Con esta frase Fernando Castillo, Secretario General del Sindicato Unido de Costureros y Trabajadores del Vestido (SUCEV-CTA-A), hace un año sintetizaba desde una de las ventanas de la fábrica tomada la situación de las trabajadoras y trabajadores de la que hasta ese momento era la Textil Sport Tech Sociedad Anónima, hoy Cooperativa de Trabajo 8 de Enero.
* Por Valeria Garay
Sport Tech fue una de las grandes empresas textiles proveedoras de Adidas, Puma y Nike en el país. En noviembre de 2018, tras un quiebre fraudulento por parte de la textil, 62 trabajadores y trabajadoras de la planta que la empresa tenía en Luján, Provincia de Buenos Aires, se encontraron la fábrica con las puertas cerradas cuando llegaron a trabajar.
En los primeros días de enero de 2019 los más de 100 trabajadores y trabajadoras de la planta de Villa Linch fueron alertados sobre un posible cierre de la empresa, como el que había sucedido dos meses antes en Luján. Por este motivo y para evitar llegar a sus puestos de trabajo y encontrar la fábrica vacía, a partir del 8 de enero los compañeros y compañeras sostuvieron durante seis meses una permanencia pacífica en la planta que la empresa tenía en el partido de San Martín, a la vez que denunciaron a su dueño -Alberto Enrique- por “quiebra fraudulenta”.
Además de tomar la planta textil, para cuidar las instalaciones y las maquinarias, las y los trabajadores se movilizaron en varias oportunidades -acompañados por la CTA Autónoma Capital, la CTAA Provincia y la CTAA Nacional- hacia la delegación de San Martín de la Secretaría de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, en reclamo de los salarios adeudados.
“Hace un año atrás estábamos bajo
el poderío del gobierno de Mauricio Macri, en ese momento todas las
luchas eran derrotadas, aplastadas, tanto estatales como privados
todos terminaban en la calle. En ese contexto, un grupo de compañeros
y compañeras, la mayoría eran mujeres, mujeres migrantes de
Latinoamérica, con total incertidumbre se atrevieron a ocupar una
fábrica. Seis meses después, el 28 de junio el Juez dictaminó la
entrega de la fábrica, con todo lo que había en su interior a las y
los trabajadores”, relata Castillo hoy, al cumplirse un año de la
toma de Sport Tech.
Unas semanas después, en los primeros
días de febrero, mediante asamblea los trabajadores y trabajadoras
organizados en el SUCEV-CTA-A definieron conformar la Cooperativa 8
de Enero, para preservar sus puestos de trabajo. La causa recayó en
el juzgado comercial 25 de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo del
Juez Horacio Robledo, quien, con algunas dilaciones en los pasos
legales para que la Cooperativa textil 8 de Enero se hiciera cargo de
la compañía, finalmente el viernes 28 de junio le entregó a las y
los trabajadores las llaves de la planta con todo lo que había
adentro en la fábrica, desde materia prima, hasta las maquinarias y
vehículos.
Los más de 100 trabajadores y trabajadoras de la planta de Villa Linch estuvieron acompañados desde el primer día por el SUCEV-CTAA, así como también por los compañeros y compañeras de la CTA-A Capital.
“A un año del inicio de esta lucha y por el propio devenir del día a día en el trabajo todavía muchos compañeros y compañeras están cayendo sobre todo lo que ocurrió y sobre lo que significa trabajar sin patrón. Tenemos que resolver no sólo lo que hace al trabajo en la línea de producción sino también toda una serie de cuestiones administrativas, logísticas, de ventas, contables y demás que son vitales para la continuidad y el crecimiento de la cooperativa. Pero en eso andamos: contentos y contentas de haber atravesado este primer año, discutiendo y aprendiendo a cada paso y muy agradecidos del apoyo de tantos compañeros y compañeras de la CTA-A, del municipio de San Martín, de distintas organizaciones, de vecinos y vecinas, de trabajadores de otras empresas del barrio. Pero sobre todo seguros de haber tomado la decisión correcta, ya que trabajar sin patrón, a pesar de ser duro, es lo mejor que nos pudo pasar”, concluye Fernando Castillo.