Desde Ramón Carrillo y su proyecto de sistema de salud público, hasta las ART, la seguridad, salud y enfermedades laborales fueron algunos de los puntos sobre los que charlamos en el último programa de Fuerza Centrífuga con Guillermo Defays, Secretario de Formación de la CTA Autónoma Capital.
Un fragmento de audio de la película de Raymundo Gleyzer fue el puntapié para iniciar el tema de «seguridad y salud laboral». Guillermo Defays nos planteó lo siguiente:
«Cuando hablamos de salud laboral, hablamos de la salud en general, no concebimos una situación donde la realización del individuo como ser humano vaya por un lado y la llamada reproducción de la fuerza de trabajo vaya por otro. En cuanto también a la salud, no es que entendamos a ésta como una ausencia de enfermedad, sino como un estado de completo bienestar físico, mental y social.
«Por otro lado, ya referido al trabajo, los trabajadores queremos que nuestro trabajo sea sin riesgo, riesgo cero, para eso, lo importante es que el patrón haga las inversiones necesarias en la realización de la producción. El patrón, en general, nos habla de trabajo seguro. Hay una diferencia entre trabajo sin riesgo y trabajo seguro. El trabajo seguro, que nos dice el patrón, es un eufemismo para denominar un estado de riesgo económicamente óptimo para él. La seguridad, a partir de este punto, se consigue a partir, sobre todo de uso de elementos de protección personal, guantes, antiparras, orejeras, y si algo falla, la culpa será del trabajador que no siguió el manual, no usó los elementos adecuado.
«Es decir, la cosa funciona así: cuanto menos invierta el patrón en la producción del bien o el servicio que vende, mejor para él, son menos gastos para él, pero esto en general, significa que las condiciones de higiene y seguridad desmejoran y la salud de los trabajadores se deterioran más al cumplir su trabajo.
«Hay algo que podríamos llamar un “costo de cura” de perjuicios para el patrón, por ausencia de los trabajadores por licencia médica, etc.. Cuánto de estos costos se cargan a los patrones y cuánto al Estado depende de la legislación específica del país de que se trate. Lo que hacen los patrones es planificar cuidadosamente este punto óptimo entre sus costos de producción y sus gastos en la salud de los trabajadores. Esto es lo que yo dije es el riesgo elegido por el patrón para los trabajadores y que se traduce en probabilidad de tantas muertes por año, tanta enfermedad, etc.. Este riesgo además se naturaliza, te dicen este trabajo es así, y además los propios trabajadores son los responsables de, al seguir ciertos procedimientos, convertirlo en trabajo inseguro.
«Los datos oficiales, nos dicen que en todo el mundo, cada 15 segundos, un trabajador muere a causa de accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo. Son seis mil trecientos trabajadores por día, más de 2 millones trecientas mil muertes por año. En esos mismos 15 segundos 160 trabajadores tienen un accidente laboral, son más de 317 millones de accidentes por año.
«En Argentina, cada jornada de trabajo se lleva la vida de 27 compañeros, son más de 7 mil trabajadores muertos por año. Además de los accidentes laborales, las causas más comunes de muerte, son enfermedades que se derivan de las condiciones de trabajo, cáncer, accidente cerebro vascular, enfermedades infectocontagiosas, etc.. Se entiende que, fíjate las cifras que hablo en el mundo, esto es más que muchas guerras, y esto es una guerra que continuamente tenemos desde hace años.
«Yo me quería referir también a una cosa que cada vez adquiere más importancia, de los riesgos a los que están expuestos los trabajadores hay uno que es el llamado, “riesgo psicológico social” que está adquiriendo mayor importancia relativa a partir del crecimiento de la precarización laboral en nuestro país y en el mundo.
«Hay dos mitos con respecto a los riesgos psicosociales, uno es que esto afecta a trabajadores intelectuales, y esto no es así. Realmente, la presión psicosocial aparece con gran intensidad, del trabajador que no sabe si le van a renovar el contrato, que su sueldo no le alcanza para llegar a fin de mes, que se le asignan tareas sin brindarles los elementos para llevarlas adelante, que lo obligan a mentir y justificar lo injustificable al atender al público, que es discriminado, que es humillado, etc..
«Y el segundo mito es que, estos riesgos psicosociales, lo que causan son problemas nerviosos o problemas mentales, esto tampoco es así, este estrés, literalmente mata, y mata a través de provocar ACV, de provocar infartos, cánceres, y otras enfermedades.
«En general el objeto de esta presión psicosocial, que muchas veces se vuelve violencia, se suele personificar en el jefe o patrón, pero lo cierto es que el origen de esta violencia, la mayoría de las veces, es institucional, y más profundamente reside en el propio sistema de producción. Hay grandes esfuerzos hechos por las empresas y por los organismos estatales, para demostrar que la violencia laboral es culpa personajes inadaptados sociales, que cada tanto aparecen y se dedican a violentar a sus subordinados, de esta manera, lo que quieren es llevar al plano de las relaciones interpersonales, lo que es un riesgo laboral, liberarse de responsabilidades, y también hay que decirlo, usar de fusible al jefe violento, cuando los trabajadores imponemos una firme resistencia gremial».
