El Observatorio del Derecho Social publicó en el mes de agosto el informe de Coyuntura sobre “Conflicto, Negociación Colectiva y mercado de trabajo” correspondiente al Tercer Trimestre de 2017. Para hablar sobre este informe, desde Estación Central (Radio Sur, FM 88.3) se comunicaron con Luis Campos, coordinador general del Observatorio.
– En el segundo trimestre de 2017, según el informe, se registraron 207 conflictos laborales. De ese total 112 correspondieron al sector público, 78 al privado, 12 a ambos sectores y 5 fueron motorizados por trabajadores informales. ¿Cómo se explica la caída de la conflictividad en el sector privado?
– Efectivamente cuando uno compara la cantidad de conflictos que se registraron en el segundo trimestre de este año, con los conflictos que tuvieron lugar en el mismo trimestre del año pasado (segundo trimestre de 2016), lo que hay es una caída de la conflictividad en el sector privado, que se explica fundamentalmente por una reducción de los conflictos a nivel de empresas.
Es decir, si uno mira el número total de conflictos, lo que observa es que en el sector público hoy la conflictividad se mantiene más o menos en los mismos niveles del año pasado, y en el sector privado se presenta un patrón diferenciado, según los conflictos sean a nivel de actividad o a nivel de empresa.
A nivel de actividad, que son básicamente los conflictos por las paritarias salariales -el segundo trimestre de todos los años suele estar muy marcado por los reclamos salariales de los sindicatos en las discusiones paritarias- esos conflictos se mantienen relativamente estables, no varía mucho la cantidad con respecto a un año atrás.
Por lo contrario, los conflictos a nivel de empresa sí caen bastante y eso posiblemente esté asociado a los situaciones de crisis. De hecho, el 80% de los conflictos a nivel de empresa que se registraron en el segundo trimestre de este año, son conflictos por situaciones de crisis, es decir, por despidos, por suspensiones, por deudas salariales. Esto básicamente lo que está demostrando es que estamos en un momento donde los conflictos reivindicativos a nivel de empresa estarían siendo bastante complicados. No sería el mejor escenario para los trabajadores conflictos ofensivos, conflictos por reclamos de mayores derechos, y como se ve en los datos que publicamos en el informe, esos conflictos en las empresas llegan en situaciones en donde no queda otra que el conflicto, que son básicamente las situaciones de crisis.
– Y, seguramente tampoco se pueden llevar a cabo conflictos reivindicativos, porque también las prácticas anti sindicales han recrudecido, no?
– Eso es muy llamativo, porque crecen mucho las respuestas de esto que nosotros denominamos prácticas anti sindicales, que incluyen desde la represión a movilizaciones, la detención de dirigentes sindicales en el marco de movilizaciones -sin ir más lejos en estos últimos días han habido nuevos episodios de detención de dirigentes sindicales en el contexto de reclamos laborales-, aperturas de causas penales contra trabajadores por el hecho de participar en medidas de acción directa, o la práctica anti sindical más extendida en términos cuantitativos, que son los despidos anti sindicales. El despido de no solo delegados, sino también de activistas o de trabajadores que tienen una participación muy activa en la organización sindical. Esto se viene implementando mucho en los últimos meses y les diría que es una de las principales formas de respuesta de los empleadores y del Estado para tratar de disminuir la conflictividad laboral y como vos bien decías, para evitar esos conflictos reivindicativos tanto a nivel de actividad como a nivel de empresa.
– En la distribución geográfica de los conflictos, la zona donde más se desarrollaron fue en la Patagonia, ¿A qué se debe esto?
– Esto viene siendo así hace mucho tiempo, efectivamente en las provincias de la Patagonia los niveles de conflictividad son muy altos, tanto en el sector privado como en el sector público. Incluso, en los últimos trimestres también lo que registramos es un incremento de la intensidad de los conflictos. Ya no solo de la cantidad de conflictos, sino que hay más conflictos que duran más tiempo, que involucran a más cantidad de trabajadores y a más organizaciones sindicales. Un fenómeno que se estuvo dando bastante en algunas provincias de la Patagonia es, sobre todo en el sector público, estos conflictos donde ya no es “el conflicto de los docentes” o “el conflicto de los judiciales”, sino que es el conflicto del conjunto de los trabajadores del sector público a través de Intersindicales, por ejemplo. Incluso, en algunos casos cuentan con la participación de sindicatos que están afiliados a la CTA Autónoma o afiliados a la CTA de los Trabajadores y otros que están afiliados a la CGT.
– ¿Cuál fue la principal medida de fuerza que han desarrollado los trabajadores?
– Tanto en el sector público como en el privado el paro es la principal acción que han llevado adelante los trabajadores. También hay otras medidas que se impulsan desde el marco del conflicto, desde las declaraciones públicas; reclamos en los medios de comunicación; hasta las movilizaciones; los piquetes en las puertas de establecimientos, que se da bastante en las empresas del sector privado; promociones de campañas de difusión mediática; concentraciones en espacios públicos. Pero el paro como medida de acción directa sigue siendo la principal acción tanto en el sector público como en el privado.
– El informe muestra que comenzaron a introducirse condiciones flexibilizadores de trabajo, ¿Cuáles serían estas?
– Eso se dio fundamentalmente en algunos convenios sectoriales, tal vez los más representativos fueron los convenios que se celebraron en la Industria del Petroleo -también en las provincias de la Patagonia- que implican desde el retroceso en materia de cláusulas salariales, por algunas cláusulas que implicaban unos adicionales para los trabajadores que dejan de percibirse luego de la firma de estos convenios; otras que implican un relajamiento de las normas de seguridad e higiene laboral, que posiblemente sean las más preocupantes; otras normas que habilitan la utilización de otras maneras de contratación para los trabajadores que se incorporan a las empresas petroleras; fueron convenios que prácticamente incluyeron todas las maneras de flexibilización laboral.
Los que también tuvieron bastante visibilidad, fue el acuerdo salarial para los trabajadores del sector público nacional, que incluyó figuras de flexibilización salarial, como por ejemplo, fundamentalmente, el adicional por presentismo.
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