Con el comienzo del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) se impuso a la fuerza y de manera improvisada el teletrabajo. Uno de los sectores más afectados fue el de Call Centers, cuyos trabajadores y trabajadoras debieron desarrollar las mismas tareas pero desde sus hogares. En esta oportunidad se entrevistó a Sandra Orué, delegada de la empresa de Call Center AEGIS, quien relata cuál era la situación al momento al inicio de la pandemia, cuáles son las problemáticas que se plantean a partir de la aparición del «home office», cómo aborda la actividad gremial a la distancia y las dificultades que ello implica.
¿En qué consiste el trabajo de quienes se desempeñan en call centers?
Técnicamente somos teleoperadores
tercerizados y tercerizadas, ya que nuestro rol consiste en la
atención al cliente y ventas telefónicas para diferentes empresas,
principalmente del sector privado, como por ejemplo las de telefonía
celular, empresas de energía, comercios varios, bancos, tarjetas de
crédito, entre otros.
¿Cuáles eran las principales
reivindicaciones previas a la pandemia? ¿Cómo las abordabas como
delegada?
En nuestro sector existen variadas
problemáticas y conflictos que nos plantean los compañeros y
compañeras, pero sin dudas el punto de mayor conflicto es siempre el
departamento médico, por la diferencia de criterios que surge para
la validación de certificados médicos y su correspondiente
liquidación luego en los recibos de sueldo.
Como delegada, recibo personalmente
los reclamos de los compañeros y compañeras y luego gestiono ante
la empresa. En el caso de los certificados, logramos resolver el 90%
de los casos que presentamos.
Si bien las y los trabajadores
de call center no fueron declarados esenciales, nunca dejaron de
trabajar debido a que las empresas aplicaron el mecanismo del
teletrabajo.
¿Cuál es la importancia de este sector en el contexto actual, que lo llevó a no parar nunca de trabajar?
Efectivamente, nuestra actividad no
fue formalmente declarada esencial pero paradójicamente se convirtió
en esencial en el marco de la pandemia, ya que muchas de las empresas
que tenían atención al público antes del ASPO pasaron a realizarla
telefónicamente. Sin embargo, como no éramos esenciales, tuvimos
que dejar de asistir presencialmente a nuestros puestos laborales y
comenzar a trabajar desde nuestros hogares, con todo lo que eso
implica.
¿Cuáles son las nuevas condiciones laborales
con la aparición del teletrabajo?
Las nuevas condiciones laborales en
el contexto de la pandemia consisten en trabajar desde casa. Muchos
compañeros trabajan con sus propias computadoras y equipos que se
deterioran con el uso diario; en otros casos la empresa provee las
herramientas. También surgieron planteos en relación al consumo de
internet y electricidad, o los problemas de la comunicación por
Whats App (que no es lo mismo que la comunicación personal) o el
servicio técnico por inconvenientes en los sistemas de trabajo, que
al ser remoto demora y dificulta el trabajo.
Un punto sensible es la provisión
de elementos de trabajo. Por ejemplo, las sillas de nuestros hogares
no son acordes para trabajar con computadora y afectan nuestra
postura y salud. Los compañeros piden la provisión de herramientas
para poder trabajar.
¿Y en relación a lo salarial?
En la actualidad continuamos
trabajando 6 horas diarias, dentro de lo estipulado en el marco de la
actividad, mientras que nuestro salario lo cobramos por jornada
reducida, un proporcional del salario según convenio colectivo de
trabajo.
A partir de los diferentes decretos
del Gobierno nacional -uno de los cuales permite a las empresas la
suspensión con efectos del 20% de su dotación en el marco del Art.
223 bis de la LCT-, el Sindicato de Empleados de Comercio (que
representa nuestra actividad), firmó un acuerdo con la CACC, por el
cual los compañeros y compañeras que trabajan desde sus casas
cobran el 100% del salario y quienes entran en el marco del Art. 223
bis cobraban el 80% del salario. En el acuerdo también se preveía
que si las empresas aplican para el ATP, quienes están suspendidos
con efectos pasan a cobrar el 90% del salario. Es por eso que muchos
compañeros piden trabajar y solo un muy bajo porcentaje está
suspendido. Bajo estas condiciones, estamos percibiendo nuestros
haberes en tiempo y forma y completos.
¿Cuál es tu rol
como delegada en este contexto?
Los delegados y delegadas debemos
funcionar como puentes, en el sentido de que representamos al
compañero ante la empresa y ante el sindicato, pero también
representamos al gremio ante el compañero y la empresa. Ya sea en
forma presencial o remota, nuestra tarea es esa, la de representar
los intereses de las y los trabajadores en sus espacios de trabajo
pero también en sus organizaciones gremiales. Y así, otra paradoja
de esta cuarentena es que a pesar del aislamiento, el diálogo con
los compañeros y compañeras se ha vuelto más fluido ya que podemos
comunicarnos en cualquier momento a través de Whats App y así
actualizarnos sobre los diferentes problemas que van surgiendo. Lo
mismo ocurre con la comunicación con las empresas, podemos acercar
reclamos de manera inmediata y las respuestas son más rápidas que
cuando estábamos en el piso.
En la empresa donde te
desempeñás -AEGIS- realizaste una encuesta sobre las condiciones
laborales actuales ¿Cuál fue el resultado y cómo se tradujo en
acción gremial?
Así es. En la empresa trabajan 750
personas y la intención de hacer una encuesta así era que allí
puedan expresarse los compañeros y compañeras sobre las condiciones
de trabajo actual, sus deficiencias y sus propuestas para
resolverlas. Por ejemplo, de ella pudimos saber que el 35% de quienes
ejercen el teletrabajo sufren problemas de conectividad, o que el 36%
reclama sillas acordes para la postura ,mientras que un 32% señaló
también que sus herramientas de trabajo comienzan a manifestar
señales de deterioro por su uso. Con los resultados redactamos un
petitorio, el cual envié a las autoridades de AEGIS por mail, las
cuales manifestaron su compromiso a brindarnos respuestas.
En
relación con las reivindicaciones y planteos ante la patronal ¿Por
qué es esencial la actividad gremial dentro de la empresa?
El ejercicio gremial es esencial,
sobre todo en este contexto en el que surgen problemáticas
impensadas. Además es difícil hacer la tarea sindical bajo la
modalidad de teletrabajo porque se necesita el contacto personal. En
ese sentido veo una gran dificultad en el ejercicio de la actividad
gremial a distancia.
Pese a todas estas dificultades,
es importante decir que cuando un delegado está junto a sus
compañeros y compañeras en forma responsable, se ven los
resultados. La confianza y el respeto son la base para avanzar y si
se actúa con coherencia los compañeros y compañeras no sólo se
comunican para hacer reclamos, sino también para despejarse dudas,
asesorarse sobre cómo proceder o qué hacer.
Confían en mi criterio porque hay
una práctica coherente desde hace años. Y eso es algo que no está
en ningún manual, se gana con acción, gestión y lucha. A mí, por
ejemplo, me despidieron en dos oportunidades por pelear y en ambos
casos fui reinstalada gracias al acompañamiento de la Central. Por
eso, cuando mis compañeros me eligieron como delegada en el
Sindicato de Empleados de Comercio, yo asumí ese compromiso como
militante de la CTA Autónoma.