El pasado lunes 22 de marzo, en el Día Mundial del Agua, la CTAA Capital participó -junto a la Cátedra Libre de Ingeniería Comunitaria (CLIC), el Observatorio del Derecho a la Ciudad, el Instituto de Pensamiento de Políticas Públicas, Unidad Popular, la Defensoría de Laburantes y la Coordinadora La Ciudad Somos Quienes la Habitamos- de un ‘semaforazo’ en el Obelisco porteño para exigir agua potable segura en todos los hogares. Al mismo tiempo, también se llevó a cabo una ‘sentada’ frente al Congreso Nacional.

En la Ciudad de Buenos Aires uno de cada siete habitantes no accede formalmente al agua potable. En el distrito más rico del país, 400 mil habitantes no acceden al agua potable reduciendo la esperanza de vida, duplicando la mortalidad infantil y limitando toda posibilidad de autonomía para las mujeres y disidencias, a quienes la falta de agua las sobrecarga de tareas.

La historia repetida de las villas y asentamientos de la Ciudad es la del doble estándar técnico, obras de baja calidad para los barrios humildes -que además se realizan varias veces sin controles adecuados y destinando cifras millonarias de fondos públicos-. Esto implica un doble estándar sanitario, mientras en la CABA el 22% de la población supera los 60 años, en las villas porteñas sólo el 5% supera esa edad. Esta situación fue puesta en evidencia por la pandemia, porque allí donde los servicios públicos son informales los contagios se multiplican.



“Hoy en la Ciudad de Buenos Aires 140 mil personas almacenan precariamente agua en baldes y tachos. En el contexto de la pandemia y frente a una nueva ola de contagios, en nada avanzamos para garantizarle un tanque a cada hogar donde almacenar de manera segura la cantidad suficiente agua. Necesitamos 20 mil tanques, cuyo costo aproximado es de 200 millones de pesos, una cifra que no tiene incidencia en el presupuesto de la Ciudad. Sobre todo, si tenemos en cuenta que el año pasado el Gobierno de la Ciudad destinó 90 millones a la compra de dispensers de agua para edificios públicos, que están conectados formalmente a la red de agua potable”, expresó desde el Obelisco María Eva Koutsovitis, Ingeniera Civil, Integrante de la CLIC y del Frente de Organizaciones Salvador Herrera de la CTAA Capital.

Por su parte, Adela Sánchez, del Comedor Progresando, del Frente de Organizaciones Salvador Herrera contó: “Tenemos que levantarnos a las tres de la mañana o amanercernos para llenar los tanques. Ya no damos más, hace mucho que hacemos el reclamo y todas las veces nos prometen una solución, pero nunca se cumple.”

“Yo tengo un comedor y no tengo agua. Tengo que pasarme todas las noches cargando agua, en tanques y baldes”, agregó Guillermina Ortiz, del Comedor Elba y Juan del Frente de Organizaciones Salvador Herrera.

En el Día Mundial del Agua, una vez más las organizaciones exigieron acceder al agua potable en igualdad de condiciones garantizando la universalidad y gratuidad.

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