Luego de dos años de trámites en el Ministerio de Trabajo, el Sindicato de Empleados Inmobiliarios de la República Argentina (SEI-CTA), consiguió su inscripción gremial. Marcelo Ghio, dirigente del gremio, dialogó con ACTA sobre este triunfo. Además se refirió a los principales conflictos que atraviesa el sector: “Lo más difícil es organizarnos porque hace falta conciencia de clase”, opinó.
Marcelo Ghio se reunió el viernes en la sede de la CTA Nacional con los dirigentes de la Central Ricardo Peidro, secretario Adjunto; Daniel Jorajuría, secretario Gremial; Jorge Castro, secretario General de UETTel y Carolina Ocar, miembro del Bloque Organizativo-Gremial-Territorial, de la Mesa Nacional y delegada de la Junta Interna ATE-INDEC.
En esta oportunidad dialogamos con el dirigente del SEI-CTA:
– ¿Cómo fue el proceso para conseguir la Inscripción Gremial?
Fue tras un derrotero de más de dos años. El 8 de noviembre de 2011 tuvimos nuestra asamblea fundacional del sindicato, acá en la sede de calle Lima al 600. En esa oportunidad también adherimos a la CTA. Después comenzó todo el tema de trámites y audiencias. El 28 de octubre el ministro Tomada firma la resolución 1066 del 2013, en donde nos da la inscripción gremial de lo que fuimos notificados el 16 de diciembre de 2013.
– ¿Cuáles son los principales problemas que tienen los trabajadores inmobiliarios?
Nosotros hemos hecho un estudio con los compañeros, con más de mil casos y el gran problema es la informalidad laboral. Hay una gran mayoría que está completamente en negro, que están sólo a comisión o con falsos monotributos. Después hay una minoría que está regularizada como empleados administrativos de comercio, donde tienen un sueldo básico pero encuadrados en un convenio colectivo que no les corresponde y las comisiones se las pagan en negro. Si tenemos que hablar de alguien que cumpla con todo, no existe en el sector. Por otro lado, hubo una gran paralización a partir del cepo cambiario, y el ámbito inmobiliario está atravesando una de las crisis más grandes, más que el 2001 incluso. En estos casos ocurre que muchos trabajadores migran a la venta de automotores -porque el cese del mercado inmobiliario coincide con la explosión del mercado automotor-. Por eso creemos que es el momento más oportuno para instalar la necesidad de un básico, para que el trabajador tenga un piso asegurado, más allá de las comisiones.
¿Cómo acompañó la CTA este proceso de Inscripción Gremial?
Coordinamos con la CTA durante todo el proceso, con el asesoramiento del compañero Jorajuría. Estuvimos en el Encuentro de Organizaciones de la Actividad Privada en Ferro, estuvimos en cada movimiento de la Central. No obstante, uno de los grandes conflictos que tenemos es que el sector inmobiliario jamás fue atravesado por una política sindical. Y el principal enemigo de la organización es la falta de conciencia de clase. Hay un entendimiento de que el empleado inmobiliario es un empresario cuentapropista, que hoy trabaja pero mañana quiere ser inmobiliario. Falta mucha conciencia social.
– Como trabajador de sector privado ¿Qué opinión te merece la tarea que se está dando la CTA con el ámbito privado?
Es un trabajo muy interesante sobretodo porque es un ámbito muy complejo. Es muy distinto lo que es industria de lo que es servicios. En una fábrica, se baja al comedor y están todos ahí para organizarse. En el sector inmobiliario, sólo en Capital Federal tenemos 5600 empleadores y calculamos un empleado por cada patrón. El empleado convive con su patrón los 365 días del año, son amigos, se cree que el día de mañana podrá heredar la inmobiliaria, etc. Por eso la organización es muy difícil, es una ardua tarea que nos estamos dando. Lo interesante en este sentido, es que la Central está instalando la importancia de la conciencia de clase. Porque aunque use traje y corbata, es un trabajador.