En la tarde de este lunes se presentó en la sede de la CTA Nacional (Lima 609 de la Ciudad de Buenos Aires) el Manual de Negociación Colectiva publicado en conjunto con la Fundación alemana Friederich Ebert, el Observatorio del Derecho Social y la CTA.
Esta nueva herramienta de los trabajadores es un paso más en la construcción de una soberanía jurídica que defienda los intereses de la clase obrera y no los de las multinacionales y el capital.
“A pesar de los profundos cambios ocurridos en el mundo del trabajo, la negociación colectiva se ha mantenido hasta la actualidad como el instrumento más importante de los sindicatos para mejorar la vida, la situación y las condiciones laborales de trabajadores y trabajadoras, aunque también es cierto que el creciente aumento de la informalidad y la precarización del trabajo representan un obstáculo y una frontera para la ampliación de la negociación colectiva”, comienza el Manual de Negociación Colectiva que, realizado por el equipo de Asesoría Jurídica Nacional de la CTA, se presentó este lunes en la sede de la Central.
Fruto del trabajo colectivo, este nuevo manual fue posible a raíz de la experiencia acumulada en el acompañamiento de trabajadores y organizaciones sindicales del equipo que dirige Horacio Meguira, integrado por Luis, Julia y Mariana Campos, Jimena Frankel y Soledad Guerriere, y el debate con los miembros del Observatorio del Derecho Social.
Durante la presentación del libro, Horacio Meguira, luego de explicar que un sindicato puede considerarse como tal cuando ha pasado por el proceso de una negociación colectiva en la que se pelea «no sólo por las cuestiones salariales sino fundamentalmente por las condiciones laborales», enumeró los materiales que precedieron a esta nueva herramienta de los trabajadores: “Esto es algo que se viene haciendo desde la CTA: desde el proyecto conjunto con la Secretaría de Salud de la Ley de Accidentes, pasando por la próxima ley que se va a presentar en marzo sobre el tema de la violencia laboral más el proyecto de Ley de modificación de las Asociaciones Sindicales, sumado a este nuevo manual, el Manual del Delegado, lo que intentamos decirle a toda la comunidad del trabajo es que existe la necesidad imperiosa de democratizar las relaciones del trabajo y contar con más herramientas para que tengan mayor ciudadanía en su lugar de trabajo”.
El Manual de negociación colectiva también fue posible gracias al aporte de la Fundación alemana Friederich Ebert. “Como proceso participativo hay distintas formas de participar, no es una institución de los abogados porque si fuese así, los abogados laboralistas estaríamos fritos. En la negociación colectiva, los que intervienen en forma participativa y vivencial son los trabajadores, son ellos los que nos dicen qué pasa todos los días y qué es lo que debe plasmarse en esta norma negocial”, dijo María Rigat, en representación de la Fundación.
La abogada laboralista agregó también que la negociación colectiva no puede ser una representación de la negociación salarial sino que debe contener contenidos transformadores de la vida de los trabajadores: “hay algunas cláusulas que todavía no han sido incorporadas y que deben ser peleadas, como el derecho a la información, las cuestiones de medio ambiente en el trabajo y equidad de género. Mientras el colectivo de los trabajadores no plasme sus inquietudes en las comisiones negociadoras en forma participativa tal vez no estén contenidas por mucho tiempo. Por eso este canal de transmisión entre la realidad cotidiana de la vida de los trabajadores y trabajadoras y lo que se lleva a la mesa de negociación debe ser parte de un proceso”.
En un mundo globalizado dominado por el capital financiero y en el que 147 multinacionales poseen el 40% del mercado mundial, dijo Moisés Meik, especialista en derecho laboral, “la respuesta más o menos modesta es que frente a esa globalización aparece otra que no la destruye pero que por lo menos es un arma: la globalización de los derechos humanos que están en los grandes tratados que se han constitucionalizado”.
Pero el reto, planteó Meik, es apropiarse de aquellas leyes “para que esos derechos no queden reservados para un conocimiento elitista sino que en los próximos 10 o 20 años debe ser el arsenal de trabajo permanente que hace que siendo fácil lo dominemos todos. El desafío es bajar todo este cúmulo de derechos universales a nivel del conflicto cotidiano. Tenemos que ser nosotros los trabajadores los dueños de ese material”.
El último orador fue Ricardo Peidro, secretario General Adjunto de la CTA y secretario General de la Asociación Agentes de Propaganda Médica (AAPM) que nuclea a los visitadores médicos de todo el país: “Hay negociación colectiva cuando hay conflicto y construcción de poder en el sector de los trabajadores y eso se consigue con la representación directa en el lugar de trabajo y con sindicatos que no pongan la prioridad en el financiamiento de las estructuras y sí en las condiciones de trabajo y en el salario de los compañeros”.
Antes de finalizar, Peidro agregó: “Cuanto menos unilateralidad tengan las empresas, las corporaciones y los grupos económicos, mayor poder tenemos los trabajadores para avanzar más. Las empresas lo que no quieren negociar son las condiciones de trabajo y para los trabajadores conseguir negociarlas es avanzar más en la película porque quedan para las generaciones futuras”.