La salida de Macri por medio de las urnas se da como resultado de la coronación de un sinfín de luchas y resistencias populares que se dieron a lo largo de cuatro años y que la fórmula Fernández- Fernández supo encarnar, convirtiéndose así ser la expresión electoral que conglomera unas 19 fuerzas políticas.

* por Nicolás Honigesz, Periodista. Director de la Secretaría de Prensa de CTAA Capital.

Entre las principales fuerzas están Unidad Ciudadana, PJ, Frente Renovador, CFK y una dispersión de fuerzas de Izquierda, feministas, popular y antiimperialista que representan a los sectores sociales que estos cuatro años han resistido, de diversas formas, a la ofensiva macrista impidiendo que su proyecto pudiera aplicarse a fondo y derrotando en las urnas al proyecto de restauración conservadora en Argentina.

La política de Macri nos deja como herencia una catástrofe social. Desde que Cambiemos llegó a la Casa Rosada en diciembre de 2015, la pobreza creció del 30.1% al 35,4 alcanzando a 15.900 millones de argentinos. Los comedores y merenderos de los barrios humildes y obreros no dan abasto por la demanda de familias que buscan una ración de alimentos que ya no pueden suministrarse por sus propios medios.

La entrega de la soberanía económica en manos de los prestamos del Fondo Monetario Internacional (FMI), una vez mas, condiciona la vida del conjunto de la sociedad. La Dolarización de las tarifas de servicios esenciales, frente la pesificación de los salarios y el congelamiento de los mismos, sumado al 248% de inflación en 48 meses y la destrucción de aparato productivo industrial con la perdida de 200.000 puestos de trabajo, hicieron que millones de argentinos cayeran por debajo de la linea de pobreza. La destrucción del aparato productivo, a su vez, se llevo consigo el cierre de más de 15.424 pequeñas y medianas empresas menores a 100 trabajadores. El desguace del estado se vio reflejado en miles de despidos de trabajadores y trabajadoras estatales principalmente en organismos claves para el desarrollo industrial y patrimonio de la Soberanía Nacional. Esta cruzada aventurera de la derecha y sus CEOs con el “mejor equipo económico en los últimos 50 años” nos hereda una deuda pública argentina que creció más del 50% entre diciembre de 2015 y junio de 2019, lo que representa un monto de más de u$s334.000 millones. Con una fuga de u$s80.000 millones en los últimos 3 y medio años.

La organización desde las bases, la movilización del pueblo en las calles , la solidaridad entre las y los trabajadores, representado en el grito de “ unidad unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode se jode, se jode” que se hizo unísono en la unidad y la resistencia de los distintos colectivos y organizaciones por la defensa del trabajo y el derecho de la dignidad, junto con un movimiento feminista en constante asenso que interpela masivamente los viejos paradigmas y hace crujir las formas patriarcales de dominación, son algunos de iconos que se fueron construyendo en estos 4 años.

En la jornada del 17 de diciembre de 2017 contra la reforma previsional , a pesar de la salvaje represión con la nueva parafernalia armamentista, el pueblo resistió enfrentando las fuerzas represivas y marcando una bisagra en la toma de conciencia colectiva: la fuerza de la unidad del conjunto del pueblo y la resistencia en la calles astillo la gobernabilidad Macrista. La derrota electoral de Macri significa una victoria histórica sobre la burguesía intermediaria y la derecha reaccionaria. Se abre una nueva etapa que pone a las y los trabajadores como protagonistas con una oportunidad de ofensiva para la construcción de un proyecto soberano democrático que juegue en beneficio de las grandes mayorías. Condición indispensable para avanzar hacia un estado plurinacional, popular y democrático. La resistencia de Venezuela, la victoria de Evo en Bolivia y del Frente de Todos en Argentina nos presenta un nuevo escenario para la construcción de la patria grande y luchas populares de Haiti, Panama, Ecuador y Chile nos dan una lección de la retroversión de la soberanía y deja claro, una vez más y actualizando el concepto que : cuando un Estado, al que el pueblo le delega al poder, no cumple, se ausenta y no representa los intereses del pueblo, gobierne quien gobierne, la soberanía vuelve a manos del pueblo.

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