En el día de hoy el juez López Alfonsín ordenó una medida cautelar que obliga al Gobierno de Rodríguez Larreta a reabrir la inscripción de vacantes de 2019 para niñas y niños de 45 días a 1 año en la Escuela Infantil Nº 6 de Balvanera, más conocido como el jardín del hospital Ramos Mejía.

* Por Mariano Pasi, secretario de Organización de la CTAA Capital Regional Centro

Debemos recordar que este conflicto se desató a principios de octubre, cuando el gobierno de Rodríguez Larreta difundió la intención de cerrar progresivamente el jardín del hospital Ramos Mejía, arrancando en 2019 por la “sala lactantes” -para chicos desde los 45 días hasta el primer año-, siguiendo por la sala “deambuladores” -para chicos entre uno y dos años- y finalizando con la mudanza de las salas de 3, 4 y 5 años a la futura escuela que se construirá en la Manzana 66. 

En un contexto donde el déficit de vacantes crece año tras año de manera sostenida, lo que pareciera una decisión contradictoria -quitar vacantes donde justamente faltan-, en realidad es parte de la política definida desde las altas esferas del gobierno PRO. La apuesta es la proliferación de los Centros de Primera Infancia (CPI), espacios que son producto del convenio entre asociaciones civiles, ONGs o cooperativas y el Estado. Los CPI no dependen del Ministerio de Educación sino del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano y se orientan al cuidado y la contención de los niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Así, queda clara la desigualdad social que se reproduce: mientras las familias con recursos envían a sus hijos a jardines maternales privados con orientación educativa, aquellas que no disponen de esos recursos deben enviar a sus hijos a los CPI para su cuidado, donde lo educativo es un aspecto secundario. La educación -como base para un futuro mejor- no es vista como un derecho por el PRO, sino como un privilegio.

Por esta situación es que la decisión del juez López Alfonsín se convierte en una bocanada de aire en el camino por lograr la reapertura completa del jardín y garantizar así el derecho a la educación desde los 45 días para toda la niñez. Al mismo tiempo, este hecho refuerza la voluntad de lucha que padres, madres, docentes, trabajadores del hospital y vecinos desarrollaron en todo este tiempo, llevando el conflicto al barrio con cortes de calles, abrazos al hospital, abrazos al jardín, movilizaciones al Ministerio de Educación de la Ciudad, volanteadas, participaciones en eventos, entre otros. 

Desde la Regional Centro venimos acompañando desde el inicio esta lucha y por eso saludamos la cautelar en defensa de las niñas y niños, pero también el ejemplo de lucha inquebrantable de las familias trabajadoras que no bajan los brazos para mantener en alto el derecho a la educación pública, gratuita y de calidad. El conflicto no se agota, sino que ingresa en otra etapa, donde deberemos seguir construyendo la unidad en la acción que nos lleve a festejar -más temprano que tarde- una victoria por el Jardín del Ramos

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *