Con cientos de ollas distribuidas por toda la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la FeNaT-CTAA Capital -junto a Somos Barrios de Pie, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y la Federación de Organizaciones de Base (FOB)- participó hoy por segundo jueves consecutivo de la Jornada de Ollas en Villas y Barrios Populares de la Ciudad.
* Por Valeria Garay
Bajo el lema “Somos esenciales. Por el reconocimiento de nuestras tareas” las compañeras y compañeros levantaron más de 500 ollas distribuídas en las villas y barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires.
«Por segundo jueves consecutivo instalamos con organizaciones hermanas ollas en toda la Ciudad, porque nuestra voz tiene que ser escuchada. En la Ciudad más rica del país crece la pobreza y la desigualdad, y el Estado no garantiza en este contexto de pandemia las políticas mínimas para evitar el contagio y para no perder el empleo. Exigimos también para aquellos compañeros y compañeras que están en la primera línea de combate frente al virus, que su trabajo lo puedan hacer en un marco de cuidados, de salarios dignos y derechos. La Ciudad tiene con qué garantizarlo, pero falta la voluntad del Gobierno para hacerlo realidad”, denunció desde una de las ollas Pablo Spataro, secretario General de la CTAA Capital
Si algo puso en evidencia la emergencia sanitaria es que la pandemia del Covid-19 no pega a todos y todas de la misma manera. Las necesidades más urgentes para afrontar la pandemia se encuentran en las villas y barrios populares de la Ciudad. Allí donde los problemas estructurales de toda la vida quedan al descubierto y la vulneración de los derechos más básicos de los sectores populares es moneda corriente. Allí donde vive el 10% de la población de la Ciudad pero donde se encuentran la mitad de los contagios del distrito.
“Hoy estamos con cientos de ollas de la FeNaT-CTAA Capital en muchos barrios de la Ciudad. Acá en la Villa 21 la estamos llevando adelante con compañeros y compañeras de Somos Barrios de Pie y del FOL. La situación en el barrio es caótica: la imposibilidad de trabajar complica todo, los comedores están desbordados, hay mucho miedo a los contagios y mucho desinterés por parte del Gobierno de Larreta. Las compañeras siguen firmes cumpliendo sus tareas más esenciales que nunca y vamos a continuar con las ollas hasta tener una respuesta del Gobierno de la Ciudad”, explicó Dagna Aiva, del Frente Salvador Herrera de la CTAA Capital.
Hoy se expresó una vez más, desde las cientos de ollas populares, que allí donde la emergencia sanitaria y la circulación del virus crece, están las promotoras de salud comunitaria de las organizaciones realizando de manera voluntaria y con enorme vocación de solidaridad tareas de concientización, promoción de cuidados, relevamientos y acompañamientos de adultos mayores.
También, allí donde el hambre duele están los comedores y merenderos comunitarios sostenidos principalmente por las compañeras mujeres que hacen malavares para que la comida alcance para todas y todos y se pasan horas garantizando el alimento.
Allí donde la cuarentena y el aislamiento multiplican las situaciones de violencia machista están las Promotoras de Género para acompañar a cada compañera y vecina de los barrios que tienen que convivir con su agresor sin recibir una ayuda integral por parte del Estado porteño. Es por esto también que las compañeras Promotoras de Ñande Roga, la primera casa de la Central Porteña de acompañamiento feminista en situaciones de Violencia de Género, también estuvieron presentes en estas dos jornadas de visibilización.
Participaron también las compañeras y compañeros del Frente de Bachilleratos Populares de la CTAA Capital, porque allí donde los espacios de niñas y niños, jardines y bachilleratos populares tienen que permanecer cerrados, son las educadoras y coordinadoras quienes garantizan el proceso de enseñanza-aprendizaje a fuerza de ingenio y creatividad; produciendo materiales, videos, fotos, manteniendo el vínculo con las y los estudiantes y las familias.
Además, en la Jornada se exigió el reconocimiento de las cooperativas de recolección de residuo, porque es en los barrios populares donde las cuadrillas de recolección cumplen un trabajo esencial de limpieza y desinfección sin tener garantizados todos los elementos de cuidado ni el debido reconocimiento económico.
Por otra parte, desde las ollas homenajearon a los militantes asesinados en la Masacre de Avellaneda y exigieron juicio y castigo a los responsables políticos, en la víspera de cumplirse un nuevo aniversario del asesinato de Dario Santillán y Maximiliano Kosteki.
En esta Segunda Jornada de Ollas Populares se volvió a exigir un Fondo de Emergencia urgente, con fondos públicos aportados por los sectores más ricos de la Ciudad, para reconocer el trabajo no pago de miles de compañeras y compañeros, para realizar las obras que les permitan acceder al agua potable, para re-urbanizar las Villas. Porque si algo saben es que el virus no distingue entre ricos y pobres pero la desidia del Estado si.