Este miércoles pasará a la historia: mujeres trabajadoras, de los más variados oficios y profesiones, así como quienes se encargan de las tareas de cuidados en sus casas, decidieron parar y movilizar para decir basta de femicidios. Es que los datos hablan por sí solos: en nuestro país, cada 30 horas, es asesinada una mujer. Según un informe de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, durante 2015 fueron 235 los femicidios: las mujeres tenían entre 16 y 60 años. El 29% de los asesinos eran allegados a las víctimas. Más de 203 niños, niñas y adolescentes pasarán el resto de sus vidas sin sus madres.
* por
, ,
“Si mi vida no vale, produzcan sin mí, estamos organizadas, no tenemos miedo”, dijeron las compañeras y es que en contextos de ajuste y pobreza son las mujeres las más perjudicadas, las más explotadas y las que menos cobran.
Desde Ushuaia a La Quiaca, mujeres de todas las edades y trabajos pararon de 13.00 a 14.00 e hicieron cortes de calles, ruidazos, papelazos, asambleas y radios abiertas frente a cada lugar de trabajo. Las trabajadoras de la CTA-A Nacional cortaron la Avenida 9 de Julio con carteles que decían «Nosotras paramos».
A las 16.00 en punto, bajo un cielo completamente gris y una lluvia incesante que atravesó paraguas, pilotos, capuchas y bolsas de nylon, miles de mujeres, niñas, adolescentes, jóvenes y varones se concentraron en el Obelisco y llegaron empapadas a la Plaza de Mayo para volver a exigir que se acabe la violencia contra las mujeres en todas sus formas: precarización laboral, despidos, maltratos y femicidios. “Perdón por la molestia pero nos están matando”, decía un cartel que llevaba una compañera, mientras una nena de 5 años patinaba llevando otro cartel que decía “vivas nos queremos”.
“Se pensaban que estábamos dormidas, cocinando y planchando todo el día, pero ahora piquete y cacerola al patriarcado lo tenemos de las bolas, luche CTA, luche CTA”, se escuchaban las voces entre la batucada formada enteramente por mujeres. Desde Sarmiento, marchando por 9 de Julio hasta Avenida de Mayo, y luego a la Plaza de Mayo, eran miles las mujeres que, vestidas de negro, caminaban denunciando con sus cuerpos y sus voces.
“Estos niveles de violencia tienen que ver con las desigualdades y con el modelo capitalista y patriarcal. La tarea es enorme y requiere acciones en el corto, mediano y largo plazo. Nuestro cuerpo no es solamente un cuerpo para ser violentado sino que vamos a poner el cuerpo para defendernos. Porque las mujeres tenemos niveles organizativos muy grandes que tienen que ver con lo que han sido los Encuentros y con este nivel de acciones permanentes que tenemos en la calle en todo el país”, dijo Alejandra Angriman, Secretaria de Género e Igualdad de oportunidades de la CTA-A.
Por su parte, las trabajadoras de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE-CLATE) también se sumaron a la iniciativa bajo el lema: “contra la violencia femicida y contra la precarización de nuestras vidas” y llenaron de música la tarde con su batucada. La Secretaria de Organización de ATE Nacional, Silvia León, indicó que su gremio participó activamente de todas las marchas anteriores y de la reunión del colectivo “Ni una menos” donde se resolvió la convocatoria al paro: “Nosotras como ATE y CTA Autónoma resolvimos hacer propia la convocatoria y paramos en los lugares de trabajo porque creemos que lo principal es que las mujeres podamos tener autonomía económica, para poder decidir sobre nuestra vida y nuestro destino”.
Otra de las organizaciones que convocó a la marcha, la Federación Judicial Argentina (FJA-CLATE) hizo suyo el reclamo y explicó que «en la última semana la crueldad y el ensañamiento, han sido la característica más relevante de los femicidios cometidos en diferentes lugares del país”. Y explicaron que “a pocos días de la participación de 70.000 mujeres en el Encuentro Nacional de Rosario nos autoconvocamos para hacer visible nuestra preocupación, exigir soluciones y expresar propuestas que pongan límites a este flagelo. Por eso marcharemos junto a todas las mujeres del país, porque no somos cómplices”.
También las docentes universitarias y pre universitarias, integrantes de la CONADU Histórica, llamaron a parar y movilizarse en todo el país. “Participamos del paro y de todas las movilizaciones que se realizaron a lo largo y ancho del país para exigir medidas concretas para poner fin a la violencia contra las mujeres”, expresaron en un comunicado de prensa.
La Asociación de Agentes de Propaganda Médica, Fesprosa, CICOP, Federación Nacional Docente, Espacio Niñez y Territorio, Frente de Organizaciones Salvador Herrera, UCRA, Nueva Organización de Gastronómicos, UETTel, Sindicato de la Salud Privada, también nutrieron la inmensa columna de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma.
