El secretario general de la CTA, Pablo Micheli, avizora un comienzo de año complicado por la negociación de salarios; cree que «más temprano que tarde» habrá un nuevo paro nacional y apunta al Gobierno por la crisis energética. Micheli cree que es inminente un paro nacional.
A Pablo Micheli le cuesta sopesar 2013 más allá del conflictivo mes de diciembre. Menos le cuesta poner la mirada en el año que comenzó. Cree que el gobierno de Cristina Kirchner «está agotado y sin capacidad de reacción», que un nuevo paro nacional -para el que confía en que Hugo Moyano no lo deje solo- «llegará más temprano que tarde», y advierte que, por el abismo entre los aumentos que calculan el Gobierno y los empresarios por un lado y los gremios por el otro, la discusión salarial será complicada. Advierte también que por el nivel de inflación las paritarias deberían reabrirse «varias veces» en el año.
En un reportaje telefónico con LA NACION desde Junín -donde pasará buena parte del mes todavía recuperándose del trasplante de riñón al que fue sometido en noviembre pasado-, el jefe de la CTA volvió a abogar por una «reforma profunda» que permita democratizar la vida interna de los sindicatos, aunque reconoció que, por la resistencia del Gobierno y la «burocracia sindical», ese camino no será fácil.
-¿Cuál es su balance de 2013?
No puedo evitar que el balance quede teñido por diciembre. Veo todo negro, todo mal. Seguramente pasaron cosas buenas, pero la verdad es que todo lo empañó el mes de diciembre. Más que nunca antes quedó en evidencia la incapacidad del Gobierno para resolver los problemas.
-¿Cómo avizora la discusión paritaria? ¿Es viable el techo del 20% que pretende el Gobierno?
Después de escuchar a algunos empresarios, y ante un gobierno que está agotado y sin capacidad de reacción, creo que estamos complicados para plantear una discusión en los mejores términos. Los empresarios adelantaron que no aceptan más de 20 o 23 por ciento [de aumento] y todas las centrales ya dijeron que sólo aceptan un piso de entre 30 y 35%. Va a ser un principio de año complicado.
-Pero ¿aceptarían un 20 por ciento?
De ninguna manera. Es una burla. El 20 por ciento podría ser aplicable si fuera sólo para los tres primeros meses del año. Con estos niveles de inflación, el Consejo del Salario debería reunirse cada tres meses y las paritarias deberían abrirse más de una vez al año. Si el Gobierno y los empresarios persisten con el 20 por ciento, no lo van a aceptar ni los sindicatos más amigos del Gobierno.
-¿Cuál es el piso que fijan ustedes?
35%.
-¿Están dadas las condiciones para un paro nacional?
Si fuera por la sensación térmica de la gente, diría que sí sin dudar. Pero los paros los convocamos los dirigentes.
-¿Habló con Moyano del tema?
Hablamos de nuestra preocupación por la situación general y lo vi dispuesto a salir a la calle si no hay respuesta. En el medio están enero y febrero, que son meses muy sensibles, pero creo que el paro será más temprano que tarde.
-¿Sirve el último acuerdo de precios anunciado por Kicillof?
Es una pantomima más. No creo que dé ningún resultado. Ya no funcionó ni para las Fiestas. La canasta navideña de 39 pesos fue una mentira absoluta. Eso da la pauta de lo que va a ser el acuerdo.
-¿Cómo califica el manejo oficial de la crisis energética?
El Gobierno manejó el tema de la peor manera posible: lavándose las manos y echándoles la culpa a las empresas, cuando la responsabilidad es compartida.
-¿Apoyaría una estatización del servicio eléctrico?
Claro. Hay que estatizar con control de los usuarios y de los trabajadores, y romper con el monopolio convocando a dos o tres empresas privadas para que compitan con la estatal.
-¿Aun con las malas experiencias de estatización que impulsó este gobierno?
Es que ningún país soberano entrega el control de la soberanía energética. Hay que hacer una estatización seria y permitir la competencia entre el Estado y las privadas para que la gente pueda elegir.
-¿Se va a avanzar este año con la reforma de la ley de asociaciones sindicales?
Creo que va a ser el año del debate del tema. No sé si se va a aprobar, porque el oficialismo tiene mayoría en las dos cámaras y no quiere cambiar nada. Pero la discusión es urgente.
-¿Cuáles son los ejes centrales de la reforma?
Terminar con el sistema de personería única y adaptar los estatutos de los sindicatos a los convenios de la OIT [Organización Internacional del Trabajo] para que sean más democráticos. Hoy para ser candidato en un gremio se necesitan más requisitos que para ser candidato a presidente. También hay que acortar los mandatos.
-Teniendo en cuenta que el Gobierno estudia modificar la ley por decreto sin cambiar la negociación colectiva ni el sistema de obras sociales, ¿qué impacto real tendrán los últimos fallos de la Corte sobre libertad sindical?
Si el Gobierno insiste en modificar la ley por decreto, vamos a recurrir a la Corte Suprema y a denunciar el tema en la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Creemos que hay que cambiar la ley, y la OIT y la Corte también lo creen. Sólo quieren el decreto el Gobierno y los burócratas sindicales. Corren otros tiempos. Este esquema no se puede sostener eternamente.
-En mayo va a competir por su segundo mandato consecutivo en la CTA. ¿No se contradice esa aspiración con su idea de renovar la dirigencia sindical?
Sí. Es contradictorio, pero responde a una limitación. Lo ideal sería un mandato de cuatro años y listo. Pero la escasez de cuadros lleva a otra situación. Justamente por el mantenimiento de los sindicatos anquilosados con viejos estatutos que no abren la participación a dirigentes nuevos pasan estas cosas. Ojo, que la CTA no está exenta de esa realidad. El tema nos preocupa y nos ocupa. Por eso queremos una reforma a fondo.
-¿Cuáles son los principales desafíos de los gremios para este año?
Democratizar las asociaciones sindicales según las recomendaciones de la Corte Suprema y la OIT, recuperar el salario, que no haya despidos y lograr un espacio de diálogo social o consejo económico donde estemos todos: las cinco centrales sindicales, los empresarios, la oposición, el Gobierno y la Iglesia para discutir los grandes temas de la Argentina.
-¿Y para el Gobierno?
Pienso que frenar la inflación, evitar la pérdida de trabajo y combatir la inseguridad.
Expectativa por la alianza con Moyano
Pablo Micheli está seguro de que la situación social «empujará» a Hugo Moyano a sumarse a un nuevo paro nacional en los próximos meses. El camionero no apoyó la última huelga de la CTA en noviembre.
Consciente de que el apoyo de Moyano es crucial, Micheli prefiere esperar. «Hay que pasar enero y febrero. Si fuera por la sensación térmica de la gente, las condiciones para parar están dadas», dijo sobre un paro.
Fuente: Lucrecia Bulrich, diario La Nación