Cuando se aprestaba a participar de la 33 Marcha de la Resistencia, ACTA dialogó con Elia Espen, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y miembro de la conducción nacional de la CTA. La dirigente entre otros puntos se refirió a la impresión que le causó el publicitado abrazo entre Hebe de Bonafini y el titular del Ejército, César Milani, acusado de ser partícipe del genocidio.
A poco de iniciarse esta nueva marcha de la Resistencia, Elia Espen señaló: “No hay futuro si olvidamos y por eso seguimos marchando. Recordar es estar de acuerdo con los juicios que se están llevando a cabo, pero también saber que la lucha por los derechos humanos empezó mucho antes de que se constituyera este gobierno. No desvalorizo los juicios, pero dejaría de ser honesta si no dijera que me parece que están llevando de un estrado a otro a un montón de viejos moribundos. Son apenas una pequeña parte de los genocidas. La mayoría morirá libre, con tranquilidad en su casa. La no unificación de las causas no es casualidad».
Espen señala que “recuerdo a mi hijo y a sus compañeros tratando de ser coherente hasta el último suspiro con sus ideas. Por eso estoy del lado de los trabajadores, de los que menos tienen, de los sedientos de justicia, de esos para los cuales los derechos humanos aún no existen porque no les son respetados”.
Para la madre de Plaza de Mayo “los grandes grupos económicos, el verdadero poder que estaba detrás de los militares y que ordenó el genocidio está vivito y coleando. Para ellos no hay crisis, ni se termino la impunidad porque siguen siendo parte del Poder y manejan los hijos de la política”.
Añade que “tal vez por eso no se habla de las ideas de nuestros hijos. No se recuerda que murieron por marcar a fuego a esos que saquearon y saquean a nuestro país. No olvidemos que en las épocas difíciles de la dictadura mientras unos resistían, estábamos en las cárceles, nos torturaban, violaban, otros aprovechaban para enriquecerse o se escondían debajo de la cama. Defender los derechos humanos queda bien, y no te cuesta la vida como por entonces. Pero de los desaparecidos y sus ideas reales no hablan”
Para Espen “nuestros hijos no se hubieran bancado muchas cosas que están pasando”. Dice en ese sentido que “no son casualidad los ’Archivos X’ que demuestran que me vigilan, la persecución judicial e inteligencia a dirigentes sindicales, ambientalistas. Detrás de un relato vacio, se sigue gobernando para los grandes empresarios mientras los jubilados no llegamos a fin de mes, la desocupación encubierta es enorme lo mismo que el ajuste que encubren las estadísticas truchas del Indec».
Por último Elia se refiere a la impresión que le causó ver en la tapa de la reaparecida revista de las Madres de Plaza de Mayo, línea oficial, abrazados a la titular de ese organismo Hebe de Bonafini y el comandante en Jefe de Ejército, César Miliani, acusado de graves violaciones a los derechos humanos: “Tengo muchas fotos con Hebe, yo la respetaba. No sé que pasó en su cabeza en todos estos últimos años. Sentí un gran shock al ver esa foto. Dolor. Obviamente creo que Milani debería estar siendo juzgado y no al frente del Ejército”.
“Habrá que seguir marchando y resistiendo”, dice Espen. Son los tiempos que corren “algunos hacen fiestas en la Esma, comen allí donde durante la dictadura le llamaban “hacer asaditos” a quemar entre gomas de camión los cuerpos de nuestros hijos. Ellos cantan, festejan donde nosotros no podemos dejar de escuchar los gritos de los torturados, en lo que debería ser un lugar de recogimiento y respeto. Es tremendo que un cargo, un sueldo pueda significar el olvido de padres, familiares, su ejemplo, el martirio de nuestros compañeros”.