por Jorge Yabkowski, Secretario de Salud Laboral de la CTA. Presidente de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA-CTA).
Para confirmar los efectos del ajuste devaluatorio el Gobierno Nacional busca acordar con la CTERA de Yasky un aumento para los docentes por debajo de la inflación pasada (32%) y la proyectada 2014 (45%). Ese es el primer paso para subordinar a todos los estatales y al sector salud en particular, recortando varios puntos del salario real.
En la reunión del Secretariado Nacional de FESPROSA del 5 de febrero en Rosario le dijimos al Gobierno Nacional, los gobiernos provinciales y las burocracias cómplices que la Salud no espera ni se subordina.
Exigimos aumento ya, retroactivo al primero de enero para llevar el salario inicial al valor de la canasta regional profesional en blanco.
Venimos sosteniendo con acciones este planteo desde el paro nacional del 18 de diciembre, con las medidas en San Juan, el plan de lucha de CICOP, los paros de SIPRUS, UTS, APSADES, APUAP y las exigencias del conjunto de los sindicatos base de la FESPROSA en todo el país.
La Jornada de Lucha Nacional del próximo 19 de febrero será un nuevo hito en este pronunciamiento de todo el sector salud. Nosotros seremos nuestra propia referencia, no la que buscan imponernos.
La estampida inflacionaria y la devaluación han provocado una brusca disminución de los ingresos de los sectores populares. Por fuera de toda retórica ese fue el efecto buscado por el gobierno. No arbitró una estrategia de emergencia para recomponer el ingreso, solo alentó la pantomima de los precios cuidados como para decir que estaba haciendo algo sin intervenir realmente en la cadena de valor.
Productores y exportadores ligados al complejo agroindustrial, automotriz y minero salu-daron la medida pero la consideraron insuficiente. ”El Mercado” pide más sangre. Y dureza con los salarios y los subsidios sociales para no perder en un mes la competitividad ganada.
Estado nacional y provincias son expertos en impuesto inflacionario, que baja su pasivo nominal y permite aumentos de la recaudación. Este ajuste se les hace perentorio porque va-rios estados provinciales han dolarizado parte de su deuda pública. Buscan, como dijo la Ministra de Economía bonaerense Batakis, que ese aumento de ingresos fiscales no se licúe con las paritarias del estado, por lo que tiró al ruedo el 23% en tres cuotas.
Lo hizo como propuesta de alineamiento conjunto de los estados provinciales, los que, como sabemos, administran el 95% de los planteles docentes, el 70% de los judiciales, el 85% de los trabajadores de salud pública.
Ese 23 % en cuotas es un menos de un 20% real. Es decir entre 15 y 20 puntos saquea-dos del bolsillo de los tres millones de estatales. Para crear el escenario que posibilite el ajuste, el gobierno nacional y los gobiernos pro-vinciales hoy tienen, junto a los pactos con los gremios chupamedias, dos tipos de respuestas: las represivas y las dilatorias. Puede haber combinaciones, sin duda. El gobierno sanjuanino está decidido a quebrar la huelga. En Buenos Aires y Córdoba buscan ganar tiempo. Siguen esperanzados en que se consume la traición de Yasky en la paritaria nacional docente. O en su defecto que el gobierno nacional la cierre por decreto, como lo hizo el 2012 y 2013.
FESPROSA está decidida a ser una actora nacional que aporte su grano de arena, junto a los docentes que no se resignan y a todos los estatales, a quebrar esa pauta.
El 19 de febrero CICOP parará por 48 horas. Tendremos un acto central en el Evita de Lanús. San Juan volverá a salir a la calle. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires acompañaremos a los profesionales que piden la derogación de la resolución 1657.
En todo el país habrá acciones para poner freno al ataque del gobierno y las patronales contra nuestros salarios y condiciones de vida, en el camino de fortalecernos como un sector que contribuya a que toda la clase trabajadora pueda hacer lo propio.