14721689_1179117288792996_7102576612901176184_nComo cada año, el Encuentro Nacional de Mujeres finalizó con una multitudinaria movilización que copó las calles rosarinas. A través de 43 cuadras, las más de 70 mil mujeres hicieron visibles la agenda de reclamos sobre los cuales se debatió intensamente en los talleres de los días sábado y domingo.

* por Melissa Zenobi

La columna de la CTA Autónoma, con la batucada al frente, brilló con luz propia. «Venimos al encuentro uo uo uo, somos la CTA, uo uo uo, estamos organizadas, ouou mujeres transformadas…», «Viene marchando la CTA, somos mujeres contruyendo la igualdad», arengaban entre banderas y saltos, poniéndole a la marcha una mística que ya es característica.

Alejandra Angriman, Secretaria de Género de la Central valoró el documento elaborado por las compañeras de Rosario, «es una síntesis precisa de todos los debates en los últimos años y además es un piso para trabajar hacia el próximo encuentro. Los niveles organizativos fueron interesantes, se llegó con más preparación, con más organización. Muchas compañeras nuevas que participan del encuentro, muchas jóvenes».

Asimismo, Angriman planteó que el desafío ahora tiene que ver con «cómo llevamos estos temas al debate con nuestros compañeros en el marco de la discusión sobre la participación de las mujeres con paridad en las organizaciones sindicales, para profundizar la democracia de nuestra Central y lo que decimos siempre: muchas veces las mujeres trabajadoras nos vemos en dificultades para que los compañeros asuman los debates del movimiento de mujeres en los términos que nosotras los planteamos. En ese sentido tenemos un déficit muy importante y creemos que en los próximos años lo podremos saldar, siempre y cuando se incorporen efectivamente a la agenda de toda la Central».

Por su parte, Claudia Baigorria, Secretaria Administrativa de la CTA Autónoma se mostró asombrada por la cantidad de compañeras que asistieron por primera vez al encuentro: «debutar ni más ni menos que en este encuentro tan multitudinario, es una experiencia muy fuerte para cualquier mujer», dijo. Además celebró que los talleres hayan sido multitudinarios: «Rosario ha estado a la altura de las circunstancias. El «Ni una menos» fue para nosotras un empuje muy grande y también alcanzó para visibilizar las distintas formas de violencia, no solamente la violencia física contra las mujeres, sino también la experiencia laboral en la mayoría de los ámbitos de trabajo».

14717047_1179117432126315_8781867716721334039_nAlicia Coca, de la conducción nacional de la Central planteó que: «Me parece que las mujeres trabajadoras estamos avanzando en nuestros reclamos, en tener claros nuestros derechos, en tener claro este modelo cultural que nos imponen a todas, que utiliza el trabajo como herramienta disciplinaria. Nosotras venimos conversando acerca de la doble y triple jornada de trabajo que está relacionada no sólo al trabajo que salimos a realizar afuera de nuestras casas para traer el dinero y mantener a nuestras familias, sino también al trabajo invisibilizado, todo aquel trabajo de cuidados que llevemos adelante para con nuestros hijos, los adultos mayores».

«Tenemos claro que tenemos que estar más organizadas que nunca. Este es un paso muy importante para todas nosotras junto al movimiento de mujeres. Que estén más de 70 mil mujeres argentinas y también compañeras paraguayas, bolivianas, peruanas, brasileras, de toda nuestra América Latina, habla de todo un proceso de crecimiento, de resistencia de todas las mujeres que por supuesto estamos muy alertas y no vamos a volver para atrás», agregó Coca.

La Secretaria de Organización de ATE Nacional, Silvia León, durante la concentración de la movilización dijo a ACTA: «estoy absolutamente feliz, es un ejemplo que nos marca cómo podemos construir las mujeres en unidad cuando nos ponemos de acuerdo, cuando priorizamos la defensa de los derechos y la transformación que necesitamos de la sociedad porque en todos los debates se ha dado un denominador común: las más perjudicadas de este modelo de ajuste somos las mujeres, la pobreza nos afecta fuertemente a las mujeres y a los niños, no queremos ni una precarizada más, ni una compañera muerta más por violencia de género».

Además manifestó: «Necesitamos un cambio profundo en nuestras organizaciones y en nuestra sociedad en su conjunto. Nos vamos con una riqueza y una fuerza como mujeres dirigentes empoderadas y tratando de que ésto se reproduzca. Que el aprendizaje que nosotras hacemos en estos tres días de debate se traslade a nuestras organizaciones porque nosotras salimos de acá transformadas, creemos en la potencia de la organización, creemos en la potencia de los acuerdos y es lo que necesitamos».

Marta Galante, Secretaria Género de ATE Nacional, contó a ACTA que «la participación de las compañeras ha sido masiva, tenemos representación de casi todo el país, han venido compañeras de Tierra del Fuego, de Santa Cruz, de Chubut, de San Juan, Misiones, Jujuy, Salta. Creo que eso da cuentas del interés que las compañeras están poniendo en la organización y en el deseo de construir equidad como lo venimos planteando desde hace un tiempo a esta parte. Mostrarnos hoy que somos mujeres que estamos dispuestas a pelear que todavía tenemos derechos por conquistar y vamos por la equidad en nuestro sindicato para dar la pelea conjuntamente con nuestros compañeros».

Finalmente, el día lunes a la mañana, y bajo una lluvia que no dio respiro, la secretaria de Género de la CTA Autónoma, Alejandra Angriman propuso -tal como acordó el colectivo de mujeres de la Central- que el próximo encuentro sea en Capital Federal: “Que es donde se concentra el poder político, institucional, y donde tienen sede la mayoría de las empresas transnacionales, que son quienes definen el futuro del trabajo y las condiciones que afectan primordialmente a las mujeres, que somos las más precarizadas. Además es primordial para el movimiento de mujeres impulsar el tratamiento de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo”, contó a ACTA a la vez que se mostró a favor de la elaboración de mecanismos que garanticen la plena participación para el ejercicio democrático en la elección de las diferentes sedes donde fuera a desarrollarse el encuentro: «la creciente participación y la masividad de los encuentros, requieren nuevas estrategias para garantizar que se pueda escuchar la voz de todas, y evitar procedimientos confusos y controvertidos».

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