Desde Estación Central (Radio Sur, FM 88.3) se comunicaron ayer con Clarisa Gambera, compañera de Niñez y Territorio y miembro de la Mesa Ejecutiva de la CTA Capital, para hablar sobre el #Piquetetazo que se realizará este sábado a partir de las 15 horas en distintas plazas del país, como respuesta al abuso policial que sufrió Contanza Santos, mientras amamantaba a su bebé en una plaza de San Isidro.
– Clarisa, contanos cuál es tu opinión sobre lo que pasó hace pocos días.
– En principio es un hecho de violencia institucional que abarca prácticas abusivas a determinados sectores. La violencia institucional está instalada en la Argentina, hay sectores a los que se los persigue sistemáticamente; los pibes y las pibas en los barrios, los manteros, los trabajadores que se organizan y las mujeres. Entonces, se ‘limpia o se pretende restablecer el orden’ y para eso se habilita a funcionarios a hacer estas prácticas. En este caso fueron dos policías, le pidieron a Constanza su DNI y el de su bebé y la terminaron echando de la plaza.
Seguramente estas dos mujeres policías están acostumbradas a hacer esto con pibes y con pibas. El tema es que este caso llegó a la prensa y se viralizó. O sea, tuvo cobertura, la chica hizo la denuncia -no sin esfuerzo- primero intentó en la Justicia, después fue a la Comisaría de la Mujer, no había ámbito donde hacer la denuncia, porque no había delito. Hasta que logró que sus abogados presentaran el hecho y tuvo esta repercusión.
Por un lado me llama la atención de que haya tantos hechos que no tienen esta repercusión. Supongo que este caso lo que hace es generar la alianza de muchos sectores que se sintieron sensibilizados. Hay algo con la maternidad, ayer escuchaba en los noticieros decir ‘no hay nada más lindo que una mamá dando la teta’. Esto no tiene nada de revolucionario, es bastante conservador en su mirada. De hecho, ‘La liga de la leche’ en los 60 era una organización conservadora que promovía la lactancia materna. La cuestión es el espacio público, me parece. La cuestión es cuando las mujeres nos animamos a habitar el espacio público con las cosas que ‘deberían ser del espacio doméstico’, que es el que nos tenían reservado para nosotras.
Entonces, dar la teta en el espacio público me parece que es la cuestión. Habitar una plaza y habitar el cuerpo sin todo el pudor que se le pone como una forma más de represión hacia el cuerpo de las mujeres, ese pudor que en realidad lo que está marcando es ‘¿Qué sería el pudor?’, porque ‘¿Esa teta sería erotizada de la mirada de los otros?’. La verdad es que no tiene que ver con erotizar ese hecho, la verdad que no estaba corriendo desnuda por la plaza -que podríamos debatir si se puede o no-.
– Estamos hablando de una sociedad donde en el programa con mayor rating, como es el de Tinelli, muestran pechos y colas todo el tiempo.
– Me parece que hay subrayar que las tetas censuradas son aquellas que no son para el consumo de los varones, aquellas que no son mercancías. Y me parece que ahí sí aparece una cosa de politizar este hecho. Esta teta censurada, que no es para el consumo ni para ser mercantilizada, es por lo que algunos sectores de mujeres salimos a decir ‘tenemos derecho a amamantar en espacios públicos o a ejercer la maternidad en el espacio público, más allá de lo que la mirada de los otros pretendan imponerle’.
Pero a mi me parece muy importante, para compartir con quienes nos escuchan, que este ‘retorno del orden’, esta persecución a determinados sectores, se está ejerciendo de manera permanente. Que en este caso en particular hay una alianza de sectores que nos permite tomar conciencia, sensibilizarnos colectivamente, pero que tenemos que estar alertas y sensibles todo el tiempo con estos abusos, porque se van corriendo los límites. Ahora es ‘normal’ que paren a los adolescentes, mujeres y varones, para pedirles documentos. Entonces, en ese marco tenemos que estar muy atentos todo el tiempo.
Está buenísimo y celebro que el sábado a las 15 horas se visibilice este caso, va a tener mucha cobertura, salió en todos los medios de comunicación, salió en los medios hegemónicos y en los alternativos, así que vamos a estar ahí en esta alianza con otro montón de gente, en la calle. Pero, aprovechemos para hablar de violencia institucional, para hablar de cuerpos mercantilizados y de las mujeres. Aprovechemos la ocasión para darle una vueltita más de tuerca.
– Constanza Santos había ido al banco con su bebé y estuvo dos horas haciendo cola esperando para ser atendida cuando las personas que están con niños tienen prioridad. Esto quiere decir que sufrió doblemente violencia.
– Sí, hay una frase que en Niñez y Territorio usamos bastante que es “Nada genera más desamparo que la indiferencia”, y estamos en un momento en que la sociedad está bastante indiferente en relación a los sectores que necesitan ser mirados, que necesitan una ayuda, una mano y que tiene que ver con esto que vos decís, una mamá que está con su bebé haciendo la cola y que nadie le da el paso, y tiene que ver con los pibes que están tirados ahí y que nadie los mira y tiene que ver con la gente que mayor que necesita una mano. Esto pasa todo el tiempo, la indiferencia social genera desamparo en un montón de sectores.
Hay marcos legales, desde 2013 hay una ley vigente, que es la 26.873, que promueve la lactancia materna. Está le ley de violencia contra las mujeres, que habla de violencia institucional por el hecho de ser mujeres, como es este caso. Y no existe ninguna contravención, vos viste que las policías le decían a la chica que lo que estaba haciendo estaba prohibido, ese es el momento del abuso del poder.
De todas maneras, a partir de esto me estoy enterando de cosas que no sabía: por ejemplo, en Estados Unidos sí existe la prohibición de dar la teta en público en restaurantes y en shoppings; en Chile hay restricciones para dar la teta en espacios públicos; hay un antecedente de una convocatoria similar en mayo, a partir de un videíto que se viralizó de una agente en México que empezó a agredir a una chica que le estaba dando la teta a su bebé y que provocó una reacción bastante importante. O sea, cuando las mujeres pretendemos habitar con libertad el espacio público y manejar nuestros cuerpos como nuestros, se provoca una reacción conservadora y violenta en todas las sociedades.