trabajador hasta el lugar de trabajo a cargo del empleador.
3) Cumplimiento estricto de los protocolos acordados por los Comités Mixtos de seguridad y salud en el trabajo para permitir el ingreso seguro a los lugares de trabajo.
4) Cumplimiento del Principio de ventilación cruzada en los lugares de trabajo.
5) Instalación de medidores de Anhídrido Carbónico y Ozono si hubiera lugares cerrados.
6) Vacunación universal con control popular sobre los laboratorios que la producen.