Cada tiempo tiene una clave o varias que lo expresan y poder descubrirlas hace más fácil encontrar el camino. ¿Esa clave es la respuesta al qué hacer? una pregunta que siempre debemos plantearnos quienes asumimos el rol de ser parte del cambio social.
Como nada es fácil, esa pregunta suele tener distintas respuestas, pero si somos capaces de encontrar una que nos exprese colectivamente todo puede ser posible.
Como aporte digo que este es un tiempo de construir nuevas hegemonías y por eso es un tiempo de debates, un tiempo de abrir tranqueras. Tiempo de generosidad política y de asumir que o somos millones, u otros van a seguir gobernando por nosotros.
Como siempre ocurre, este no es un tiempo de atajos ni de limitarnos a recorrer viejos caminos que invariablemente nos van a llevar a viejos lugares que ya conocemos.
Prueba y error dice un compañero, asumiendo que no equivocarnos por no animarnos a probar es el único error que no podemos cometer.
Tiempo de no confundirnos de enemigo, pero tampoco de amigo.
Si un defecto común tenemos quienes militamos, política o socialmente, es el de pensarnos dueños de una verdad indiscutible y por lo tanto, con derecho a levantar un dedo acusador frente a los compañeros que no «entienden» o que se «equivocan».
Todos hemos cometido errores, la única diferencia es si lo hicimos desde la honestidad política o no. Asumirlo y asumir nuestras propias debilidades es el primer paso y desde ahí hacernos cargo de nuestras historias, para poder entonces repensar colectivamente esos sueños de los que somos devotos muchos, más allá de haberlos buscado a veces por caminos distintos.
Sabemos que no es fácil enfrentar lo que está pasando ni lo que se viene y ya aprendimos hace rato que las consecuencias del ajuste siempre las pagamos los mismos.
Para peor, aquellos que hasta ayer algunos consideraban sus compañeros hoy son la cara del ajuste y por si no alcanzara, quienes se nos ofrecían como «la solución» nos esperan con distintas caras y nombres, pero con el mismo ajuste.
Hoy más que nunca valen las palabras de Germán Abdala: “Es preferible intentar un camino autónomo, propio, nuestro, que a lo mejor en principio sea tan doloroso como el otro. Pero el final del camino es nuestro, estamos construyendo nuestra nueva sociedad.”
Claro que todas nuestras luchas son difíciles, lo aprendimos también hace mucho, pero si somos capaces de construir juntos un nuevo camino colectivo sin dudas venceremos.
* Secretario General Adjunto CTA Capital