Carolina Ocar, Secretaria de Prensa y Comunicación de la CTA-A, agregó: “La iniciativa del paro me encuentra aquí (en Madrid, España), junto a otras compañeras trabajadoras, pero soy parte de un movimiento de mujeres que hace 31 años nos reunimos en masivos encuentros y que en el marco de nuestras organizaciones venimos exigiendo a los sucesivos gobierno políticas reales para terminar con la violencia hacia las mujeres y que encuentra su máxima expresión en los femicidios”.
Y concluyó: “Este paro demuestra que es necesario que la ley de violencia hacia las mujeres tenga presupuesto y se ponga en marcha, que debemos ser parte de la discusión por una educación, una comunicación y una justicia no sexista. Y es paro porque las movilizaciones anteriores, a pesar de la masividad, no tuvieron respuesta alguna, porque las mujeres seguimos siendo objeto de violaciones, asesinatos, discriminaciones y criminalizadas cuando luchamos por nuestros derechos”.
Al llegar a la plaza, se leyó un documento que la Agencia ACTA reproduce en su integridad:
Nosotras paramos
Mientras transcurría el 31 Encuentro Nacional de Mujeres, violaban y asesinaban a Lucía en Mar del Plata. Un año antes, habíamos sido reprimidas en esa ciudad, como este año en Rosario. Contra los que nos quieren parar. Para que no nos paren con su pedagogía criminal. Para hacer pedagogía nosotras, porque juntas vamos a construir una sociedad sin machismo. Porque libertad implica desmontar definitivamente el patriarcado. Nosotras paramos. Porque nos duele y nos indigna que en este mes de octubre ya se cuenten 19 muertas.
Paramos porque para detener a la violencia femicida necesitamos plantarnos desde la autonomía de nuestras decisiones y esto no es posible mientras el aborto no sea legal, seguro y gratuito para todas.
Mientras las variables económicas sigan reproduciendo la violencia machista: porque nuestras jornadas laborales son dos horas más largas que las de los varones, porque las tareas de cuidado y reproductivas caen sobre nuestras espaldas y no tienen valor en el mercado de trabajo. Porque la desocupación crece dos puntos cuando se habla de mujeres, porque la brecha salarial es, en promedio, de un 27 por ciento. Es decir, que a igual trabajo, las mujeres ganamos mucho menos que nuestros compañeros.
En un contexto de ajuste, de tarifazos, de incremento de la pobreza y achicamiento del Estado como el que propone el gobierno de la Alianza Cambiemos, nosotras nos llevamos la peor parte: la pobreza tiene rostro femenino y nos coarta la libertad de decir no cuando estamos dentro del círculo de violencia. II Nosotras paramos. Paramos contras las balas que intentan detener nuestra fuerza. Una fuerza que crece en encuentros, movilizaciones, debates. Fuerza feminista, fuerza de mujeres. Paramos contra el disciplinamiento para todas que implica que Milagro Sala esté presa por mujer, por indígena, por haberse organizado, por reclamar no sólo los derechos básicos sino también el derecho de todos y todas a la recreación y la fiesta.
Contra la detención y el procedimiento judicial irregular que mantiene como rehén a Reina Maraz, migrante quechuahablante a quien los resortes de una justicia misógina y colonial han condenado injustamente a cadena perpetua. Contra las condiciones que una y otra vez hacen de las cárceles de mujeres espacios donde se amplifican las jerarquías clasistas y racistas.
Contra las formas en que en barrios como el Bajo Flores las adolescentes son asediadas y desaparecidas durante días, después de ser amenazadas y chantajeadas, pero también contra el modo en que esos barrios se vuelven cada vez más asfixiantes, tomados por tramas de economías ilegales que habilitan nuevas y más duras formas de violencia.
Contra la política retrógrada que inaugura un centro de detención para migrantes, en un claro retroceso respecto de la legislación vigente. Paramos tomando la iniciativa. Mostrando capacidad de reacción frente a una guerra contra las mujeres que se escribe día a día. Nos movilizamos y nos auto-defendemos.
Cuando tocan a una, respondemos todas. Por eso, hoy 19 de octubre de 2016 #Nosotras paramos. Somos las amas de casa, las trabajadoras de la economía formal e informal, las maestras, las cooperativistas, las académicas, las obreras, las desocupadas, las periodistas, las militantes, las artistas, las madres y las hijas, las empleadas domésticas, las que te cruzás por la calle, las que salen de la casa, las que están en el barrio, las que fueron a una fiesta, las que tienen una reunión, las que andan solas o acompañadas, las que decidimos abortar, las que no, las que decidimos sobre cómo y con quien vivir nuestra sexualidad.
