Según el Jefe de Gobierno, la pandemia podría generar una situación socio económica que solo se podría enfrentar con represión.
Argumentando que «para hacer frente a la situación socio económica que se está atravesando como consecuencia de la pandemia», el Gobierno de la Ciudad a través de la División de Armamento, Munición y Explosivos, solicitó la urgente provisión del material anti disturbios.
Pablo Spataro, Secretario General de CTA-A Capital opinó al respecto: «El gobierno de Larreta ha decidido comprar equipamiento anti disturbios por 53 millones de pesos. Habría que avisarle que cuando el Presidente de la Nación habla de cuidar la vida es cuidar la vida de la gente, y no cuidarse de la gente. Larreta debería volcar toda la capacidad operativa del Estado para que haya alimentos en todas las familias, equipamientos e insumos en todos los hospitales, y condiciones laborales para todos los trabajadores de la ciudad respetando las normas de seguridad e higiene.»
Por su parte, María Eva Koutsovitis, referente del Frente de Organizaciones Salvador Herrera CTA Capital dijo: «En el contexto de la crisis económica y sanitaria del COVID-19, Larreta gasta millones para la compra de cientos de miles de Cartuchos anti tumulto y miles de granadas en lugar de garantizar los insumos básicos para la educación a distancia, barbijos y elementos de protección a las/los trabajadores de tareas esenciales, la comida para los estudiantes de escuelas públicas y el agua potable formal a los habitantes de los barrios populares.»
La operación de compra aparece en el Boletín Oficial de la Ciudad como Contratación Directa N° 2009/SIGAF/2020 a Fabricaciones Militares Sociedad del Estado para la compra de casi 5.000 granadas y 150 mil cartuchos de balas de goma para escopeta por el monto de $52.765.291 millones de pesos.
A pesar de que la contratación directa se aprobó el 3 de abril, los materiales fueron recibidos el 27 de marzo (2 días después del pedido interno). Prueba de la urgencia que tienen las fuerzas de seguridad para pertrecharse ante su hipótesis de una emergencia del conflicto social de gran magnitud, que pretenden atender con represión como todo dispositivo de contención.