La apertura de la Segunda Jornada del Encuentro Nacional de Jóvenes nos brindó el aporte de compañeros dirigentes de la CTA, quienes a partir de sus propias experiencias sindicales fueron dando testimonio sobre cómo fue su ingreso en nuestra propia central. Luego expusieron jóvenes dirigentes de ATE y su acercamiento a la CTA.
*Por Prensa ATE Nacional
El encargado de abrir la exposición fue el Secretario Gremial de la CTA Autónoma, Daniel Jorajuría, a través de una cronología que marcó su paso por el gremio gastronómico desde tiempos de la dictadura, y la pelea contra la quita de lo que fue en su sector del salario básico y del llamado porcentaje de venta, hasta el presente de la Nueva Organización Sindical Gastronómica (NOSG-CTA) y en su medio sus diferencias con Luís Barrionuevo.
Un tramo de marcado interés en esta exposición fue su alejamiento del oficialismo gastronómico que domina hasta el presente Barrionuevo. Allí se suceden la cercanía de este oficialismo con el gobierno neoliberal de Menem y las dificultades de pelear «en igualdad de condiciones» aquella conducción gremial. Para explicar la creación del NOGS basta un párrafo de su intervención: «Teníamos el apoyo de los trabajadores, pero como nos dijo un ex ministro de Trabajo: para ganar necesitan tener a su lado al Ministerio, la Justicia y el dinero, y con aquel gobierno en el poder no teníamos nada de eso».
Enseguida llegó la ex Secretaria Adjunta Nacional de la CTA y titular de CTERA, Martha Maffei, quién explicó el proceso de la organización docente, desde aquellos albores de nucleamiento gremial en la provincia de Mendoza, hasta lo que fue la máxima expresión de lucha docente con la llamada Carpa Blanca, reflejado en el amplio apoyo que brindó la sociedad contra la política Federal docente impulsada por el gobierno de Menem.
Sostiene Martha que «larga ha sido la lucha en este medio siglo para desmitificar primero que las docentes, porque primero éramos mujeres, llevábamos a casa un sueldo para acompañar el ingreso de los esposos, o para derribar ese viejo estigma de que la docencia es un sacerdocio». Maffei bien señala: «los docentes también somos trabajadores, que luchamos por nuestros derechos y como tales no reconocemos en esa condición».
En medio, la diputada nacional Mandato Cumplido contó cómo ha sido la evolución de la CTERA que arrancó con 143 sindicatos con problemáticas disímiles hasta la lucha unificada a partir de 1973. Y entre las paradojas que entrega la vida lo que fue el primer comunicado de la CTERA: «Un 11 de septiembre de 1973, que algunos asociarán al día del maestro, pero aquel primer comunicado fue de repudio al derrocamiento del gobierno socialista de Salvador Allende, en Chile».
La experiencia de las empresas recuperadas incorporadas a la CTA fue explicada por el compañero Mario Barrios de la Unión Solidaria de Trabajadores (UST-CTA) que devino de una empresa enviada a la quiebra por el Grupo Techint y la falta de apoyo de su gregio de base que era la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA). Desde hace 13 años Barrios -secretario de Acción Social de la CTA Nacional- y otros 87 trabajadores sostienen a esta experiencia laboral exitosa. Y finaliza con un dato que muestra como ha sido la transferencia de recursos del estado hacia el sector privado: «nosotros recibimos subsidios totales por 300.000, lo que dividido por el total de los que trabajamos la UST nos da poco 3,87 pesos diarios; una empresa de las más grandes recibe más de 100.000, para generar sólo un puesto de trabajo».
La última de este bloque fue la compañera de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR-CTA) de Córdoba, Eugenia Aravena, que evidenció cuantos más difíciles hubiera sido existir en Córdoba sin el apoyo brindado por la CTA: «En nuestra lucha hay que hacer frente al proxenetismo, la explotación, la violencia y la violación sistemática de gente que tiene el apoyo de policías y jueces; leyes que penan con hasta 180 días de cárcel» y agregó: «En la CTA reconocimos nuestros derechos, nos permitió participar en espacios solidarios, de clase y fruto de esta conciencia de clase nos permitió crear una escuela primaria, otra secundaria y centros de Salud para muchas compañeras».
El momento de los jóvenes
Luego hicieron uso de la palabra cuatro jóvenes dirigentes de ATE quienes expresaron su acercamiento al sindicalismo y cómo llegaron a la CTA.
Primero habló Leandro Fontela, de ATE Provincia de Buenos Aires, quien relató que su inquietud por todo lo que pasaba en América Latina a mediados de los ’90. «Antes que ATE la CTA me abrió las puertas en La Plata sin preguntarme quién era».
Walter Ávalos vino a contar su experiencia en Río Cuarto después que su padre quedara sin trabajo y él empezara a militar en los movimientos barriales.» La CTA hizo algo que muy pocos podrían bancar y es permitir que los jóvenes participaran». El actual secretario General de ATE Río Cuarto, contó que desde ATE toman la conducción de la Seccional en el 2007 con 80 afiliados y hoy el gremio cuenta con más de 1.200 afiliados y la Central se ha insertado como una gran fuerza social de la ciudad y participa del Consejo Económico y Social de Río Cuarto.
Carolina Ocar, secretaria de Comunicación de la CTA Autónoma, vino después y explicó cómo ATE le abrió las puertas al movimiento estudiantil que ella integraba en defensa de la educación pública en su Lomas de Zamora, cuando Menem impulsaba las reformas educativas. «ATE nos dio un lugar donde participar e hizo algo simbólico que muy pocos harían: nos dio la llave de su local para reunirnos cuando quisiéramos».
El último en exponer fue Carlos Garzón, titular de la Seccional Zona Norte de Santa Cruz, quien hizo referencia a dos hechos que tuvo como responsables directos a los jóvenes: «Estuvimos a cargo de la CTA local desde el 2010 a 2014 en esa disputa que tuvimos contra Hugo Yasky». Además, señaló como otro hecho significativo las luchas que llevaron a conseguir el pase a planta del Estado de 2.500 trabajadores cooperativistas que tenía su provincia.