Así cuestionó Ricardo Peidro la exclusión de la CTA Autónoma, la cual encabeza, durante el debate entre los representantes sindicales, del empresariado y del Gobierno, que determinaría el nuevo monto del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVyM). “Parecen querer evitar una voz disonante en medio de la crisis que estamos atravesando”, sostuvo el dirigente.
La reunión comenzó con la presencia de las tres centrales sindicales, las representaciones de las cámaras empresarias de todas las actividades, y funcionarios del Ministerio de Trabajo, entre los que se encontraba su titular, Claudio Moroni.
Tras la presentación formal de las partes, los funcionarios de la cartera laboral determinaron que únicamente podrían participar en el debate de la Comisión de Empleo, Productividad y Salario Mínimo, Vital y Móvil un representante por la CTAT y otro por la CGT, excluyendo a la CTAA de la titularidad en el ámbito donde se discutiría la propuesta que finalmente se elevó al plenario.
El secretario General de la CTAA, Ricardo Peidro, rechazó terminantemente esas condiciones por considerarlas arbitrarias y sostuvo que “parecen querer evitar una voz disonante en medio de la crisis que estamos atravesando”.
Luego de algunas horas de debate sin la presencia de la CTA Autónoma, las cámaras empresarias elevaron una propuesta que conformó a los representantes sindicales restantes: un aumento del 28% en el salario mínimo, en tres tramos, alcanzando los 21.600 pesos recién en marzo de 2021.
En tanto, se determinó una nueva reunión por estos montos para abril del año próximo, pero con una salvedad que realizó el propio Daniel Funes de Rioja, representante de la parte empresaria: «cuando decimos que estamos dispuestos a revisar el acuerdo en abril, no significa que esto sea una clausula gatillo y automáticamente vamos a convalidar un incremento».
Ya en la reunión plenaria, la CTA Autónoma, que en esta instancia sí contaba con la titularidad, rechazó el acuerdo por haber sido apartada del debate ya que “se impidió plantear las necesidades y propuestas de un importante sector de trabajadores y trabajadoras”.
En su intervención, Peidro recordó que el poder adquisitivo se redujo 35,7% en los últimos cuatro años y medio, considerando que debería haber sido el primer parámetro para la recomposición del SMVyM.
Además, el dirigente sostuvo que el salario mínimo debería contemplar a los trabajadores y trabajadoras de casas particulares, empleados y empleadas rurales, y algunos sectores de la administración pública provincial y municipal, como también al personal que cumple “tareas de cuidado”, ya que la Ley de Contrato de Trabajo no los incluye, y por ende, el SMVM tampoco.
El acuerdo en datos
Según datos del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, el aumento pactado ayer convalida, en realidad, una caída del 9% en el año y vuelve a niveles de 2004, cuya consecuencia es que el Salario Mínimo, Vital y Móvil vuelva a funcionar como “ancla salarial” o “una señal que limite la puja distributiva en aquellos sectores que todavía tienen margen para pelear por mayores salarios”.
En ese sentido, advierte que el nuevo acuerdo también le pone un límite a reclamos que podrían formularse en sectores que suelen tomar el SMVM como referencia (casas particulares, sector público provincial y municipal, economía popular).
El ODS concluye que la suba acordada implica perder una oportunidad para impulsar una política salarial que fortalezca los ingresos de los sectores de menores recursos.
Fuente: ACTA | www.agenciacta.org