El papel de las ART
A comienzos de siglo XX el Estado comienza a contemplar la necesidad de legislar respecto a seguridad y accidentes de trabajo de la mano de Diputados socialistas. Desde allí, con las sucesivas modificaciones a las leyes de Riesgo de Trabajo llegamos hasta las actuales ART Sobre este aspecto, Defays nos comentó:
«Habría que comenzar diciendo que una aseguradora de riesgos de trabajo (ART) es una entidad privada, a la cual, autoriza la Súper Intendencia de Riesgo de Trabajo (SRT) y la Superintendencia de Seguros de la Nación, o sea es una entidad privada, es una sociedad comercial y anónima con fines de lucro. El Estado le asigna funciones como, evaluar riesgos del ambiente laboral, determinar medidas para neutralizarlo, verificar que se cumpla, o sea funciones de prevención, también funciones de estadística como llevar registro de accidentes, incidentes, enfermedades, y finalmente, y esto es lo que más se conoce, brindar las prestaciones necesarias a la víctima, al enfermo, inclusive pagar su salario a partir de un cierto tiempo.
«Pero lo que no hay que perder de vista, es que, dado a su carácter comercial, con fines de lucro, los intereses de las ART son fundamentalmente, que haya pocos accidentes, pocas enfermedades laborales, que se otorguen pocos días de licencia, que las prestaciones sean más baratas, que las indemnizaciones sean pequeñas o que no se otorguen, es decir son todos intereses contrapuestos a los intereses de los trabajadores, por lo cual concluimos que el sistema de ART actual no es el apropiado para cuidar la salud laboral».
Puntos para una política seria de acción y prevención en la Salud Laboral
Finalmente Guillermo Defays nos aportó, en base a sus conocimientos y la experiencia dentro de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma), los lineamientos para una política seria de seguridad, prevención y salud laboral:
«Creo que lo primero que hay que entender es que, mientras la salud para un trabajador es un bien de capital, algo que lo habilita para apropiarse de valor, para el patrón la salud de sus trabajadores es un bien de uso, que se consume en la producción de valor, por lo tanto, el patrón buscará obtener el mayor beneficio económico de esa salud, por lo tanto, somos nosotros como trabajadores, los que debemos defender nuestra salud que es nuestro único activo.
«Hay una experiencia, que yo considero la mejor experiencia en ese sentido, la que surge en la aplicación del llamado “modelo obrero italiano”, algo que se desarrolló en la década del ’60 y del ’70 en Italia.
«Este modelo se basa en dos principios básicos, primero es que el propio trabajador debe tomar conciencia de que su salud es un derecho a defender, y el segundo principio básico, es que los riesgos laborales no son inherentes al trabajo, sino que los riesgos son inherentes a la forma en que se trabaja. Esto nos lleva a una serie de actitudes que también fueron plasmados en este modelo obrero italiano, una es no delegar en expertos o técnicos el control de las condiciones y medio ambiente de trabajo.
«Esto es decir, los técnicos profesionales pueden y deben aportar su conocimiento, pero el saber realmente, surge del dialogo y el consenso entre el conocimiento desarrollado por los trabajadores, y el conocimiento de los expertos.
«Esto es decir, nuestra propia investigación participante es fundamental, la subjetividad del que trabaja no es contraria a la ciencia, es imprescindible para hacer ciencia.
«La otra cuestión es que, la salud no se vende, no se cambian por dinero condiciones de trabajo lesivas para la salud.
«Y la tercera cuestión, es que la prevención es la fundamental, se debería como objetivo de máxima, evitar tener que llegar a la reparación de daños. Y en esto, la forma que ha dado mayor resultado, es que la responsabilidad de la prevención recaiga en comité mixto, en comité formado por trabajadores y empresarios. De esto hay experiencia en el mundo y también en nuestro país, hay algunas provincias que parcialmente están aplicando esto.
«Basado en estos principios que acabo de comentar, la CTA, la Central, ha participado en la elaboración de un proyecto de ley que se llamaba “Proyecto de ley de prevención de los riesgos laborales y reparación de daños e incapacidades derivados de accidentes de trabajo y enfermedades laborales”, esto fue propuesto en el año 2012, en la Cámara de Diputados de la Nación, presentado principalmente por el compañero Víctor De Gennaro y otros diputados.
«El tema de la prevención en este proyecto de ley, se apoya en la constitución de comités mixtos de trabajadores y empleadores, que deben funcionar a nivel de base en todos los establecimientos, oficinas y en general lugares de trabajo, y que pongan en discusión, localmente, la propia organización del trabajo, esto es fundamental, y esto es lo que no quieren los patrones evidentemente.
«En este proyecto de ley, el tema de la reparación, no se basa en ART ni siquiera en las llamadas ART mutuas, que es un invento de empresas formadas con participación de empleadores y trabajadores, y que como muestra de su fracaso, tenemos la experiencia que se realizó en este sentido en España. En cambio, se propone la creación de un Banco de seguro de accidentes de trabajo y enfermedades laborales, que algunos llaman el modelo uruguayo, porque ahí en Uruguay el Banco el seguro del Estado, tiene estas funciones, y además este Banco, se dice que, debe funcionar como una persona jurídica, de derecho público, no estatal, con individualidad económica, financiera y administrativa».
Fuente: www.redeco.com.ar