El Equipo Gremial de la CTAA Capital lanzó el pasado martes 9 de junio la campaña «Esenciales somos los trabajadores. Producimos la riqueza, discutamos su distribución». La misma busca desarrollar y fortalecer la organización sindical en los lugares de trabajo, para poder disputar -aún en el marco de la pandemia- la distribución de las riquezas que generan las trabajadoras y trabajadores. A continuación se difunde una nota que aporta el Sindicato de Trabajadores de Entidades Bancarias (SiTEBA-CTAA) para esta campaña.
En este mundo capitalista globalizado, el sistema financiero es uno de los pilares fundamentales para garantizar las ganancias extraordinarias que acumulan un grupo reducido de empresas, las cuales condicionan y definen la calidad de vida de miles de millones de seres humanos sin importarles fronteras, razas ni religiones.
Desde SITEBA sostenemos que los trabajadores y trabajadoras debemos participar en los ámbitos de discusión que tienen los patrones para la toma de decisiones. El hecho de que el sistema financiero se haya convertido más en una herramienta para la timba y la especulación, en vez de un pilar para el desarrollo nacional es un claro ejemplo de que si lxs trabajadorxs no intervenimos, sólo prevalecerán los intereses de los más privilegiados.
En estos tiempos de crisis y pandemia de Covid-19, ninguna de las bolsas y los bancos del mundo han dejado de funcionar ni por un instante y a pesar de los distintos discursos de los gobiernos -ya sea privilegiar la salud o privilegiar la economía-, los bancos continúan acumulando ganancias y no han resignado su visión de darle prioridad a la acumulación de capital antes que ponerse al servicio del bienestar general.
Los bancos siguen obligando a la mayoría de sus trabajadores a realizar tareas presenciales sin las correspondientes medidas de seguridad higiénicas. En aquellos casos donde los trabajadores realicen teletrabajo, tampoco garantizan las condiciones mínimas de regulación laboral. Queda claro que la salud está en un segundo plano para los banqueros y por eso es necesaria, por un lado, una mayor intervención del Ministerio de Trabajo para controlarlos y, por el otro, mayores niveles de organización por parte de los trabajadores para hacer valer nuestros derechos.
Generamos la riqueza, discutamos su distribución
La pandemia de Covid-19 que golpea al mundo dejó al descubierto que las diversas inversiones que realizan las empresas en tecnología y modernización del proceso productivo son sólo factores que ayudan a incrementar la capacidad de producción de riqueza del trabajador. Sin la clase trabajadora en sus puestos laborales, se paralizó la producción en todo el mundo, porque las máquinas son sólo pedazos de metal y plástico.
El sistema actual no se sostiene sin el sudor y el esfuerzo de los trabajadores y trabajadoras, por eso reafirmamos que somos esenciales y por lo tanto debemos ser los primeros a ser protegidos y tenidos en cuenta para pensar el mundo post-pandemia. En este sentido, necesitamos asumir un rol protagónico en discutir a dónde se orienta la riqueza que producimos día a día.
La Argentina post-pandemia requerirá inyecciones monumentales de dinero para reactivar un aparato productivo no sólo destruido por el gobierno anterior, sino desactualizado para el mercado mundial actual. Si queremos mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo en este mundo capitalista, como mínimo debemos pensar una matriz productiva con empleos de calidad, con dignas condiciones laborales y más armónica con la naturaleza. Para eso, el sistema financiero es una herramienta estratégica ya que es quien aglutina el ahorro de millones de personas.
Quienes nos organizamos en SITEBA buscamos reorientar el sistema financiero hacia la provisión de créditos al sector productivo nacional, priorizando a la industria -y las PyMEs, en particular- para ampliar su capacidad productiva e incorporar tecnología de punta. Esto permitiría, en principio, frenar la destrucción de puestos laborales y el crecimiento de la pobreza, con el horizonte puesto en la generación de miles de empleos para nuestros hijos e hijas. Para esto, sostenemos finalmente que es necesario nacionalizar la Banca y modificar la Ley de Entidades Financieras, la cual mantiene aún el espíritu impuesto por la última dictadura militar. Estos debates no pueden dilatarse por más tiempo, el contexto amerita su discusión.