Tras las polémicas declaraciones en torno al número de desaparecidos en la última dictadura militar, referentes de Derechos Humanos impulsan una demanda civil contra el ex ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Darío Lopérfido. Al respecto, ACTA dialogó con el dirigente Héctor Cuchino.
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-¿De qué se trata la denuncia que están impulsando contra el exministro de Cultura porteño, Darío Lopérfido?
Tengo a mis hermanas y cuñados que están desaparecidos, tengo dos sobrinos que fueron restituidos por las abuelas de Plaza de Playo; yo estuve detenido; mi compañera tiene al papá de su hijo desaparecido y su madre desaparecida: entonces cuando Lopérfido hizo las declaraciones que hizo, nosotros nos sentimos profundamente doloridos de tener que revivir semejante calumnia e injuria, al decir que los organismos de Derechos Humanos habían arreglado la cifra de los detenidos desaparecidos por una cuestión económica, de subsidios. En nuestra familia nomas tenemos 6 personas desaparecidas, dos nietos restituidos y yo habiéndome pasado casi 7 años presos, exilios, etcétera. Esa misma noche que escuchamos las declaraciones decidimos enviarle una carta documento, que contestó vanamente, por obligación y sin ningún tipo de pedido de disculpa ni rectificación. Por lo tanto decidimos iniciar los pedidos formales y el 10 de agosto tenemos la primera mediación. De no concurrir o de no satisfacernos lo que nos diga, se iniciará la acción judicial. Le vamos a exigir 10 veces 30 mil, que después serán donados a los organismos de derechos humanos.
-¿Qué opinión te merecen las políticas en materia de derechos humanos de este gobierno?
Nosotros estamos muy preocupados, conocemos el nulo compromiso con las políticas de memoria, verdad y justicia, tanto del gobierno nacional como el de la Ciudad de Buenos Aires. Creemos que ellos tienen un alineamiento muy ideológico con Estados Unidos en la creación de nuevos enemigos políticos, con calificaciones peyorativas. Como antes eran los «subversivos», o «los jóvenes que no tienen experiencia para gobernar»; ahora se está consolidando este nuevo enemigo, que no es de la Argentina, no es idea del gobierno nacional, sino que viene de Estados Unidos.
-Si, mientras los militares desfilan cual héroes en las fechas patrias.
Yo pertenezco a la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos y sacamos un comunicado justamente repudiando esto. Es una batalla cultural que quieren darnos a nosotros, destruir el paradigma que se construyó de memoria, verdad y justicia con 40 años de lucha de los organismos de derechos humanos. La opinión unánime de quienes militamos derechos humanos, es que Macri en este tema es absolutamente refractario a sostener las políticas. Hoy hablan de la diversidad cultural, de las diferentes alternativas que pueden sostener algo que no es memoria, verdad y justicia; sino ampliación de derechos, como lógicamente en toda sociedad que avanza se puede estar peleando. Pero ni siquiera con eso están de acuerdo.
-Pareciera que vienen por todo.
En las últimas declaraciones respecto de la jornada laboral, que también son derechos humanos, también ponen en cuestión su valor por el otro. El aparato mediático y político salió a defender a Lopérfido, pero fue tan amplio el repudio que tuvo que renunciar. Y esto demuestra que las políticas de memoria, verdad y justicia están muy arraigadas en la sociedad toda, no solamente en las expresiones culturales. Hemos acuñado ahora una consigna que es «los derechos humanos son nuestra cultura».
-Contra eso no van a poder.
Nosotros creemos que hay un importante sector de la sociedad que ya las ha asumido como paradigma de vida, que va a defender como políticas de Estado, a los juicios contra represores, no dejar que aparezcan impunes y como héroes de una guerra que no existió a torturadores, asesinos, y ladrones. Y que va a defender todo lo que encierra la exigencia de memoria, verdad y justicia.