Somos mujeres, trans, travestis, lesbianas. Somos muchas y del miedo que nos quieren imponer, y la furia que nos sacan a fuerza de violencias, hacemos sonido, movilización, grito común: ¡Ni Una Menos! ¡Vivas nos queremos! III Nosotras paramos. Paramos contra los femicidios, que son el punto más alto de una trama de violencias, que anuda explotación, crueldades y odio a las formas más diversas de autonomía y vitalidad femeninas, que piensa nuestros cuerpos como cosas a usar y descartar, a romper y saquear.
La violación y femicidio de Lucía Pérez muestran una línea sostenida contra la autonomía y capacidad de decisión, acción y elección y deseo de las mujeres. Lucía fue considerada una cosa a la que hay que darle hasta que aguante y dejada en una sala de emergencias para hacer creer que había muerto de una sobredosis, intentó tapar la verdad. No fueron las drogas, fueron los machos. La violaron y mataron en Mar del Plata horas antes de la represión en la marcha del final del Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario.
La reunión más transversal y creativa que moviliza identidades y sensibilidades diversas bajo formas de organización también diversas: colectivos políticos, artísticos, barriales, sindicales, etc. Todas sumamente políticas: porque la política es la lucha insistente por la invención de libertades, por la construcción comunitaria y por la ampliación de derechos. Como todos los femicidios, el de Lucía también apunta al disciplinamiento de las mujeres y de todas las personas que se rebelan contra los roles que esta sociedad defiende a capa y espada: serás lo que supuestamente es normal o no serás nada.
Y no podrás decir NO porque el costo de decir NO será, en el extremo, la muerte. De un cautiverio a otro. De un tipo de explotación a otras más cruentas. Entre las mujeres menores de 30 años, el desempleo es del 22 por ciento. Precariedad de nuestras vidas. Mujeres convertidas en putas o encarceladas. Trans y travestis reprimidas a diario en las calles mientras no se les asegura su derecho a incorporarse en la vida laboral y se les sigue imponiendo la prostitución como único destino.
Mujeres asesinadas por sus parejas o por un empleado. Abusadas por sus padres o golpeadas por la policía. Estamos viviendo una temporada de caza. Y el neoliberalismo prueba sus fuerzas sobre nuestros cuerpos. En cada ciudad y en cada rincón del mundo. No estamos a salvo. IV Nosotras paramos. Porque todas las variables económicas dan cuenta de la violencia machista. Los femicidios son el resultado de una serie de violencias económicas y sociales, de pedagogías de la crueldad, de una cultura del “por algo será”, el “algo habrán hecho” que los permite, los justifica y los avala. No son un problema de seguridad o inseguridad.
Luchar contra esas violencias exige una respuesta múltiple. Nos implica a todos y a todas, pero sabemos que a los poderes del Estado y a todas sus instancias (nacional, provincial, municipal), sólo se los hace actuar bajo presión social, impulsada desde abajo. Por eso estamos aquí hoy, en todo el país y en varios países a la vez, diciendo #NiUnaMenos, #VivasNosQueremos.
¿Cómo creamos otro mundo posible si las medidas tendientes a esa transformación como el Programa de Educación Sexual Integral son desmanteladas de a poco, o directamente no se aplican en varias provincias? ¿Cómo se atreven a comparar las pintadas sobre una pared con el asesinato y la tortura a una niña? ¿Cómo nos piden paciencia cuando ganamos un 27% menos que los hombres por el mismo trabajo? ¿Cómo quieren que nos cuidemos si al mismo tiempo desde los medios de comunicación nos dicen que las que andamos solas y amanecemos muertas tenemos la culpa?
¿Cómo quieren que tengamos paciencia si nos sacan la jubilación por amas de casa y no toman en serio el trabajo que significa cuidar a la familia? Sí, trabajo. El 76% de los trabajos no remunerados los hacemos nosotras. ¿Cómo se atreven a decirnos que nada de esto es tan grave cuando quitan la capacidad de autonomía económica a miles de nosotras, cuando nos echan de los trabajos, cuando nos bajan los sueldos, cuando nos amenazan con paritarias cada vez más bajas? ¿Cómo quieren que esperemos cuando nos morimos por abortos mal hechos y nos encarcelan si vamos al hospital con un aborto espontáneo? Y así podríamos seguir. Nadie quiere hacerse cargo de estas preguntas. Y menos quieren pensar respuestas que nos incluyan no sólo como víctimas, muertas, cosas, sino como protagonistas con voz propia. Nosotras sí queremos insistir, exigir, preguntar, responder, porque no queremos más víctimas de ningún tipo.
Por eso, #NosotrasParamos. Y este pedido se vuelve regional: Bolivia, Chile, México, Perú, Uruguay, Costa Rica, Guatemala, El Salvador. En América Latina nos acompañamos entre todas, porque América Latina será toda Feminista. Contra los femicidios y contra la precarización de nuestras vidas. Ni Una Menos. Vivas nos queremos.