Bajo la consigna “Larreta hacete cargo”, la Federación Nacional Territorial de Capital (FeNaT-CTAA Capital), junto a Somos Barrios de Pie, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y la Federación de Organizaciones de Base (FOB) realizaron hoy una Jornada de Ollas en las villas y barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires para reclamar que el trabajo que realizan cotidianamente sea reconocido. Las y los compañeros advirtieron que estas jornadas se repetirán todos los jueves hasta que sus reclamos sean escuchados.

La FeNat-CTAA Capital participó de la jornada armando más de un centenar de ollas populares distribuídas en toda la Ciudad de Buenos Aires. Al respecto, Pablo Spataro, secretario General de la Central porteña, expresó: “Esta jornada es fundamentalmente para hacer visible el trabajo comprometido de miles en esta Ciudad que el Estado intenta invisibilizar y desconocer en su caracter de trabajadores y trabajadoras. Son compañeros y compañeras que desarrollan tareas en espacios comunitarios, atendiendo comedores y merenderos, realizando trabajos de cuidados de distinto tipo, ejerciendo el rol de promotores y promotoras en materia de atención a la Violencia de Género y de la Salud, entre otros tantos aspectos de la vida comunitaria que abordan a diario. Necesitamos que todo ese trabajo y esa entrega se reconozca salarialmente.»

La emergencia sanitaria y la profunda crisis económica y social se recrudece y golpea con mayor fuerza en las villas de emergencia y barrios populares de la Ciudad. En este contexto, los problemas estructurales históricos quedan al descubierto y la vulneración de los derechos más básicos de los sectores populares es moneda corriente. ¿Cómo se explica, que si las villas son el 10% de la población de la Ciudad, representan 1 de cada 2 casos de Covid-19? Más de 6 mil casos después, y lamentando el fallecimiento de numerosxs referentes sociales, el Gobierno de la Ciudad los sigue tratando como ciudadanxs de segunda.

No es novedad el crecimiento exponencial de casos y la expansión de la pandemia en cada uno de los barrios, como tampoco es novedad que los comedores y merenderos que día a día levantan las organizaciones populares están desbordados. Y ello no es casualidad. Es parte de un modelo de Ciudad estructuralmente desigual, en donde desde hace 13 años gobernó el macrismo; de un modelo de Ciudad que siendo la más rica del país día a día crece la pobreza, la desocupación y el hambre; de un modelo de Ciudad en donde los negociados inmobiliarios y el enriquecimiento de unos pocos significa que hoy la mayoría de nuestras villas no están urbanizadas y que lxs trabajadorxs tengan cada vez menos ingresos.

Desde una de las 100 ollas que organizó la FeNaT-CTAA Capital, Amalia Aima, secretaria de Acción Social de la CTAA Capital y referente del Movimiento de Villas y Barrios Germán Abdala, al ser consultada sobre por qué salen con las ollas a la calle contestó: “Porque somos las primeras en exponernos para dar de comer o merendar a nuestro barrio por amor, porque no tenemos horario, porque en cada comedor damos todo, porque a pesar de que muchos de afuera del barrio nos discriminan, nosotros jamás discriminamos. Salimos a la calle porque es necesario que nuestra voz sea escuchada: la pandemia es hoy, puede quedarse o irse mañana, pero el hambre sigue y la desocupación también. Siempre luchamos por pequeños derechos, cosas que para muchos son naturales, pero para nosotros no existen. Siempre fuimos invisibles en esta sociedad de la alta alcurnia, pero eso tiene que cambiar”.

Por su parte, María Eva Koutsovitis, del Frente de Organizaciones Salvador Herrera – CTAA Capital, agregó: “Las trabajadoras comunitarias somos esenciales para garantizar las tareas de cuidado en nuestras comunidades: la asistencia alimentaria, la asistencia sanitaria, el cuidado de nuestra infancia, de nuestras madres y padres, de nuestro ambiente. Somos quienes venimos en la primera línea gestionando la pandemia sin que nuestro trabajo sea jerarquizado y reconocido económicamente. Somos nosotras las que exigimos garantizar el derecho al agua potable para poder alcanzar nuestra autonomía. Somos nosotras quienes exigimos políticas públicas que garanticen los derechos en igualdad de condiciones. Somos nosotras, las esenciales, las que le decimos no a este modelo de Ciudad que hace más de una década solo concentra el poder y la riqueza precarizando el conjunto de las políticas urbanas”.

Desde las 500 ollas distribuidas por el total de las organizaciones en todo el territorio de la Ciudad de Buenos Aires se exigió también un Fondo de Emergencia urgente, con fondos públicos aportados por los sectores más ricos de la Ciudad, para reconocer el trabajo no pago de miles de compañeras, para realizar las obras que les permitan acceder al agua potable y para re-urbanizar las Villas.

A su turno y desde otra de las ollas, Mercedes Duarte, de Villa 31, del Comedor Feminismo al Palo, organización Somos Fuego y Promotora contra la Violencia de Género de la casa Ñanderoga, expresó: “lo que queremos es visibilizar el trabajo de las promotoras de salud y de género y pedimos un salario digno para todas nosotras”.

Desde hoy y hasta que el reclamo sea escuchado, se seguirán realizando ollas populares todos los jueves al mediodía en más de 20 villas y barrios populares porteños.

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