En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, ACTA dialogó con Araceli Pérez, secretaria gremial de AAPM y trabajadora de Bayer, una de las multinacionales más poderosas en el mundo de los laboratorios.
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Hace una semana, el sindicato que nuclea a los Visitadores Médicos logró reincorporar a 8 trabajadores despedidos. Aracelí Péez expresó: «La realidad es que nos la hacen difícil. Dentro del laboratorio mis compañeros tienen respeto y respetan nuestro trabajo, pero es un mundo machista y verticalista y nos cuesta mucho a las que tenemos muchos años en el sindicato y a las que tienen menos años en el sindicato también».
-¿Cómo es trabajar en una multinacional como Bayer?
Trabajo en Bayer, lo cual hace que sea casi imposible reincorporar gente, fue un esfuerzo impresionante la reincorporación de los 8 compañeros de la semana pasada. Salimos a la calle, fuimos a la embajada de Alemania, hicimos denuncias internacionales, nacionales. Esto venía pasando desde el año pasado en otros países del Cono Sur porque ya hubo despidos en Uruguay y en Paraguay, en Bolivia y en Chile. Y era como que acá llegaron después porque saben lo que significa el sindicato en Argentina, que tiene un gremio fuerte que por ahí no tienen los otros países. Pero así y todo, a pesar de haber ido en el mes de octubre al ministerio y de haber firmado que no iba a haber despidos y que pudimos negociar en el mes de diciembre algunas jubilaciones para aquellos que estaban con ganas de irse (se fueron 11 personas), nos quedamos todos tranquilos pero el 20 de enero hubo 20 despidos injustificados totalmente. No tenían ningún tipo de argumento, no les importó nada: despidieron enfermos crónicos, gente con carpeta psiquiátrica, compañeros con la mujer enferma mal de cáncer.
-Y salieron a la calle
Ahí fue que salimos y después de la lucha, desde el 20 de enero, lo resolvimos la semana pasada, en el medio llamaron a una conciliación obligatoria y finalmente terminamos de negociar las 8 reincorporaciones que costaron una barbaridad porque no querían ni un solo reincorporado.
-¿Cómo es para una mujer ser secretaria gremial de un sindicato que lucha contra una empresa transnacional?
Es difícil pero es la batalla que hay que dar, no nos podemos quedar en el miedo, tenemos que seguir adelante. La realidad es que nos la hacen difícil. Dentro del laboratorio mis compañeros tienen respeto y respetan nuestro trabajo, pero es un mundo machista y verticalista y nos cuesta mucho a las que tenemos muchos años en el sindicato y a las que tienen menos años en el sindicato también.